Carlos Alcaraz demostró una vez más que la gloria está hecha para él. Ayer lo ratificó con su primer título en Roland Garros, y tercer Grand Slam en su carrera. Consiguió inscribir su nombre en el torneo donde tradicionalmente el tenis español ha conseguido sus mayores gestas.
En un duelo que se convirtió en el segundo más largo en la historia del Abierto francés, con 4 horas y 18 minutos, el español vino de atrás y venció 6-3, 2-6, 5-7, 6-1, 6-2 a Alexander Zverev, para seguir haciendo historia a su corta edad.
El tenista de 21 años creció viendo a su compatriota Rafael Nadal acumular trofeo tras trofeo en Roland Garros, con un récord de 14. El domingo, sin embargo, eclipsó a Nadal como el tenista masculino más joven en conseguir un major en tres superficies distintas. Añadió la arcilla de Roland Garros a su colección que incluye triunfos en cancha dura (Abierto de Estados Unidos 2022) y en césped (Wimbledon 2023). Nadal tenía año y medio más cuando lo logró.
Es el título número 27 para un español en este certamen. Alcaraz une su apellido a los de mitos del deporte blanco de ese país, como el propio Nadal, Arantxa Sánchez Vicario (3) o Manuel Santana (2). Pero también al de Juan Carlos Ferrero, su entrenador, que en 2003 fue el último tenista ibérico en coronarse en la categoría masculina en el Philippe Chatrier antes de la ‘era Nadal’. De niño salía corriendo de la escuela para ir a ver por televisión los partidos de este torneo. Ahora estoy levantando el trofeo aquí, dijo Alcaraz con tono emotivo en la ceremonia en la que recibió la ansiada Copa de los Mosqueteros.
Tenis solvente y eficaz del español
En una tarde soleada y primaveral, Alcaraz comenzó la partida con un tenis solvente y eficaz.
Tras un intercambio de breaks en los dos primeros juegos, Alcaraz estuvo mucho más sólido para llevarse el set inicial por 6-3. A la postre, reaccionó el alemán, y el español dejó escapar el segundo y tercer set. Ahí vio cómo Zverev encontró su mejor versión para llevarse el parcial por 7-5. Justo cuando el alemán comenzaba a despegarse en el marcador, apareció esa magia que se ha vuelto común en el variado repertorio del joven.
La reacción de Alcaraz fue un ataque de rabia, mientras Zverev, quien llegaba a este enfrentamiento con una racha de 12 victorias, bajó su rendimiento en un momento crítico, sin potencia en las piernas, como él reconoció. Así, Alcaraz, con tesón, se recuperó y consiguió 12 de los últimos 15 games, y llevarse la primera final en Roland Garros desde 2004 sin Nadal, Novak Djokovic o Roger Federer.
“Es una carrera increíble hasta ahora. Ya eres un Salón de la fama. Ya has logrado tanto, y sólo tienes 21 años. Es un increíble jugador. No es la última vez que ganarás aquí”, admitió Zverev, de 27 años. Es una bestia, un animal. La intensidad con la que juega al tenis es diferente a la de los demás, subrayó.
Fue la segunda final de Grand Slam que disputó Zverev y la segunda con derrota. La primera fue en 2020 en el Abierto de Estados Unidos y entonces le superó el austriaco Dominic Thiem. Alemania, de esta manera, sigue sin títulos masculinos en Roland Garros en la era Open (1970), donde los únicos logros del país fueron los seis de Steffi Graf, pero en el cuadro femenino. La última conquista alemana en categoría masculina se remonta al logrado por Boris Becker en el Abierto de Australia de 1996.
Hay que lograr que siga con los pies en el suelo, es lo primero que Alcaraz padre le solicitó al entrenador Juan Carlos Ferrero cuando su hijo ganó el Abierto de Estados Unidos en 2022.
Una carrera de película
Año y medio después, el murciano sigue brillando. En ese entonces, Carlitos tenía 19 años, ganaba su primer Grand Slam y se convertía en el número uno más joven de la historia. Era una realidad y se consagra en la superestrella que sigue siendo, sin perder ese aire de chico de pueblo lleno de ilusión.
Ferrero sigue siendo su entrenador y ha sido el gran artesano de la trayectoria de Alcaraz, que comenzó su carrera en la Real Sociedad Club de Campo de El Palmar, en la localidad de Murcia donde nació en mayo de 2003.
Desde los 4 años se le podía ver en las pistas del complejo con una raqueta casi más grande que él y pronto empezó a despuntar.
A sus 13 años de edad, brillaba ya en los circuitos nacionales pero su gran salto, la decisión que lo cambió todo fue cuando en 2019 ingresó en la Ferrero Tennis Academy, en Alicante, a 115 kilómetros de la casa familiar.
Los éxitos fueron inmediatos. En 2021 consiguió su primer título ATP, en Umag (Croacia) con 18 años, y ahí dio comienzo a su fulgurante cosecha de trofeos en los mejores torneos. Tras conquistar París sólo le falta otro grande en su palmarés, el Abierto de Australia.