¿Y quién evalúa a los evaluadores?

Arturo Reyes Isidoro

Prosa Aprisa

2013-09-03

Me pregunto y por qué los maestros de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) se oponen a que los evalúen.
En mi caso, yo académico de la Universidad Veracruzana si me lo propusieran con gusto lo aceptaría.
Podría ser, por qué no, que una evaluación me reprobara, que demostrara que no estoy lo suficientemente capacitado para el trabajo que tengo asignado.
Si para remediar el caso me propusieran tomar cursos de capacitación y actualización y además me los pagaran, con toda vergüenza profesional y por deseo de superación profesional lo haría de inmediato. E incluso aunque pasara un examen evaluativo, de todos modos lo haría para reafirmar conocimientos y actualizarme a la vez.
Ya viví una experiencia enriquecedora. Cursé la carrera de Letras Españolas en la UV al tiempo que ejercía el periodismo. Luego me inscribí en la Facultad de Derecho de donde por falta de tiempo dejé la carrera a medias, estuve en varios talleres de periodismo y cursé varios diplomados en cultura, técnicas de investigación y periodismo, hasta que me entró la inquietud por ingresar a una Maestría en Comunicación.
Siempre que escuchaba a los exponentes (maestros del ITAM, del Tec de Monterrey, de la UAM, de la Ibero del Distrito Federal, de la UNAM y de universidades de la frontera norte del país conjuntados por Elizabeth Bonilla, ahora investigadora de la UV) salía felicitándome por la decisión que había tomado.
Me daba cuenta cuánto habían cambiado las concepciones teóricas de la especialidad a la par de la realidad y cuán atrasado me había quedado desde la última vez que había estado en un curso. Conocí nuevos autores, nuevas tendencias, nuevas propuestas, un nuevo lenguaje, en fin. Eso me sirvió para enfrentar más y mejor preparado y entender la era digital y todo el mundo de conocimientos que se nos vino encima y que nos envuelve en una vorágine de cambios todos los días.
Creo, sinceramente, que a los de la CNTE no les haría mal someterse a una evaluación y a la capacitación y actualización correspondiente. Pero se oponen y es respetable su posición aunque no comprensible.
En defensa de sus intereses, que creen que se ven dañados, se oponen ahora en especial a la Ley del Servicio Profesional Docente, una de las tres leyes secundarias de la Reforma Educativa del Gobierno federal, la que dispone su evaluación.
Los maestros tienen todo el derecho a manifestarse para protestar. A lo que no tienen derecho es a lesionar los intereses de terceros, como los que están en el Distrito Federal, donde incluso han cometido desmanes. Eso, creo, les ha significado que la población no los vea con simpatía y que no se hayan sumado a su causa para apoyarlos.
Pero, como siempre, se debe predicar con el ejemplo. Las autoridades, el Gobierno autor de la Reforma Educativa, deja también mucho que desear por cuanto, a su vez, no hay nadie con atribuciones legales para evaluarlo.
El pasado agosto, el diario Reforma obtuvo un documento de conclusiones que publicó el día 27 y que puso al descubierto que además de los errores de ortografía, la Secretaría de Educación Pública tuvo conocimiento desde el año pasado, en el gobierno de Felipe Calderón, de deficiencias en los contenidos de los libros de texto de Matemáticas y Ciencias, y, no obstante, los imprimió entre enero y febrero de este año, es decir, ya en el gobierno de Enrique Peña Nieto y siendo secretario del ramo Emilio Chuayffet.
Reforma reveló que la Universidad de Nueva York (NYU), a petición de la propia SEP, realizó una evaluación de los programas de estudio y libros de texto de primero, segundo, quinto y sexto de primaria, una evaluación que costó 721 mil dólares. O sea, ni al Gobierno panista ni al priista les preocupó mayormente la anomalía y actuaron con toda irresponsabilidad. Sus diputados y senadores (éstos se esperaba anoche o esta madrugada que lo hicieran) fueron los que aprobaron la controvertida Ley del Servicio Profesional Docente.
¿Y a los evaluadores quién los evalúa?
Se alega, y con justa razón, que el abandono de clases por parte de los maestros está dañando severamente la preparación de los niños, originalmente en Oaxaca aunque el paro se ha ido extendiendo por todo el país e incluso ya llegó a Veracruz aunque en una mínima expresión comparado con el número de escuelas que están funcionando con toda normalidad (sólo 381 pararon ayer de un total de 24,654).
¿Pero no dañan también a los escolares los errores de contenido de los libros que se mandaron a imprimir y se repartieron en todo el país y sirven actualmente de textos?
La información de Reforma a la que hago alusión dice que según detectó la Universidad de Nueva York, en el caso de Matemáticas, el material didáctico contiene concepciones equivocadas. Y que pese a que explica la importancia de utilizar las matemáticas en la vida cotidiana, no presenta ejemplos que los alumnos puedan poner en práctica.
“Para adquirir un mejor dominio en las habilidades matemáticas el currículum mexicano debería fortalecerse con más ejercicios, por ejemplo en el tema de habilidades computacionales que es la base para obtener las competencias del siglo 21”.
Pero hay más: “En el caso de los libros de Ciencias, anota que en primero y segundo grados la mayoría de los contenidos están relacionados con las ciencias sociales, más que con las ciencias naturales, como correspondería”.
Y: “Además las instrucciones en los libros son poco claras y confusas, e incluso hay textos que no son apropiados para la edad de los estudiantes”, y “Añade que algunos de los contenidos están incompletos, lo que requiere que los maestros adivinen y completen las ideas faltantes”.
Y, así, al final, entre la CNTE y el propio Gobierno federal le están dando en la madre a la preparación que significa el futuro de los niños, de nuestros niños, de nuestros futuros jóvenes y ciudadanos. Horroriza pensar que ahí está la cantera de los futuros presidentes municipales, de los diputados, de los senadores, de los gobernadores, de las autoridades educativas. Si el país está hoy como está a causa quienes nos gobiernan, cómo se irá a poner o a estar cuando estos pequeños, mal preparados en su base, lleguen al poder.
Fundación Colosio glosa el Primer Informe
Como siempre, el caballito de batalla. Fernando Sánchez García titular de la Fundación Colosio Veracruz organizó para la tarde de este miércoles una glosa del Primer Informe de Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto. Será a las 6 de la tarde en el Hotel Xalapa y participarán Joaquín Caballero Rosiñol, José Raúl Trujillo, Rebecca Arenas Martínez, Américo Zúñiga Martínez y Juan Nicolás Callejas Arroyo. En Xalapa estas glosas se dejaron de hacer cuando el PRI perdió la Presidencia, de tal forma que 12 años después de reanudan.