EL AMOR DE BAUTISTA POR EL OAXACO

Pasillos del Poder César Augusto Vázquez Chagoya Leanos en www.pasillosdelpoder.com www.enlaceveracruz212.com.mx vazquezchagoya@prodigy.net.mx 7 de MARZO de 2013

César Augusto Vázquez Chagoya

Pasillos del Poder

2013-03-07

Nunca habíamos visto tanto amor entre un ex alcalde de Tatahuicapan y candidato perdedor a la diputación federal por el distrito de Cosoleacaque por un constructor. Nunca habíamos visto en la sierra de Soteapan, y en especial Tatahuicapan, un encierro de maquinaria de la “Constructora del Sureste” cuidada por tres vigilantes y 9 policías municipales, donde había armas de alto poder de uso exclusivo para el Ejército.

Nunca habíamos visto tantos alcaldes unidos exigiendo las obras del Fondo Nacional de Desastres (FONDEN) y que las hiciera la “Constructora del Sureste”, que representa José Manuel Flores Ríos, originario de Tierra Blanca, y prestanombre del ex gobernador de Oaxaca José Murat Casab, originario de Ixtepec, Oaxaca, en el Istmo de Tehuantepec, justo al lado de Juchitán.

La problemática del sur del estado se divide en los habitantes de las zonas rurales de Las Choapas, Minatitlán, Hidalgotitlán y el Uxpanapa. En la sierra: Soteapan, Mecayapan, Tatahuicapan, Pajapan, Chinameca, Oteapan y Zaragoza. Moloacán se considera integrante de la región rural de Minatitlán.

LA SIERRA

Por años la sierra de Soteapan ha estado en el olvido, aunque en estos lugares, desde 1906, se haya iniciado la revolución armada contra Porfirio Díaz, porque sus tierras estaban en manos de su esposa Carmen Romero Rubio de Díaz. En la lucha murieron muchos indígenas y liberales del sur.

Cuando gana la revolución, los primeros, los indígenas de Soteapan, se volvieron los últimos, hasta que el gobernador Fernando López Arias les hizo la carretera Oteapan-Soteapan de 40 kilómetros. Para educarse hacían sus escuelas cargando sus blocs, arena, grava y cementos.

Como se iba a convertir en un puerto petrolero la Laguna del Ostión, cercana a Pajapan, se hicieron caminos de grava que no servían porque se echaban a perder y los carros no entraban. Los campesinos tenían que caminar horas, y qué decir de los habitantes entre los volcanes de Santa Martha y San Martín cercanos al mar.

El puerto se suspendió. Los caminos siguieron igual ante la impotencia de sus habitantes. Los maestros mal pagados luchaban contra la naturaleza. La clínicas están construidas, pero no van los médicos y ahí tenemos el caso de la niña del Tulín, quien muere echando las lombrices por la boca y la nariz.

Rebeldes siempre, fueron atacados tantos por las fuerzas del orden como por gavilleros nocturnos que mataban sus hombres, violaban a sus mujeres y se robaban todo. Aprendieron a defenderse en la noche, sea quien sea, pero aceptan la ley de día y de buena manera porque no permiten que se les grite. No hay espacio, ni números de páginas de las injusticias en la sierra de Soteapan.

En el 2010 pensaban los serranos que los protegían los volcanes San Martín y Santa Martha de los huracanes y tormentas, pero por Guatemala entró la tormenta tropical Matthew, pegando como nunca a los municipios de la sierra y este desastre se sumaba a sus atrasos de años al progreso. Ahora reciben las tormentas seguido desde el sur.

El FONDEN hizo las evaluaciones y hasta ahorita apenas llega la reconstrucción por la presión del Consejo Regional de Pueblos Indígenas del Sur de Veracruz. Entra a esta organización el municipio de Texistepec, porque aparte de su falta de infraestructura, sufren por la afluencia del venenoso azufre. Jáltipan está igual, pero no tiene el agua que antes les sobraba.

LA ZONA RURAL

Las zonas rurales de Las Choapas, Minatitlán, Hidalgotitlán y el Uxpanapa tienen otra historia: antes de 1960, sus habitantes rurales eran los ejidos de los nativos, pero habían tanto espacio que se hicieron colonias agrícolas ganaderas con pobladores de Michoacán y Guerrero principalmente.

A pulmón, los habitantes de la zona rural fueron haciendo sus caminos cuando el único medio de comunicación eran las lanchas en los numerosos ríos de la región. Soportaron por años la pedantería de los propietarios de las lanchas, hasta que terminó mal el asunto porque los campesinos lincharon a uno de los dueños: Otilio Jop Domínguez, en Minatitlán.

El peso político del área rural siempre se daba en Minatitlán. Con el esfuerzo de estas familias se hicieron caminos, se construyeron puentes, electrificaron, edificaron escuelas. La región es rica y con mucha agua. Valía la pena soportar. En 1999 conocerían el otro rostro de la naturaleza.

