Por la información fidedigna que recibe diariamente de diversas fuentes gubernamentales y sobre todo por su enorme experiencia política, el presidente Andrés Manuel López Obrador es quien tiene el pulso exacto del estado de ánimo de los mexicanos. Nadie más en Morena. Por eso, al hacer la última lectura de los resultados electorales en Coahuila y el Estado de México –donde en la primera entidad fueron arrasados por la alianza PRI-PAN-PRD, y en la segunda ganaron con apenas 8 puntos de ventaja, por el millón de votos que le sumaron el PVEM y el PT, más los operativos que hicieron varios gobernadores morenistas–, AMLO debió confirmar su justificado temor de que si no cierran filas y llegan unidos a la sucesión presidencial de 2024 el movimiento de la Cuarta Transformación corre el riesgo de descarrilarse antes de un segundo sexenio que sería clave para avanzar en su consolidación.
Este sábado, en su gira por Tamazunchale, San Luis Potosí; Huejutla, Puebla, y Álamo-Temapache, en el norte de Veracruz, el fundador de Morena reiteró su llamado a que “una vez que ya esté la encuesta, que se sepa quién está mejor posicionado, a cerrar filas, a unirnos, nada de divisiones”, dijo refiriéndose al método para elegir al candidato de su partido para sucederlo en la Presidencia de la República el año entrante.
“Ya no hay ‘tapado’, ni ‘destapes’. ¡Ya no hay ‘cargada’!, insistió López Obrador, condenando las prácticas priistas del pasado, lo que motivó que casi simultáneamente el gobernador Cuitláhuac García y otros seis mandatarios estatales de Morena que horas antes habían subido mensajes de apoyo a la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, borraran sus publicaciones en sus cuentas de Twitter.
Ese mismo día, el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, recordó a sus homólogos el compromiso que habían pactado el pasado lunes 5 en el que establecieron que ya no habría pronunciamientos públicos por parte de ellos a favor de alguno de los aspirantes a la candidatura presidencial de Morena.
Durante una conferencia de prensa conjunta con el senador Ricardo Monreal, el mandatario sinaloense recordó que en esa cena, organizada al día siguiente de las elecciones de Coahuila y el Edomex, “aprobamos un documento que no sólo firmó el presidente López Obrador, las cuatro ‘corcholatas’ y todas y todos los gobernadores de Morena”, resaltó, haciendo notar que en ese escrito, que fue consensuado, se dijo claramente que “no podemos hacer ni en lo personal pronunciamientos, mucho menos agruparnos diciendo que hay gobernadores que apoyan a tal o cual aspirante”.
Dijo que ese acuerdo, que se votó ayer en el cónclave de Morena y que fue suscrito por Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López Hernández y Monreal, “tiene la finalidad de preservar la unidad y que dejemos que cada aspirante desarrolle su proselitismo en razón de sus virtudes”.
También aclaró que esa reunión con Monreal era la última a la que acudía, porque ni él ni los miembros de su gabinete o alcaldes asistirán más a otras reuniones con los aspirantes, aunque se lleven a cabo en fines de semana.
EBRARD, EL MÁS FELIZ
Por cierto, el más feliz con los acuerdos aprobados ayer por el Consejo Nacional de Morena era Marcelo Ebrard, quien desde hace una semana marcó el paso a los demás aspirantes al anunciar que renunciaría a su cargo este lunes 12 para dedicarse de tiempo completo a recorrer el país y posicionarse para la encuesta que definirá a finales de agosto próximo al candidato del partido obradorista.
Y es que además de su condición de que renuncien todos los aspirantes que ejercen cargos en la administración pública o de representación popular, los consejeros del partido guinda también aprobaron casi la mayoría de sus propuestas que la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, se resistían a avalar.
Ayer, después que el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, y el gobernador de Sonora y presidente del Consejo Nacional, Alfonso Durazo, dieron a conocer oficialmente los acuerdos aprobados, Ebrard grabó y difundió un video en el que dijo: “Estoy contento porque me pareció muy bien que haya separación del cargo de todos los que aspiran a participar –cuatro seremos por parte de Morena, más Partido del Trabajo, más Partido Verde, en total cuando menos seis–, todos deberemos separarnos de nuestros cargos, yo lo haré mañana (hoy lunes) a las 12 del día”, hora en que será recibido por el presidente López Obrador para entregarle personalmente su renuncia.
Pero, sobre todo, el canciller destacó que también se aprobó que “no deberán participar gobernadores, gobernadoras; que no participen secretarias o secretarios, que no participen alcaldesas, alcaldes o nadie de la dirigencia nacional de Morena promoviendo a una persona; que se evite el derroche, que no haya exceso en los gastos de publicidad, que no haya prebendas, menos amenazas. Todo eso por lo que hemos luchado tantos años muchas personas, hoy se aprobó en el Consejo Nacional de Moren. ¡Claro que estoy muy contento! Y yo lo que diría en esencia es que vamos a tener una competencia real y va a ser una encuesta abierta, en la que incluso habrá la simulación de una boleta. ¡Entonces sonrían, nos va a ir requetebién y todo va a estar bien!”.
Los gobernadores que ya se han manifestado abiertamente por una precandidata o precandidato y que anteayer tuvieron que borrar sus mensajes de apoyo en sus redes sociales, ¿deveras se abstendrán de acarrear a votantes el día de la consulta para favorecer a sus aspirantes favoritos?
Ya veremos si esto no termina en una batalla campal y si Ebrard y sus seguidores siguen sonriendo a principios de septiembre.