PAJARITOS Y EL CRIMINAL PASIVO AMBIENTAL DE PEMEX

El 18 de marzo de 1938, cuando el presidente Lázaro Cárdenas expropió la industria petrolera en manos de los extranjeros, en la refinería de Minatitlán por largo rato sonó la sirena que llamaba a las labores, pero en esta ocasión era de júbilo.

Era la única refinería en el sureste del país y por medio de ductos, desde 1907, distribuía sus productos en diversos puntos de la república. Ese 18 de marzo, los dueños de la refinería (ingleses con Porfirio Díaz), salían casi corriendo de las dos colonias que habían construido.

Los ingleses como los holandeses, así como los americanos, apostaban a que los trabajadores mexicanos no podrían manejar la industria nacionalizada. Por las condiciones de trabajo hacia los trabajadores del sindicato y no respetar el laudo de la Secretaría de Trabajo a favor de los obreros, se dio la expropiación.

Los extranjeros se equivocaron: los miembros del sindicato petrolero, con mexicanos que trabajaban como ayudantes en la administración, se hicieron una unidad.

No sólo fueron gallinas, joyas o cualquier cosa que le entregaron los mexicanos a Doña Amalia Solórzano, esposa del presidente Lázaro Cárdenas, para pagarle la industria petrolera a los extranjeros, sino que los trabajadores petroleros --sin tiempo extra ni prestaciones-- trabajaban con desvelos en donde podían servir.

En los campos petroleros en el estado de Veracruz se centraban la lucha Minatitlán y Poza Rica; también en Tampico, Tamaulipas. Por única vez, la administración y trabajadores fueron uno.

La llagada de personajes con inteligencia notable a la dirección general de la industria petrolera como Antonio J. Bermúdez y Jesús Reyes Heroles, le dieron gran impulso al Instituto Mexicano del Petróleo (IMP).

El IMP no sólo nos dio tecnología, sino que mandaban a nuestros ingenieros a capacitarse en otros países del mundo. Petróleos Mexicanos (PEMEX) daba ganancia y exportaba tecnología, aunque usted no lo crea, hasta en los países de Medio Oriente, los mayores productores de petróleo en el mundo actualmente.

La república vivió con su economía estabilizada, donde el dinero valía, no teníamos mucha deuda y la mejor expresión de esa economía era el secretario de Hacienda Antonio Ortiz Mena.

Fue el presidente Adolfo López Mateos quien había mexicanizado la industria eléctrica, y también decidió que PEMEX diera un paso más en la economía al crear la industria petroquímica. El primer complejo petroquímico fue el de Cosoleacaque, que inició su construcción a principios de los años sesenta.

¿Por qué Cosoleacaque? Porque la refinería de Minatitlán producía el petróleo y gasolinas; a su lado, el complejo petroquímico hacía derivaciones del petróleo para producir plásticos, cintas fotográficas, etc.

Con la construcción del Complejo Petroquímico Cosoleacaque, se instalaron industrias en la tierra de Martin Lencero como FERTIMEX (Fertilizantes Mexicano), KODAK, entre otras. Entre Minatitlán y Coatzacoalcos sólo se había hecho un puente para pasar el río, que se elevaba y dejaba pasar a los barcos a Minatitlán, donde cargaban el petróleo.

A finales de los años sesenta se empieza a construir el complejo petroquímico de Pajaritos, en el municipio de Coatzacoalcos. El cacique de la región era Amadeo Gonzalez Caballero y en la ciudad de Nanchital estaba la sección 11 del sindicato petrolero, cuyo líder era Juan Nepomuceno.

Los intereses económicos y políticos en el sur de Veracruz, por la expansión de PEMEX, causaron muchas muertes: Juan Nepomuceno, quien se quería liberar de Amadeo, un día fue encontrado baleado dentro del automóvil, también quemado.

En 1971, en su casa en Jáltipan, en una plática personal con el ex gobernador Fernando López Arias decía que venían más complejos petroquímicos como el de Cangrejera y Morelos, criticando que el director de PEMEX, Antonio Dovalí Jaime, era socio de los dueños de esos terrenos y querían tener cerca de los complejos la mano de obra futura: por eso querían construir ahí el Instituto Tecnológico, que al final se hizo en Minatitlán.

El ex gobernador predijo que la Sección 11 del sindicato petrolero sería la sección más poderosa del sistema, porque la sección 10 de Minatitlán se había quedado con las fuentes de trabajo de la refinería y el complejo de Cosoleacaque, pero Nanchital con el tiempo tendrá como afiliados a miles de trabajadores.

López Arias ya se preparaba para ser el máximo dirigente de los ganaderos, porque ya había muerto de un infarto Amadeo González Caballero en 1970.

Los complejos que anunciara López Arias se empezaron a construir, pero la Unión de Transportistas de Coatzacoalcos, encabezados por Mario Ledesma Pavón, no permitía que otras uniones trabajaran en las obras de PEMEX. Mario fue muy grosero no sólo por impedir la participación de otros transportistas, sino que le mentaba la madre al gobernador Rafael Hernández Ochoa.

