En la actualidad y décadas atrás, son muchos ciudadanos los que están inconformes sobre las condiciones en que se encuentra la ciudad de Minatitlán.
Pero, pocos son los que se organizan y tratan de que haya un cambio social, político, económico, en infraestructura, en hábitos, en vialidad y hasta en el destino final de los desechos urbanos.
Son muchos que todo lo malo se lo achacan a los gobiernos municipales que han emanado de la sección 10 del Sindicato de Trabajadores Petroleros.
Pero también se han dado gobiernos no petroleros y las condiciones fueron las mismas.
Lamentablemente, en los 34 años que llevo en Minatitlán, y me siento Minatitleco por adopción, ya que mi carrera profesional la he desarrollado en la región, es poco el progreso que se ha visto a lo largo de estas tres décadas.
Triste y lamentable, pero hay que reconocerlo, Coatzacoalcos tiene un desarrollo muy delante de Minatitlán.
Cosoleacaque está despegando y se verá mejor en caso de seguir la misma situación.
Recuerdo que cuando llegue del puerto de Veracruz, en la ciudad para divertirse había solamente tres cines. El cine Ceiba, el Mina y el Auditorio. Las cantinas sobraban y siguen sobrando.
No había las dos plazas comerciales. Luego vinieron los cinemas fuerte, y los que hay en la actualidad sobre el Boulevard Institutos Tecnológicos.
En ese entonces, junto con un compañero, decíamos, “locos o borrachos, nos quedamos el fin de semana”. Si, amable lector, ya adivinó como nos quedamos. Solamente bohemios.
Cuando íbamos al cine, había que tener los pies arriba por las ratas que proliferaban. Las de dos y cuatro patas.
Las calles, destrozadas. Sin drenaje sanitario, poca agua, una policía municipal hasta cierto punto abusiva que “charoleaba” a todo quien se dejara. Claro, no como ahora, que es el tiradero de cuerpos, algunos con cortes como si fueran reses.
Lamentablemente, el grupo de jóvenes empresarios que hace años se integró para disputar el poder político a los petroleros y que estuvieron a punto de lograrlo con Germán González Quintero, desapareció.
Han surgido otros grupos, como el de Guadalupe Porras y Flavino Ríos Alvarado. Pero desgraciadamente, aunque dicen amar a Minatitlán, sus acciones no se reflejan así.
A Don Amado Guzmán, un hombre bonachón, le llegó tarde la presidencia municipal. Pero disfruto las mieles del poder, despachaba en conocido hotel, mientras que la mayor parte de sus colaboradores “se despachaban en grande en el palacio municipal”.
No se le resta para nada, el trabajo que realizó en el área rural. Pero pudo haber hecho mucho más, solo que su equipo le falló y abusó. Recuerdo a uno de los integrantes de su comuna, que descaradamente utilizaba aquella famosa frase de una película “el que no transa, no avanza”.
En la actualidad, todos nos quejamos, insultamos en las redes sociales, nos molestamos por los impuestos, por los cobros indebidos, por el derroche en vanidades, por el impuesto predial, pero todos los representantes de organizaciones civiles y políticas, tienen miedo a manifestarse.
Aquella Canacintra y Canaco, integrada por personajes que cuando hablaban causaban polémica, quedó en el olvido. Es más, no tienen ninguna fuerza política en estos momentos.
Los grupos que se han integrado, son para hacer “grilla” y cuando alguno de sus miembros llega al poder, caen en los mismos vicios, errores, saqueos, negociaciones, se enriquecen y no hacen nada para el bienestar de la ciudadanía y de quienes creyeron en ellos.
Tenemos que hacer algo por Minatitlán. Por el progreso, por el desarrollo, por la seguridad, por la educación, por los caminos rurales, por la salud y esto, solamente se logra organizándose. Si no lo hacen, mejor ni chillen, porque no saben “defender como hombres, lo que rumoran como ciudadanos inconformes”.
Minatitlán seguirá estancada. Cosoleacaque y Coatzacoalcos, irán con mayor desarrollo. Hasta la próxima, primero dios.
