Veracruz: la oposición y los caballos de Troya
CLAROSCUROS
José Luis Ortega Vidal
(1)
La oposición:
Con alianza o sin ella, el Partido Acción Nacional ya tiene candidato a la Presidencia Municipal de Coatzacoalcos.
Se trata de Gonzalo Guízar Valladares, contador de profesión que realizó una extensa y fructífera carrera política en el Partido Revolucionario Institucional y luego –en forma repentina- se convirtió en panista.
Siempre he tenido –y sostengo- la hipótesis de que Gonzalo Guízar y otros priistas como Miguel Angel Yunes Linares, salieron del PRI y se fueron al PAN en calidad de “Caballos del Troya”.
Viejos lobos de mar, ambos personajes tuvieron -y habrían tenido siempre- posiciones seguras, holgadas en el gobierno, de haber seguido en el PRI.
Cabezas de grupo, poseedores de estructuras políticas notables –Yunes a nivel estatal y Guízar en el plano local- se fueron de un partido a otro a cambio de un buen pago; pienso.
Sólo que éste no llegó del PAN –partido al que se mudaron- sino del propio PRI y con el objetivo de dividir, desbaratar, debilitar al panismo.
Si mi hipótesis es correcta estos personajes cumplieron su objetivo; lo que les habrá generado un complemento en su pago.
De estar equivocado, vaya error el que cometieron los panistas al aceptar a lobos políticos del PRI en sus filas.
En la entidad, en el sur y en Coatzacoalcos en particular el panismo luce débil, sin dirigentes fuertes, firmes, conocidos y reconocidos; es un partido dividido, sin la estructura del poder federal que tuvo en sus manos durante doce años.
El ridículo que acaban de hacer los regidores del PAN en Coatzacoalcos –involucrados en una teatral rebeldía contra el Alcalde Marcos Theurel que concluyó en un jalón de orejas a los ediles tricolores y en la soledad y el abandono de los azules- es una muestra más, no sólo de su debilidad sino también de su ingenuidad.
En las actuales condiciones, Gonzalo Guízar Valladares depende de la estructura política que se llevó del PRI.
Porque de parte del PAN, apenas contará con las siglas para su registro.
¿Los hermanos Brito Molina le garantizan la defensa exitosa de uno de los frentes de batalla en la guerra electoral que viene?
¿Cuál de los muchos PRD –en el caso de una alianza- le representa un apoyo sólido a Guízar?
¿Rocío Nhale? ¿Alejandro Wong? ¿don Chamula?¿La dama que es líder formal del perredismo y cuyo nombre sinceramente no recuerdo?
Si en este momento fueran las elecciones presidenciales en Coatzacoalcos y el PRI reiterara la unidad que se juraron sus cuadros dirigentes en un desayuno con Javier Duarte, sencillamente arrasaría.
¿Cuál sería –en ese caso- el futuro político de Guízar, con dos derrotas en su carrera; una en el PRI, otra en el PAN y la que podría sufrir este año que podría ser la tercera?
Hombre por hombre, circunstancia por circunstancia, el PRI porteño luce mucho más fuerte que el PAN y el PRD solitos o aliados.
La clave está en la palabra unidad.
Sin duda, un eventual triunfo del contador Gonzalo sólo podría surgir de un eventual apoyo de priistas; en el caso de que éstos se partan y no repartan
Y hablando de mujeres y traiciones…y de rompimientos internos…tanto en el PRI como en el PAN y el PRD, se cuecen muy bien las habas.