De los tres principales aspirantes de Morena a la Presidencia de la República, Marcelo Ebrard ha sido el más congruente y cuidadoso de no construir una candidatura artificialmente, incurriendo en los mismos vicios de antaño como el acarreo, desvío y despilfarro de recursos públicos que durante décadas mantuvieron al PRI en el poder.
El fue, por ejemplo, el primero que decidió renunciar el 12 de junio a su cargo de canciller para participar abiertamente en el proceso interno de su partido. Contra su voluntad, Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López tuvieron que separarse de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y de la Secretaría de Gobernación, respectivamente, luego de aquella memorable cena a la que hace poco más de tres meses convocó el presidente Andrés Manuel López Obrador y a la que acudieron las cuatro “corcholatas” de Morena, gobernadores, líderes partidistas y del Congreso de la Unión, en la que el Jefe del Ejecutivo federal fijó algunas reglas no escritas para quienes buscaban la Coordinación Nacional del Movimiento de la Cuarta Transformación, entre las cuales figuraba precisamente la de dimitir a sus cargos de elección popular o de la administración pública de la Federación.
Y es que en la Cancillería habían ido renunciando varios de colaboradores de Ebrard para sumarse a su proyecto político. La primera fue Martha Delgado Peralta, quien el 2 de mayo entregó la Subsecretaría para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos para dedicarse de tiempo completo a la coordinación de su equipo de apoyo.
Una semana después, el 10 de mayo, Bernardo Aguilar anunció su renuncia a la Dirección General para Europa y, desde aquellos días hasta la fecha, ha sido uno de los impulsores del “ebrardismo”. El 31 de ese mismo mes, Carlos Candelaria dimitió como director general de la Oficina de Pasaportes para sumarse también al equipo de precampaña del canciller. Y el 30 de junio Ximena Escobedo entregó formalmente la Dirección General de Coordinación Política de la Secretaría de Relaciones Exteriores. En una carta personal que previamente le había dirigido a Ebrard, la funcionaria le expresó: “Todo mi agradecimiento por las oportunidades a lo largo de casi cinco años. Ha sido un honor trabajar contigo al frente de la SRE, y lo seguirá siendo en tu proyecto rumbo al 2024”.
Ayer, sin embargo, a un día de que Morena realice el sorteo de las casas encuestadoras, el excanciller exigió a la dirigencia del partido que no sea omisa y frene el acarreo y la propaganda que ha sido parte de la campaña de Sheinbaum. “Nunca habíamos visto tanto acarreo, tanta paga de encuestas falsas, no había visto una campaña negra incluso contra mi familia...”, recriminó Ebrard en la conferencia de prensa a la que convocó para dar a conocer sus propias mediciones.
Acusó que se está usando a la Secretaría del Bienestar para favorecer a la exjefa del Gobierno capitalino y afirmó que es falso que Sheinbaum encabece las encuestas.
“Si fuese cierto que llevan cinco, 10, 15 puntos de ventaja, no estaríamos viendo lo que estamos viendo. Lo tengo que decir con posición de firmeza y templanza, y se los dice alguien que, en 2011, con una diferencia de 32 cuestionarios, no le tembló la voz para decirle a Andrés (Manuel López Obrador): ‘tú ganaste y a ti te apoyo’”, dijo Ebrard en referencia a la encuesta por la candidatura presidencial de la coalición conformada en ese entonces por el PRD, PT y Convergencia, hoy Movimiento Ciudadano.
Insistió en que ha esperado pacientemente a que Morena actúe contra la campaña de Sheinbaum desde que comenzó a quejarse en noviembre del 2022, pero hasta la fecha no lo ha hecho. Asimismo, exigió tanto a la dirigencia como a gobiernos estatales, secretarías de estado y demás funcionarios, respetar las reglas acordadas el pasado 11 de junio sobre el proceso para elegir al abanderado o abanderada del partido rumbo a las elecciones del 2024.
“Permitan que la ciudadanía libremente elija porque si no va a ser un desastre para Morena. Suspendan inmediatamente lo que están haciendo porque sí lo están haciendo, llevo meses y semanas con toda paciencia, con toda responsabilidad, esperando a que corrijan”, declaró.
Por su parte, Ricardo Monreal, a través de sus redes sociales, publicó que “la denuncia del compañero Marcelo Ebrard sobre la falta de equidad en el proceso interno de MORENA se tiene que atender. Estamos a tiempo de corregir, teniendo presente que el valor político superior que la y los participantes debemos conservar es la unidad del movimiento transformador”.
Y Adán Augusto López, desde Cuautlancingo, Puebla, mandó ayer un mensaje de unidad pero le reviró a Ebrard que es una falta de respeto y una muestra de su desesperación que al mostrar sus encuestas afirme que las únicas opciones son él y Claudia Sheinbaum.
El exsecretario de Gobernación recordó que no serán las encuestas las que decidan quién será el o la coordinadora de la defensa de la transformación sino el pueblo.
“La desesperación no es buena para nadie, no es buena consejera. Son tiempos de prudencia, de paciencia y de trabajar para mantener la unidad. Tiene que haber calma”, aconsejó el gobernador de Tabasco con licencia, quien desde su irrupción en la contienda interna de Morena ha sido considerado como el Plan B y el “caballo negro” del presidente López Obrador, y ahora, ante el choque de Ebrard y Sheinbaum, no se descarta que pudiera emerger como el “tercero en discordia”.