LO PEOR: MORIR EN LA VISPERA

Antes que tomara posesión como presidente de México, Enrique Peña Nieto debió darles un curso intensivo de “Cómo no morir en la víspera” a sus altos mandos civiles, policiacos y fuerzas armadas.

Venían de ganar la Presidencia de la República y se piensa que venían con el ánimo de hacer bien las cosas, pero los intereses fueron cercando al ejecutivo federal y este se dejó llevar. Puso a los hidalguenses en las mejores posiciones a cargo de las policías federal y ministerial.

Osorio Chong en Gobernación. A Murillo Karam, en la PGR; y como cierre pusieron a Eugenio Ímaz Gispert, hidalguense también, como jefe de espías en el CISEN, cuyo único mérito es ser priísta y ser hermano de Carlos Ímaz, muchacho que dirigió al comité de huelga que dejó sin clases un año a la UNAM en 1996. ¡Merece un premio por ser de los radicales que quiere tanto a la nación!

Si usted le busca méritos a Eugenio Ímaz, no lo encuentra. Lo más que ha sido es secretario de Comercio en el estado de Hidalgo y siempre ha sido asesor de Jesús Murillo Karam, a quien le pudo aprender mucho, pero menos de la inteligencia en combate a guerrilleros, terroristas, intervención de teléfonos a los enemigos del estado, etc.

En ninguna parte de la vida de Eugenio Ímaz encontramos que se fue a preparar a los servicios de inteligencia del estado de Israel llamado MOSSAD, considerado de los mejores del mundo. No encontramos que fuera a Inglaterra a cursar con el servicio de inteligencia del MI-6; o ya de plano --para entregar el país-- ir a los Estados Unidos para prepararse con la CIA o en la agencia antidroga llamada la DEA.

Decimos lo anterior, porque el presidente de la republica, Enrique Peña Nieto, expresaba que la guerra contra el narcotráfico habría más investigación e inteligencia que violencia. ¿Cómo podemos tomar esto? Más que como una burla, porque el director del CISEN es un neófito. ¿Entonces a que espías se refiere el presidente?

No hay inteligencia en este país --que es un organismo legal de los países para garantizar la seguridad de sus ciudadanos-- no existe, y por eso insiste el New York Times que al ZETA-40 lo agarraron los servicios de inteligencia estadunidenses cuando iba a ver a un hijo recién nacido.

Si hubiera servicio de inteligencia en el país, al contralmirante Carlos Miguel Salazar Ramonet, jefe de la Octava Zona Naval en Puerto Vallarta, Jalisco, no lo hubieran emboscado con sólo poner “gacetillas” en dos casetas de cobro para que el naval agarrara un camino vecinal donde lo mataron.

Morir así, es morir en la víspera. No le tocaba al naval, pero no hay servicio de inteligencia que los oriente. Y que me perdone el contraalmirante, pero eso de sólo llevar chofer y un sólo guardaespaldas, yendo con su esposa, no es temeridad, sino una estupidez, sabiendo cómo están las cosas con los narcotraficantes en Guerrero y Michoacán.

Lo que le pasó al jefe naval, los policías o fuerzas armadas, hacen lo que el sentido común rechaza: eso de meterse en los burdeles, cantinas, etc. Ahí los matan, por lo que estar en un centro de vicio no hay reclamo. Así todos los días se muere en la víspera.

Lamento decir que el presidente de la república está perdido en la brújula. Es de risa que haya 167 errores ortográficos en los libros que el estado está obligado entregar a los escolares. El presidente se queda callado y los maestros lo agarran de risa y pondrán a sus alumnos a que adivinen donde están esos errores. ¿Hay descaro?

Para terminar, vemos cómo el PRD, PAN y el PRI pelean por la reforma energética (meter o no a la iniciativa privada en el petrolero y en la luz). Antes de cualquier reforma, estos partidos deben preocuparse con sacar de PEMEX y la CFE, a los narcotraficantes. Ahí están y son los que se llevan las ganancias.

Vea cómo han crecido las gasolineras; detienen a los chupaductos, pero estos seguramente se toman lo robado como leche. La PGR de Murillo Karam no nos dice quién compra la gasolina robada a bajo precio. ¿El CISEN nos dice que funcionarios de la CFE y PEMEX están coludidos con el crimen organizado? No saben ni sabrán.

Fíjese que PEMEX tiene tan bien sus instalaciones (a las que no le invierten dinero), que las explosiones ahora son producto de los “chupaductos”. No cocol.