No hay duda, el diputado Sergio Gutiérrez Luna tiene apoyos de primer nivel en la 4T (que pueden ir desde el propio presidente López Obrador, hasta el líder de MORENA, Mario Delgado), para promocionarse electoralmente en Veracruz.
También es un aserto, que el gobernador, Cuitláhuac García y Rocío Nahle (la mano que mece la cuna), junto con sus operadores, entre los que destaca Eric Cisneros, el secretario de Gobierno, harán todo lo que esté a su alcance por boicotear las aspiraciones del legislador, van con todo para descarrilarlo.
Justo por ello, llama la atención que, en este contexto, don Sergio cometa pifias de primaria, mismas que ocurren por un sólo motivo: las prisas del istmeño por ‘comerse’ la candidatura.
Así pues, la estrategia-vorágine de Gutiérrez, lo llevan a realizar eventos con personajes impresentables que han sido parte integral de los grupos de poder que, en el pasado reciente, desfalcaron a la entidad, ese aspecto lo hace vulnerable, porque en su momento, se convertirá en el material idóneo para enderezarle una campaña negra.
Por otra parte, en un breve lapso de tiempo, el personaje aludido ha tenido que desistirse de dos publicaciones en sus redes sociales, ya que, en lugar de generarle simpatías, le acarrearon una oleada de críticas. Ambas situaciones, evidencian una falta de cuidado, la inexistencia de un análisis de escenarios, ante las decisiones que se toman.
Esta hiperactividad se puede convertir en su Waterloo, sino encuentra el punto de equilibrio, sus adversarios no tendrán que recurrir al golpe bajo, bastará con aplicarle la Regla 11.