Un día, Mario Ledesma Pavón desapareció y lo encontraron en una gravera de San Juan Evangelista, sin dientes, testículos, las uñas sacadas y quemado el cuerpo después de ser molido a golpes. Santo remedio. Todos tuvieron trabajo. En 1974, le dio una embolia a Fernando López Arias y murió cuatro años después en la Ciudad de México.

Después del presidente Luis Echeverría, vino José López Portillo, quien nos metió en problemas económicos por poner al petróleo como garantía y nos decía que teníamos que “cuidar la abundancia”. El precio del petróleo cayó y JOLOPO nos dejó en la ruina.

Llegando Carlos Salinas de Gortari a la Presidencia de la República en 1988, su hermano Raúl que estaba en CONASUPO, lo convenció que era más barato comprar los productos industriales y del campo en el extranjero, pero lo más grave es que se dejó de invertir en PEMEX desde 1982.

Salinas de Gortari quería vender los complejos petroquímicos, ambición de compañías mexicanas y extranjeras, pero el que sí se aventó fue el presidente Ernesto Zedillo, quien en 1997 quiso vender el Complejo Petroquímico Cosoleacaque.

En la zona sur se hizo un gran movimiento en contra de la medida presidencial. Pablo Pavón Vinales, líder de la Sección 10, encabezó marchas y mítines de protestas, donde se unieron grupos sociales y socialistas de toda la región, incluidos los grupos de la sierra de Soteapan.

Se paró la venta pero no sólo por las protestas, sino que los compradores exigían sus escrituras y ninguna instalación de PEMEX tenía papeles, porque construían o abrían un pozo donde querían sin tomar en cuenta a nadie, porque PEMEX era propiedad de la nación.

Entonces el presidente Zedillo ordenó poner en regla los papeles de PEMEX; aun así no se vendió nada de PEMEX.

No sé qué le pasa al gobierno de Enrique Peña Nieto. Está por presentar ante el Pacto por México su propuesta energética, que se dice que será transformadora; el dirigente del PAN, Gustavo Madero, dice que el PRI se va a tragar sus palabras porque el PAN siempre ha querido privatizar sectores de PEMEX y los priístas se han opuesto, pero ahora seguirán la propuesta de los azules.

El PRD, con el icono de la industria petrolera: Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del “Tata” Lázaro, dice sí a la entrada de la iniciativa privada en ciertos sectores de PEMEX, pero no reformar la constitución de la república.

Andrés Manuel López Obrador, con MORENA, dice que los panistas y priístas quieren entregar a PEMEX a la iniciativa privada, lo que es un robo para el pueblo de México. El tabasqueño convoca para el 8 de septiembre en el Zócalo de la Ciudad de México a todos los mexicanos para defender el petróleo.

Ante el anterior panorama, sin que se apruebe la reforma energética, el presidente Enrique Peña Nieto vende el 48% del Complejo Petroquímico Pajaritos a la empresa Mexichem propiedad de Antonio Valle, cercano al presidente Carlos Salinas de Gortari, pero lo más grave es que se queda con la planta de cloruro de vinilo: la más grande en Latinoamérica.

Ahora PEMEX le va a pagar a un particular por utilizar su planta. Vaya negocio y así quién no se hace rico.

Ante la incertidumbre laboral de los trabajadores de PEMEX, este jueves 8 de agosto cerca de 400 trabajadores se manifestaron desde Pajaritos al Parque Independencia de Coatzacoalcos.

Aun más, es que los gobiernos panistas metieron a PEMEX varias compañías petroleras para perforar pozos en altamar y tienen a los pescadores de los 700 kilómetros de nuestro litoral sin pescar, porque se han apropiado literalmente de las aguas del golfo de México y prohíben la pesca; y debe sumarse que las aguas están contaminadas de petróleo. Ante esta situación, los pescadores amenazan con paralizar las carreteras del estado este lunes 13 de agosto porque no los indemnizan y no tienen ni para comer.

El pasivo ambiental de PEMEX viene desde antes de la expropiación petrolera, pero se les permitía todo porque era una empresa de la nación, pero ahora (sin consentimiento de los mexicanos) que son empresas extranjeras que le trabajan a PEMEX, menos se le debe permitir que nos envenenen.

En la zona sur de Veracruz y la región de Poza Rica, así como la sierra de Chicontepec, ya se rebelan ante la contaminación de PEMEX y sus socios, en donde vivimos muchos veracruzanos.

¿A quién se le ocurre vender el 48% antes de la reforma energética? ¿Quién nos pagará los miles de casos de cáncer propiciados por PEMEX? ¿Quién limpiará nuestros ríos, lagunas y tierras contaminadas por PEMEX? ¿Tendrá razón López Obrador, quien sostiene que ahora los extranjeros nos cobran 10 dólares por barril de petróleo extraído y después de la reforma energética nos van a cobrar el 60%?

Para terminar y dato cultural: Minatitlán ya no es la terminal marítima porque se pasó a Coatzacoalcos. Se hizo otro puente y se le puso como nombre “Antonio Dovalí Jaime”, por su “patriótica” acción de vendernos los terrenos donde se asientan los complejos petroquímicos de Coatzacoalcos.

¿Dónde está el combate a la corrupción?