¡A ver a qué horas, regidores!

Mientras nadie pueda presentar y sostener argumentos que demuestren lo contrario, todo indica que los minatitlecos terminarán decepcionados por la nula gestión y resultados de sus 14 ediles (12 regidores, la Síndica Única y el alcalde), después de haberles confiado su voto el 4 de junio de 2017.

Para persistir con el texto que nos ocupa, es necesario recordar que ese domingo 4 de junio las minatitlecas y minatitlecos analizaron por segunda ocasión –la primera vez fue en 1997, cuando eligieron por el PRD al alcalde y extinto Amado Guzmán García- por qué partidos y candidatos deberían votar, y al final de la jornada electoral celebraron la copiosa votación que obtuvieron: el candidato por Morena, Nicolás Reyes Álvarez, con 23 mil 149 votos, y el candidato por la coalición PAN-PRD, Nicolás Ruiz Roset, logró 21 mil 261 votos –mil 888 sufragios menos que Nicolás Reyes-.

La coalición PRI-PVEM contabilizó 8 mil 945 votos, con Ciro Félix Porras; Nueva Alianza y su candidato Rafael Mathey Maldonado consiguió 3 mil 313 votos; el aspirante independiente, José Luis Almanza Katz, logró mil 196 votos. Y no más de 500 votos alcanzaron cada candidato de Movimiento Ciudadano, Partido Encuentro Social y Partido del Trabajo.

En base al análisis y ajuste legal de la votación, funcionarios del Organismo Público Local Electoral (OPLE) otorgaron a la planilla de Morena la presidencia municipal de Minatitlán para Nicolás Reyes, la sindicatura única para Gisela Pineda Pérez, y las respectivas Regiduría 1ª, Regiduría 2ª, Regiduría 3ª y Regiduría 4ª, para Francisco Antonio Hernández, Ana Leticia Siu Gallegos, Raúl Atanasio Rodríguez Rico y Teresa Pérez Baruch.

Gracias al voto razonado de las inteligentes minatitlecas y minatitlecos, el PAN de la coalición de Nicolás Ruiz logró adjudicarse las regidurías 5ª, 6ª y 7ª, para Alfredo Kristhian Mora, Noemí Manrique Valerio y Blas Ávalos Santos; y el PRD, las respectivas regidurías 10ª y 11ª, para Carlos Prieto Arróniz y Erika Verónica Burgoa Gutiérrez.

A la coalición PRI-PVEM le correspondió las regidurías 8ª y 9ª, para Saúl Wade León y Damara Isabel Gómez Morales. Y el partido Nueva Alianza de Rafael Mathey, alcanzó la Regiduría 12ª para Guadalupe Andrade Cruz.

Ahora bien, si se analiza la real fuerza política que representa cada uno de los 14 ediles que conforman el Ayuntamiento de Minatitlán, no es necesario haber estudiado en Harvard para darse cuenta que los 6 morenistas son minoría ante 8 regidores de oposición al partido gobernante; y si me esperan tantito, quedaría reducida a 4 por los constantes votos en contra y abstenciones de los regidores por Morena, Ana Leticia Siu y Francisco Antonio.

Habiendo corroborado ya que regidoras y regidores de oposición superan en número a los ediles de Morena, cualquiera puede sospechar por qué Nicolás Reyes logra alianzas en Cabildo para que no prosperen las peticiones, denuncias e inconformidades, que en su contra le hacen los panistas Alfredo Kristhian Mora, Noemí Manrique y Blas Ávalos Santos; y los morenistas Francisco Antonio y Ana Leticia. Y, últimamente, los regidores priistas Saúl Wade y Damara Isabel Gómez.

Aunque los 7 regidores antes citados, acordaran mantenerse como real oposición en Cabildo ante las conocidas decisiones unilaterales y caprichos de Nicolás Reyes, la gente del alcalde utilizaría el medio legal para aplicar su voto de calidad.

Hasta el más ignorante en estas lides puede deducir por qué la regidora doceava por Nueva Alianza, Guadalupe Andrade, acata sin chistar todo lo que le ordena el alcalde Nicolás Reyes. Andrade Cruz aprendió lo malo de su ex candidato a la alcaldía Rafael Mathey, quien –por inútil- fue destituido como secretario del Ayuntamiento después de haber sido propuesto por el mismo Nicolás Reyes. Además, desde hace más de un año, Guadalupe Andrade mantiene nexos con Morena a través de su hermano que trabaja en el círculo cercano de la estatal secretaria de turismo y presunta candidata a la presidencia municipal de Minatitlán, Xóchitl Arbesú Lago.

Nada queda ya de aquella aguerrida “luchadora social” que tuvo los suficientes “atributos” –y aun los tiene- para que alguien del comité estatal del PRD le asignara la Regiduría 11ª, con el apoyo de su “marido” Javier Soberano Torres “El Chatarrero”; ahora, cualquier perredista y ciudadano se avergonzaría de ver a Erika Verónica Burgoa defendiendo en Cabildo al alcalde morenista Nicolás Reyes, ante el discreto beneplácito del regidor de su mismo partido, Carlos Prieto.

Si el empresario Nicolás Ruiz tuviera la intención de volver a postularse como candidato a la presidencia municipal de Minatitlán –por el partido o partidos que quiera y guste-, el 6 de junio de 2021, su campaña política pudiera verse afectada por la cuestionable labor edilicia de algunos de sus regidores; que no han sabido conducirse como verdadera oposición en Cabildo.

Los citados 8 regidores (de los 14 ediles) de oposición al gobierno municipal de Morena, aún están a tiempo de rectificar y demostrarle al pueblo de Minatitlán que su fuerza política y calidad moral están muy por encima de sus intereses económicos y personales; de no hacerlo, las minatitlecas y minatitlecos podrían votar contra sus próximos candidatos de partidos u organizaciones a algún cargo de elección popular.

Reitero, quien o quienes no quieran darse cuenta que el pueblo sabio de Minatitlán ya despertó, está atento y se informa para premiar o votar contra aquellos que no luchan por lograr mejores beneficios para la comunidad, estarían expuestos a perder la confianza y respeto del electorado; como en recientes comicios lo comprobaron los otrora poderosos partidos.

No está por demás volver a recordar que, con todo y las “marcas registradas” que representan Morena y el nombre del ahora presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, en Veracruz solo ganaron 17 de 212 alcaldías, el 4 de junio de 2017; de las 100 que el ex presidente estatal de Morena, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, le ofreciera a López Obrador.

En conclusión, los multicitados 8 regidores de oposición al gobierno morenista de Minatitlán tampoco deberían seguir apostando a que Morena pueda perder la alcaldía por las evidentes corruptelas del ladino Nicolás Reyes y colaboradores cercanos, sino que, reitero, están obligados a renunciar a sus componendas; porque solo con verdadera calidad moral y fundamentos legales, podrían denunciar y exhibir en cualquier parte todas y cada una de las ilegalidades en que pueda estar incurriendo la administración de Reyes Álvarez.


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