Sorprende disciplina en renuevo tricolor

Arturo Reyes Isidoro

Prosa Aprisa

2014-09-10

A decir verdad, sorprende la disciplina de la militancia priista veracruzana, su espíritu de unidad… o acaso es que no son borrachos que comen lumbre.
El pasado miércoles 3 de septiembre el Comité Directivo Estatal informó que tenía registradas 187 fórmulas o planillas de unidad para la renovación de las dirigencias municipales, aunque posteriormente se me comentó que la cifra había aumentado.
Por lo pronto, como para que no quede duda de lo derechito que andan los tricolores, sábado y domingo pasados la dirigente estatal Elízabeth Morales García fue a tomar protesta estatutaria a los comités de Paso de Ovejas, Veracruz, Soledad de Doblado, Boca del Río, Orizaba, Ixtaczoquitlán y Río Blanco, y luego se siguió con los de Altotonga, Perote, Xico y Coatepec.
El PRI practica la democracia a su manera. No que no haya habido inconformidad, o brotes de inconformidad, lo cual no está fuera de la normalidad en tratándose de políticos tricolores, pero lo que me llama la atención es que en ningún caso hasta ahora, que se sepa, la situación se le ha salido de control a la dirigencia estatal.
No se le puede ni se le debe regatear méritos a Elízabeth y a Alfredo Ferrari Saavedra, el secretario general, por este logro, y de ella se plantea la interrogante de qué ha hecho para que en el proceso de renovación no se haya visto a las fieras priistas que hay en cada municipio y que siempre complican los cambios. ¿O acaso han sido el gobernador Javier Duarte y el secretario de Gobierno Erick Lagos quienes han sabido utilizar muy bien la plancha político partidista?
Creo que además de cualquiera de esas consideraciones, lo que ha sucedido refleja ya el control y la concentración de poder que está haciendo el presidente Peña Nieto, jefe real del priismo, poder vertical en el que nadie se puede salir del huacal sin sufrir las consecuencias, y los priistas de Veracruz bien lo saben y además tienen un gran olfato e instinto de conservación y sobrevivencia.
Esta concentración de poder que está haciendo Peña Nieto, el verdadero jefe político nacional tricolor (el formal lo es el presidente del CEN, César Camacho Quiroz), ha venido a modificar las expectativas iniciales sobre los futuros candidatos a diputados federales y será él, como en los viejos tiempos, quien palomeará la lista final y vetará a quienes decida, por encima de intereses locales.
En este sentido, no me gusta tratar de adivinar lo que va a suceder ni entrar en el juego y rejuego de nombres de quienes pueden ser postulados; no porque sé muy bien que finalmente lo que determina son las circunstancias y los intereses y no la idoneidad de la persona, y que en política lo único seguro es que no hay nada (ni nadie) seguro.
Prácticamente desde que arrancó el año se viene haciendo en la prensa, especialmente en columnas políticas, acomodos y reacomodos de nombres y hay quienes se han atrevido a aseverar que la suya, la lista que publican, es la definitiva.
Ciertamente hay la intención desde el Palacio de Gobierno de inducir y de encauzar a integrantes del gabinete estatal, ya sea por afecto personal, por interés de grupo, o porque el interesado lo ha pedido, e incluso porque se cree que tiene los méritos suficientes y la aceptación ciudadana, para que representen como candidatos a su distrito electoral,.
Igualmente se ha estado alentando a aliados a la causa aunque no sean funcionarios, y a todos desde un principio se les dio la instrucción de que se “movieran”, esto es, de que empezaran una labor de zapa y pico, de cantero picapiedra, de proselitismo disfrazado de trabajo social, para irse ganando la simpatía de los vecinos, los posibles votos, pero también la opinión favorable a la hora que pasara el encuestador preguntando.
La fecha fatal para que el PRI decida quiénes serán sus candidatos se va acortando y cada vez va quedando más claro que una es la intención con respecto a nombres de hombres y mujeres y que otra será la realidad y la decisión final, esto es, que la lista “oficial” local será sólo eso, una lista, lo que no quiere decir necesariamente que alguno o algunos de los que se incluyen no alcancen la nominación, pero también que no todos alcanzarán una rebanada de pastel y que pueden surgir otras figuras hasta ahora no consideradas ni mencionadas.
Por ejemplo, ahora mismo en fuentes del PRI estatal al único del gabinete estatal que consideran casi seguro es al todavía coordinador general de Comunicación Social, Alberto Silva Ramos, y aunque no dejan de estimar a los demás colaboradores del gobernador y si bien los ponen a la cabeza, no les pegan todavía la etiqueta de seguros y junto a ellos colocan otros nombres de posibles.
Se sabe que los encuestadores del PRI recorren el estado, preguntan, levantan información, y que en la ciudad de México se ha tomado ya una determinación: para la nominación no pesará ni cargo actual ni cercanía con los jefes políticos, ya sean del estado o federales, y el que no sea garantía de triunfo porque no tenga la aceptación ciudadana y de grupos de poder locales no pasará.
Hasta se podría pensar que por eso el secretario de Gobierno, Erick Lagos Hernández, previendo cualquier sorpresa (se le ha venido considerando como seguro por el distrito de Acayucan) recién al inicio del mes declaró que no anda “futureando”, que no se adelanta “a los tiempos”, que aspira a ser el mejor secretario de Gobierno y que sus planes son “administrativos”, además, que se necesita de funcionarios de tiempo completo, “por lo que aquellos que no están enfocado en su tarea están fallando en la encomienda que se les dio”.
¿Algunos nombres que se manejan en las encuestas? Pánuco, Octavia Ortega, actual diputada local, y Sofía de León Maza; Tantoyuca, María del Carmen Pinete, Iraí Morales y Leonel Bustos; Tuxpan, Alberto Silva Ramos; Poza Rica, posición para un petrolero; Papantla, Mariela Tovar y Erika Romero; Martínez de la Torre, Lorena Piñón, Édgar Spinoso Carrera, si no lo vetan en México, y el posible caballo negro Gonzalo Morgado Huesca; Coatepec, Noemí Zoila Guzmán Lagunes, Renato Alarcón y Juan Manuel Velázquez Yunes; Xalapa Urbano, Renato Alarcón e Elízabeth Morales García, quien no quiere pero se disciplinará si el dedo apunta hacia ella; Xalapa Rural, Adolfo Mota Hernández, Erika Ayala Ríos, Eduardo “Tato” Vega Yunes y Silvio Lagos Galindo; Huatusco, Mónica Gasperín, Aurora Cantón y Felipe Amadeo Flores Espinoza; Orizaba, Evelia Ruiz, Juan Manuel Díez y Fidel Kuri Grajales; Córdoba, Marco Antonio Aguilar Yunes, Astrid Elías Mansur y Cristina Porres; Zongolica, Lilian Zepahua; Veracruz Urbano, Anilú Ingram; Veracruz Rural, Sergio Pazos, Marlon Ramírez y Anselmo Estandía; Cosamaloapan, Antonio Tarek Abdala; San Andrés Tuxtla, Jorge Carvallo Delfín, Jorge Uscanga Escobar y Vicente Benítez González; Acayucan, Erick Lagos Hernández; Cosoleacaque, Cirilo Vázquez y Gladys Merlín; Minatitlán, posición para un petrolero o petrolera (sería la esposa del líder Jorge Wade, señora Reyna León de Wade); y Coatzacoalcos, Marcelo Montiel Montiel, más los que vayan surgiendo, sin descartar sorpresas del D. F.