Los negocios del suegro de Duarte
Arturo Reyes Isidoro
Prosa Aprisa
2016-11-18
Comenzaba apenas el sexenio de Javier Duarte de Ochoa, quien presumía sus buenas relaciones con el Presidente.
Era tan cierto que ello le permitió que fuera quien propusiera quiénes iban a ser los delegados federales en el Estado.
Miguel Ángel Osorio Chong, Secretario de Gobernación, quien palomeaba entonces a los delegados federales en todo el país, acatando instrucciones había sido condescendiente con el gordito gobernador y le había dejado vía libre para que impusiera a quienes quisiera.
La lista la conocemos. La mayoría pervive. Ahora Osorio Chong la mantiene para que trabaje para su proyecto personal de ser el próximo candidato presidencial del PRI.
Aquí he narrado que en junio pasado, luego de la elección, hubo intento de cambiar a todos, acusados de que no habían hecho nada para impedir la derrota priista. Osorio Chong lo impidió y Luis Videgaray, caído en desgracia por el escándalo de la visita de Donald Trump, quien era partidario del cambio, ya no pudo hacer nada.
Pero los delegados federales seguían y siguen teniendo el sello duartista. A su gordito exjefe se deben. Tenían compromiso con él y lo pagaron.
Más de uno me ha platicado que recién nombrados, una noche recibieron una llamada telefónica que no esperaban. Les daban instrucciones de que al día siguiente a temprana hora estuvieran en el aeropuerto de El Lencero, sin darles más detalles.
“Cuando llegué, a las siete de la mañana, había tres más. Todos nos mirábamos intrigados. No sabíamos de qué se trataba. Nos ordenaron que nos subiéramos a un helicóptero y de pronto nos vimos volando sin saber hacia dónde”.
Lo supieron cuando aterrizaron en el aeropuerto de Canticas, municipio de Cosoleacaque, aunque muchos dicen que es el aeropuerto de Minatitlán y otros de Coatzacoalcos.
“Tan pronto llegamos nos subieron a una camioneta y nos llevaron a Coatzacoalcos por el rumbo del Tecnológico o del penal Duport Ostión. Fuimos a un edificio donde estaban las oficinas del suegro de Duarte (Antonio “Tony” Macías Yazegey)”.
“No perdió el tiempo. Fue al grano. Nos dijo que todos los negocios los iba a hacer él. Que las compras que se tuvieran que hacer de todos los programas federales en el Estado las tenía que decidir él. Algunos nos pudimos zafar diciéndole que era en la Ciudad de México donde decidían, no nosotros. Que se arreglara con ellos”.
Muy pocos lo pudieron hacer. Casi todos tuvieron que aceptar las condiciones del suegro de Duarte. Finalmente el yerno era quien los había impuesto y eso tenía un costo.
Cuántos negocios manejó “Tony” Macías y a cuánto ascendían sólo lo saben los delegados, seguramente Duarte y su suegro. Hoy una “apretadita” a cualquiera de ellos sacaría a flote todo. Pero todos nadan de muertito y procuran no hacer olas. Una investigación en serio y a fondo los pondría en una situación comprometedora. Aceptaron y se prestaron a actos de corrupción.
Todo esto lo traigo a colación porque ayer este señor, cuya fama es la de un verdadero pillo, huyó de Coatzacoalcos junto con su esposa y los hijos de Duarte. Dijo que se iba a su rancho a Chiapas porque ya no aguantaba el acoso de policías federales que vigilan todos sus pasos, quienes de todos modos lo fueron siguiendo y no se le despegan.
Dijo que se iba también por respeto al nuevo gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, seguramente porque no se atrevió a decir que por miedo, pues el panista en plena campaña electoral, sabiendo todos los atracos y pillerías que cometió amparado en la protección de su yerno, hoy prófugo, le advirtió durante una visita a Coatzacoalcos que lo metería a la cárcel y lo haría devolver todo lo que se había apropiado indebidamente con la complicidad del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán y de su yerno Duarte de Ochoa.
