Hoy, un México impensable hace 9 meses
Arturo Reyes Isidoro
Prosa Aprisa
2013-09-25
Recordé ayer que la primera que se opuso a la reforma educativa fue la otrora poderosa dueña del SNTE, Elba Esther Gordillo. Se oponía, dije, porque se afectaban sus intereses, su cacicazgo, sus privilegios, su poderío, sus pillerías.
“El régimen pensó que sometiéndola y poniéndola a buen recaudo en la cárcel la reforma iría sobre ruedas, como aparentemente iba pues nadie chistó en el país cuando la iniciativa pasó la aprobación en las legislaturas de todos los estados de la república”.
Pues la señora está de vuelta. Y de qué forma. Ayer mismo se informó que el juez cuarto de Distrito en Materia de Amparo con sede en el Distrito Federal le ordenó a la Procuraduría General de la República (PGR) precisar las acusaciones y corregir violaciones al debido proceso. En total fueron tres amparos los que le concedió el juez Francisco Javier Sarabia Ascencio.
El juez que dictó la formal prisión, Alejandro Caballero Vertiz, según el juez que otorgó los amparos, incumplió “los requisitos de forma” de las acusaciones por delincuencia organizada y lavado de dinero, “fallas que afectan el fondo de la acusación”, y en el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita, la PGR no esperó a que hubiera una denuncia de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, toda vez que para cometer el delito que se le imputa la Gordillo debió utilizar el sistema financiero mexicano.
Si bien el Consejo de la Judicatura Federal se apresuró a enfatizar que esos amparos no implican que el juez Caballero Vertiz “tenga que dictar auto de libertad”, ahora el Ministerio Público federal, esto es la PGR, tendrá que fundamentar y motivar sus acusaciones, y si no lo hace entonces sí la odiada mujer se irá a la calle.
Recuerdo bien el día de la detención de la chiapaneca, el miércoles 27 de febrero pasado, cuando el subprocurador de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo de la PGR, Alfredo Castillo Cervantes, presentó ante la prensa una gráfica que mostraba todo el entramado del presunto desvío de recursos, que tocaba varios países e iba de un continente a otro. Impresionaba.
Lo menos que se podía pensar entonces era que un trabajo de investigación que hacía suponer que había llevado varios meses tenía cabos sueltos, por lo que todos los mexicanos pensamos, ahora sí, a la Gordillo se la chingaron. Poco más de siete meses después, la PGR está a punto de hacer el ridículo posiblemente de todo el sexenio.
Más allá del aspecto legal del asunto, queda claro que el Gobierno federal a través de su Procurador Jesús Murillo Karam actuó precipitadamente y por eso las fallas que ahora afloran, y cabe pensar que se apresuró porque le urgía echar y sacar por delante la reforma educativa para después aprobar la energética y la hacendaria. Elba Esther era una roca en el camino y había que quitarla.
Todos los cálculos le han fallado al gobierno de Enrique Peña Nieto: parte del país está convulsionado por las leyes secundarias de la reforma educativa y hoy se cumple el plazo para levantar actas y despedir a los maestros que no se presenten a trabajar, pero no se ve que se vaya a hacer algo. Y sólo hay de dos: o la bebes o la derramas, o se aplica la nueva ley y no pasa nada, o se aplica la ley y se incendia la pradera como si se le echara más gasolina a lo que ya arde.
Pero también no se ve cómo se va a hacer que funcione la reforma cuando hay oposición de los docentes sin los cuales no se puede echar a andar, y hay gobernadores rebasados como el de Oaxaca donde no se ve que se pueda aplicar.
Los aliados del gobierno, las dirigencias estatales magisteriales también han sido rebasadas ya en varios estados como el de Veracruz y además están siendo desconocidas. Llegará un momento en que ya no le sirvan al régimen, que tendrá que echarlos a la basura y buscar nuevos interlocutores.
Ahora la señora Gordillo le asesta un golpe al Gobierno federal y está ante la posibilidad de ganarle no un round sino toda la pelea.
Y tampoco sale ni la reforma energética ni la hacendaria y por lo pronto, aunque Manlio Fabio Beltrones lo niegue, el PAN ya obligó al Gobierno a que se considere también y se apruebe la reforma electoral, que será un duro golpe para el PRI y para los gobiernos priistas porque han logrado mantenerse en el poder gracias a las actuales y obsoletas y violatorias normas que permiten una serie de abusos y triquiñuelas, de las que la oposición se queja. Otro sería el panorama para la elección federal de 2015.
La situación dista mucho de lo que seguramente se planeó o se pensó al principio del gobierno hace nueves meses: que las reformas tendrían obstáculos pero pasarían sin mayores problemas, pero ya vemos también que hay una fuerte corriente opositora de la izquierda a la energética, que conjunta a Cuauhtémoc Cárdenas y a Andrés Manuel López Obrador, y de la derecha y de la Iniciativa Privada a la hacendaria.
Y como si eso no bastara, llegan dos actores que no estaban considerados en el reparto, Ingrid y Manuel, y crean una situación de emergencia en buena parte del país, de tanta gravedad que el propio Presidente ha tenido que decir que lo que se tiene para atender los casos de desastres es insuficiente, así que se tendrá que programar recursos extra para el presupuesto de 2014.
Pero no es todo. Un día y otro también sigue la violencia a causa de la delincuencia organizada, como la reciente matanza en Chihuahua, y la ola de secuestros, de lo que la prensa de la Ciudad de México viene informando y dando cifras, nada alentadoras.
Qué panorama. El hasta ahora mayor impacto mediático del joven Gobierno federal, la detención de la Gordillo, puede venirse abajo; parte de la infraestructura carretera y de comunicaciones del país (caminos vecinales, puentes, vados) está destruida; miles de mexicanos viven entre el agua de las inundaciones y claman porque no tienen qué comer ni qué beber; ayer se anunció que debido a la pérdida de cosechas y animales del campo encarecerán los productos del agro; comerciantes e industriales se quejan de que no se reactiva la economía; el propio Gobierno está por acuchillarnos de nuevo con nuevos y más impuestos; vialidades de ciudades y carreteras federales están obstruidas por manifestantes, y para qué seguir.
¿Quién se iba a imaginar, a pensar este México hace nueve meses cuando se inició la actual administración con los mejores augurios?