Veracruz, gobernado con el estómago

2016-06-28


La fuerza de la percepción en la política es tal que debido a ella se ganan y se pierden contiendas electorales, popularidad y hasta poder. Si alguien sabe de ello, vía sus ya incontables experiencias, es el gobernador Javier Duarte. Son muchos quienes coinciden en que, debido a la opinión generalizada de que el suyo ha sido el peor gobierno que ha tenido Veracruz, el PRI perdió los más recientes comicios.
Así, se abrió paso la percepción de que Miguel Ángel Yunes Linares era mejor opción para Veracruz. Hoy, ambos gobernadores, uno en funciones, el otro electo, comparten la percepción de los veracruzanos de que a Veracruz se le gobierna con el estómago.
Resulta inaudito que un experimentado político como Miguel Ángel Yunes pudiera pensar que, tras derrotar al PRI en las urnas, luego de más de ochenta años de que éste gobernara el estado, su antecesor fuese a comportase condescendiente y cooperador, cuando su principal tema de campaña y promesa al electorado fue encarcelarlo.
De modo que, al leer las declaraciones del gobernador electo, acusando a Duarte de ejercer su poder hasta el último momento, uno se pregunta: ¿es en serio? ¿De verdad no estaban previstos todos los movimientos que Javier Duarte aún podría hacer porque la ley se lo permite?
¿Es en serio que, desde ya, el gobernador electo le va a salir a los que votaron por él con que no será mucho lo que pueda hacer en favor de Veracruz, porque su antecesor lo deja atado de manos, y también deja garantizada su impunidad, con lo que jamás pisará la cárcel como tanto prometió en campaña el expriista recién electo.
Muchos han acusado al gobernador Javier Duarte de gobernar con el estómago, de tomar desiciones con las viseras y de equivocarse a menudo por ello. La percepción es que Miguel Ángel Yunes padece del mismo mal. Se ha hablado mucho de sus filias y fobias y se han tratado de documentar sus yerros a razón de sus odios. Nuevamente Miguel Ángel Yunes ha publicado una carta abierta al presidente, en un medio de circulación nacional, donde pide que intervenga en Veracruz. En el cuerpo de la carta no pide mucho para los veracruzanos, que no sea saciarles la sed de justicia. Pero Veracruz necesita mucho más, como abatir la inseguridad y el desempleo, mejorar los servicios de salud y sanear sus finanzas y un largo etcétera. ¿Será acaso que nos pasaremos dos años leyendo y escuchando cuánto nos saquearon, el daño que nos hicieron y todo lo que no se puede y no hay?
La campaña ya acabó; hay que cambiar de rol. Ya Miguel Ángel Yunes no es candidato; es el gobernador electo, y por el bien de Veracruz ojalá no venga a repetir lo que tanto ha criticado. Ojalá no venga a gobernar con el estómago. Lo que se necesita es tanto, y dos años son tan poco, que no se pueden desperdiciar ni recursos, tiempo, ni pólvora en infinitos.
Es verdad que la impunidad es un cáncer, y al parecer la federación sí se encargará de varios de los saqueadores de este estado. Pero también es verdad que Veracruz necesita un buen gobernador y no un político inepto repartiendo culpas para justificar todo lo que no puede hacer. Se necesita un gobierno inteligente, justo y capaz. El lema de Miguel Ángel Yunes fue que venían a “rescatar Veracruz”, ahora falta menos para verlo, ¿o no?
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