Quién a hierro mata, a hierro muere
La versión del asesinato del hermano ex mandatario veracruzano, Fidel Herrera Beltrán corrió como pólvora en diferentes medios de comunicación local. La noticia en dichos medios cibernéticos aludía sobre el apuñalamiento de Marcos Herrera Beltrán en la cantina “La Paca” ubicada en el callejón Altamirano del municipio de Tres Valles en manos de José Alberto Domínguez Borja, quien le propinó siete puñaladas luego de haber recibido insultos por parte del ahora finado.
Tanto el ex gobernante como su parentela son considerados en la zona como caciques al tener propiedades con grandes extensiones de tierras y existen denuncias por parte de los trabajadores del ingenio de Carlos A. Carrillo, por considerarlos una mafia, el cual ex mandatario protegía. http://www.jaquematedesdelostuxtlas.com/a-punaladas-matan-a-hermano-del-ex-gobernador-fidel-herrera-beltran-en-tres-valles/
Lo curioso de dicho acontecimiento, fue la sagacidad y eficiencia de los elementos de la Agencia Veracruzana de Investigación (AVI) a cargo de la Procuraduría General de Justicia de Veracruz para dar con el asesino. Obviamente acto que se vio impulsado por la “importancia” de la víctima, es decir, por ser hermano de Fidel Herrera Beltrán, se pusieron las “pilas” para su pronta localización. Eficacia que los veracruzanos no pueden darse el lujo de obtener por parte de las corporaciones policíacas y de los elementos de la AVI, pues existen cientos de personas asesinadas, levantadas y robos por doquier, sin que la autoridad mueva un solo dedo.
En este momento, la cruda situación en la que el ex gobernante sumió al estado veracruzano, lo han alcanzado literalmente con el asesinato de su hermano. La postura del gobierno será la más obvia: mentir. El paso siguiente del actual gobierno estatal será que tanto el secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, el procurador General de Justicia de Veracruz, Amadeo Flores Espinosa, María Georgina Domínguez Colío y el propio gobernador del estado, Javier Duarte de Ochoa, es negar categóricamente el vínculo familiar entre el asesinado con el ex gobernador.
Negarse a la realidad por quienes gozan a sus anchas del poder –con este hecho- no es ni será nunca una actitud que les beneficie al final de todo el camino. La inmundicia social les va alcanzar a tal grado, que sentirán en carne propia el sufrimiento de miles de personas que han perdido a un familiar a causa de la delincuencia organizada.
La vida pasa factura y la inseguridad en el estado de Veracruz les está alcanzando. Nadie se salva y máxime si incumplen los dichosos “tratos” que el gobierno haga con los delincuentes. Los políticos serán luego entonces, los terroristas de su propio destino, pero al final, quienes pagan los “platos rotos” son los veracruzanos quienes tienen que sufrir en carne propia la incapacidad y el contubernio entre las instancias procuradoras de justicia y de seguridad con la delincuencia organizada.
Para muestra un botón es el caso del periodista del municipio de las Choapas, Hernán Villarreal Cruz, de un medio local de la zona, quien fue levantado, golpeado y posteriormente abandonado en una lugar despoblado. También de los miles y miles de casos que se han generado en la conurbación Veracruz-Boca del Río de personas secuestradas, de restaurantes robados y personas asesinadas.
Existen muchas inconformidades por parte de la sociedad en el tema de inseguridad. No existe municipio o localidad que se salve o esté exenta de las bandas delictivas, quienes operan con toda la anuencia del poder político. Actualmente el estado de Veracruz, se ha convertido en una potencia delictiva, situación que diariamente va a la alza a causa de la incesante corrupción de quienes entregan el poder estatal.
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