Erigirán estatua de Cirilo Vázquez Lagunes en Acayucan
Columna de José Luis Ortega Vidal
“Las estatuas han sido un elemento constante en muchas culturas y sociedades. Con ellas, imitando modelos reales, se intenta evocar a dioses, personajes, o conceptos como la libertad y la justicia.
Agrupadas, formando conjuntos escultóricos, pueden representar escenas que conmemoran acontecimientos históricos, mitológicos, religiosos, ideas simbólicas o escenas costumbristas. Algunas son creadas para embellecer lugares frecuentados por el público.
Lo que el concepto de la estatua inspira ha sido incluido en obras creativas, desde el juego infantil "las estatuas de marfíl", hasta la ópera "Don Giovanni" de Mozart.
Las esculturas de carácter histórico o cultural se exhiben en museos por sus connotaciones estéticas o culturales, dependiendo de la importancia de la obra, del autor o por su antigüedad”. http://es.wikipedia.org/wiki/Estatua
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Acayucan lucirá en unos de sus accesos una estatua de Cirilo Vázquez Lagunes (qepd).
La base para colocar la evocación escultórica de dicho personaje se construye sobre la avenida “Juan De la Luz Enríquez”, a unos metros de su entronque con la carretera costera del golfo.
La orden de realizar esta obra la dio la alcaldesa Fabiola Vázquez Saut, hija de Vázquez Lagunes.
¿El Cabildo lo aprobó?
No hay dato oficial al respecto.
La versión popular –empero- es muy clara: el Cabildo actual es el más gris y dócil de que se tenga memoria en suelo acayuqueño.
Hay un regidor –se cuenta- que ejecuta una comisión muy importante para quienes se encuentran encima suyo en la cadena “alimenticia” del poder: es el encargado de los mandados, incluyendo acudir a la tienda más cercana por los refrescos y las aguas cuando se da el caso…
En fin, ese tema es menor y confluye en el punto donde la dignidad personal y la vocación colocan a cada individuo.
Volviendo al asunto de la estatua de Cirilo Vázquez Lagunes (+), éste es un tema que ya desató la esperada polémica en la ciudad de Acayucan.
De personajes históricos locales y regionales –que se sepa- los acayuqueños sólo cuentan con dos monumentos.
Dichas esculturas buscan inmortalizar el reconocimiento a hombres cuya aportación a la sociedad se aprecia, se valora, se admira, se reconoce, se considera probada por la historia misma y se evalúa como un ejemplo a seguir para las generaciones postreras.
Hilario C. Salas y Miguel Alemán González gozan de tal consideración.
El busto del primero y la escultura de cuerpo entero del segundo lucen frente al Palacio Municipal de la llamada “Llave del Sureste”.
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Existen numerosas referencias históricas a Acayucan en obras signadas por la seriedad académica.
Ubico el trabajo: “Veracruz, Textos de su Historia”, una compilación a cargo de la doctora Carmen Blazquez Domínguez.
Recuerdo vagamente un evento literario a propósito de este conjunto de tres libros.
Si la memoria no me falla se llevó a cabo en Xalapa –pudo ser en Veracruz- hace más de veinte años y de él tomó parte el escritor minatitleco Luis Arturo Ramos, junto a la doctora Blazquez.
El doctor en historia Alfredo Delgado Calderón es autor a su vez de varias obras en las que se detalla la historia de Acayucan.
Autor prolijo, multidisciplinario, Delgado Calderón es antropólogo, arqueólogo e historiador.
Decir que su pluma nos remite a una historia detallada de Acayucan es hacer alusión al tema que nos ocupa, sin olvidar que el trabajo profesional de dicho académico e intelectual es mucho más amplio e igual de profundo.
Orlando Guillén -poeta acayuqueño, dueño de una obra con presencia y peso internacional- entrevistó años atrás a Alfredo Delgado en torno a su tesis de doctorado.
El entrevistado compartió un descubrimiento muy interesante y de sumo valor histórico: en el Archivo General de la Nación encontró una carta que Miguel Alemán González traía en el bolsillo de su camisa en el momento que fue acribillado por soldados en un lugar conocido como “Mata del Aguacatillo” -justo en los límites de los municipios de Sayula de Alemán y San Juan Evangelista- algún día de 1929.
Aquella carta fue escrita por el general revolucionario a su hijo Miguel Alemán Valdez, quien luego sería Presidente de México.
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Publicamos la entrevista entre Orlando Guillén y Alfredo Delgado en la revista “Distrito Sur” que el poeta y un servidor editamos algunos ayeres atrás y allí quedó grabado –entre otros- este dato, crucial para entender uno de los rostros del "alemanismo".
Hago alusión a la entrevista porque recuerdo algún comentario de Orlando Guillén en torno a la importancia histórica de Miguel Alemán González.
Guillén lo consideró un personaje menor, de escaso peso histórico como para ser honrado con una estatua en Acayucan.
Como sabemos el "alemanismo" constituye un proceso histórico/político que marcó no sólo a Acayucan sino al Sur de Veracruz en su totalidad durante las décadas de los 40s, 50s, 60s y 70s.
Desde luego, me refiero solamente a la punta de la pirámide del "alemanismo", cuya vinculación histórica abarca al país entero.
Sin embargo, no es intención de este texto entrar en esos pormenores.
Otra vez: sólo la utilizo como una referencia importante.
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En torno a la figura de Hilario C. Salas existe unanimidad acerca de su dimensión histórica.
Don Hilario fue el más importante precursor del movimiento sociopolítico/armado en Veracruz, previo a la Revolución de 1910.
C. Salas trabajó para el Partido Liberal de los hermanos Flores Magón.
Dicho de otro modo: Hilario C. Salas impulsó en el Sur veracruzano uno de los eventos que hicieron posible la Revolución de 1910.
De Don Hilario C. Salas debería existir una estatua en la capital del país, una más en la capital del estado de Veracruz y una por cada municipio del Sur de la entidad.
De hecho, en el sur de Veracruz nace la Revolución Mexicana en septiembre de 1906.
Su símbolo lo constituye una batalla entre indígenas de San Pedro Soteapan y campesinos sureños contra el ejército del dictador Porfirio Díaz.
Aquella lucha se llevó a cabo en Acayucan y fue encabezada por Hilario C. Salas, del lado de los libertarios.
El busto del prócer fue negado por generaciones que sólo apreciaron –por obvias razones- la estatua de cuerpo entero de Miguel Alemán González, padre del llamado “Cachorro de la Revolución…"
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El busto de Hilario C. Salas fue colocado –por cierto- durante la primera administración municipal encabezada por Fabiola Vázquez Saut.
Es claro que a la Presidenta de Acayucan le gusta la historia y aprecia reconocer a los próceres.
Qué bien.
No obstante, surgen algunas dudas en torno al proyecto de colocar una estatua de Cirilo Vázquez Lagunes en la ciudad de Acayucan:
¿Tiene dicho personaje la estatura histórica de Hilario C. Salas para merecerlo?
¿Cuenta –por lo menos- con el tamaño de la circunstancia histórica de Miguel Alemán González?
¿Ya le preguntaron al pueblo de Acayucan si está de acuerdo?
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El de Acayucan no es un caso único.
En Minatitlán, el Alcalde Leopoldo Torres ordenó quitar la estatua del flechador que por décadas dio la bienvenida a la petrolera ciudad.
De la avenida “Justo Sierra”, la efigie fue trasladada a un sitio entre las vías de la autopista Coatzacoalcos-Minatitlán, a la altura de “Las Matas”.
Va de nuevo la pregunta: ¿alguien les pidió su opinión a los minatitlecos?