Lógicamente, como todo cínico, se dijo blanca paloma, se trató de hacer víctima y terminó culpando a los medios de comunicación de las acusaciones en su contra, a cuyos representantes, no obstante, terminó pidiéndoles que le “echaran la mano”. “Ayúdenme… también échenme la manita”, suplicó.
La prensa regional, en su momento, documentó todos los abusos y pillerías que este señor cometió con la complicidad de su yerno Duarte de Ochoa y del exgobernador Fidel Herrera Beltrán, y aquí narré en días pasados que también quebró totalmente, porque se apropió de todos los recursos para su provecho personal, el Sistema Municipal de Agua y Saneamiento de Coatzacoalcos, con un presupuesto igual o mayor que el del propio Ayuntamiento.
Lo inaudito es que no obstante todos los señalamientos en su contra, por lo pronto se fue impune, escapó, o más bien dicho los policías federales que lo vigilan le permitieron que lo hiciera. Luego terminan ofreciendo hasta recompensas.
Último informe de Alberto Sosa
Rindió ayer su sexto y último informe de actividades el presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura del Estado, Alberto Sosa Hernández, acto al que asistió el gobernador Flavino Ríos Alvarado.
En su último mensaje convocó a la unidad de todos los veracruzanos, “que nos permitirá recuperar la tranquilidad, la armonía y la paz, indispensables para la convivencia social”.
No pudo faltar el detalle personal: “En mi universo, contemplo la figura de mis seres queridos como un faro de luz que siempre me ha llevado a buen puerto: mi esposa, mis hijos y mi familia entera”.
Se despidió del cargo, que entrega a fin de mes, con una comida a la que asistieron los magistrados compañeros suyos, entre los que hizo acto de presencia Edel Álvarez Peña, a quien muchos ven como el viable sucesor de Sosa Hernández.
Protestas, por hambre
Me escribió Raymundo, un joven trabajador de la Secretaría de Salud, compañero mío en mis lecciones iniciales de clases de salsa, a propósito de mi columna de ayer sobre la “mano que mece la cuna”, por las protestas de los trabajadores de ese sector, que no se habían sentido tanto como ayer y anteayer. Esto es lo que me dijo:
“Estimado amigo Arturo Reyes Isidoro, antes de dormir cada noche estoy atento a su columna que escribe cada día. Yo siendo un trabajador del Sector Salud por más de 12 años he visto que nadie mece la cuna, la cuna la mecen las necesidades más apremiantes de cada familia que lleva el sustento a sus casas producto de su trabajo. Los sindicatos del Sector Salud han sido rebasados, ya nadie le cree a los líderes. Este movimiento es de los trabajadores, los sindicatos como siempre quieren sacar raja política. Lo invito a que le pregunte a los trabajadores quién les ordena las protestas y verá que es el hambre y la desesperación. Al tiempo verá que la que se ostenta como la máxima dirigente en el sector salud ha perdido fuerza, presencia y credibilidad con la base trabajadora. Sólo es cuestión de tiempo. Saludos y seguiré gustoso leyendo sus columnas y a seguir bailando salsa”.
Creo que este sentir es de muchos trabajadores y me hago eco de ellos. Ayer comenté que su protesta y movimiento era justo. No tengo ninguna duda de que muchos trabajadores se rebelaron verdaderamente en forma espontánea, aunque tengo que insistir que ajena a su noble intención hay quien trae otra aviesa intención, pues la noche del miércoles siguieron circulando “avisos” o “alertas” anónimas de que cerrarían hospitales y centros de salud con clara intención de causar zozobra entre la población. Alguien trata de enturbiar el ambiente. A los trabajadores, médicos, enfermeras y administrativos del Sector Salud que actúan con verdadera noble intención, mi solidaridad y respeto.