Diga lo que se diga, que fue una tormenta tropical o CONAGUA abrió las compuertas de las presas, pero lo cierto que el 5 de octubre al Totonacapan (la sierra de indígenas donde empieza el norte de Veracruz) le llega el agua en la noche, desapareciendo miles de totonacos y ya qué hablar de la destrucción.

El gobierno federal y el gobierno de Miguel Alemán se avocaron al rescate y a tratar de comunicar la región con desesperación. Todos miraban al norte, pero el área rural del sur de Veracruz tenía tres meses bajo el agua, destruyendo caminos y casas; lo más necesario era la alimentación.

El gobierno voltea al sur por unas mantas que hicieron los habitantes de Zaragoza, Coacotla y Jáltipan, reclamándole al gobernador que también ellos eran veracruzanos. Enseguida Alemán reaccionó y recorrió la región, pidiéndole ayuda a los alcaldes. Amado Guzmán García, el de Minatitlán, vendía las despensas, por lo que fue necesario que el reparto lo hiciera directamente el Ejército Mexicano. Los daños fueron irreparables y se tenía que empezar de nuevo.

El mismo fenómeno de estar bajo el agua en la región rural del sur, es que desde el 2008 tienen a mayor grado las inundaciones, que les destruyen los caminos, afectan la electricidad y todas sus comunicaciones, porque ya hasta los camiones urbanos andan en esa zona.

Así que la inconformidad entre los municipios de la sierra y en las zonas rurales, es tierra fértil para los movimientos sociales y de eso se dio cuenta José Manuel Flores Ríos, alias “El Oaxaco”, prestanombres de José Murat, quien recibe obras por más de 300 millones de pesos entre el 2008 al 2010 en la región serrana, con el signo distintivo de la ineficiencia por sus malos trabajos.

El hecho de que 9 municipios quieran y presionen que la empresa “Constructora del Sureste” haga las obras sin licitación pública cae en la sospecha.

El amor a “El Oaxaco” y a Murat es grande. Pero para no ir tan lejos, contaremos quiénes son los socios de estas autoridades.

LOS EXPERTOS EN “ATENTADOS”

El 18 de marzo del 2004, cerca de las 7 de la mañana, José Murat, gobernador de Oaxaca, pedía auxilio porque había sufrido un “atentado” y el parabrisas delantero se le fue al rostro. Imágenes indican que la camioneta sólo tenía 3 impactos de bala sobre el parabrisas, sin que estuviera hecho trizas como contaba el gobernador.

Solo 15 minutos estuvo la camioneta en el lugar y se la llevaron a la casa de gobierno, que cuando llegan peritos de la Procuraduría General de la República (PGR) ya encontraron el parabrisas destrozado como decía Murat, entrando la duda y reafirmando la hipótesis de un autoatentado.

Se robustece la versión cuando se sabe que Murat tenía en propiedad una parte del Hotel La Victoria (donde se dieron los hechos). La noche anterior --día 17-- hubo una riña donde participó Murat, en ese tiempo amante de las bebidas espirituosas. Para acabarla, en un hospital estaba inconciente un policía bancario de nombre Rufino Zárate, quien según el subprocurador Erik Heras Villalobos, era parte de la escolta del gobernador.

La familia de Zárate, que se le entrevistó en el hospital, manifestó que Rufino no era parte de la escolta del gobernador, sino que la versión que tenían ellos era que su familiar se cayó de la camioneta que iba en auxilio del gobernador que gritaba de un “atentado” en su contra.

Otra muestra de expertos en “atentados”: el 15 de junio del 2010, Aurora López Acevedo, secretaria de Transporte en el gobierno de Murat, denuncia que el director de la Policía Ministerial la secuestró y la violaron porque no apoyó la candidatura de Ulises Ruiz, quien ya estaba acabando su periodo constitucional.

La señora López Acevedo es empresaria del transporte, dueña de “Choferes del Sur”, y gente cercana a José Murat.

El 20 de junio de ese año, la procuradora de Justicia María de la Luz Candelaria Chiñas, en base a la averiguación previa 268/2010, determinó que, según los peritos médicos, la señora Aurora López Acevedo nunca fue violada. Después se supo que horas después del “secuestro”, la empresaria tuvo un entrevista con el jefe de gobierno del D.F., Marcelo Ebrard.

Expertos en autoatentados, José Murat y José Manuel Flores Ríos (llamado paradójicamente en Oaxaca como “El Jarocho”) no salen de escándalos en el vecino estado: el 21 de diciembre del 2011, se licita la magna obra del nuevo sexenio de Gabino Cué, que era el distribuidor vial “Cinco Señores”. La obra la ganó la “Constructora del Sureste” a la semana. Gabino fue criticado porque muy rápido estaba pagando el apoyo de José Murat en su campaña.

La obra se inició con un costo de 126 millones de pesos, el 30 de enero del 2012, participando en el proceso de demolición las empresas “Maquinaria de Transportes y Arrendamientos del Sureste” con domicilio en Mario Molina #395 departamento B-5, de Veracruz, Veracruz; y MAJIM S.A. de C.V.

La obra tardaría 8 meses, pero con la condena de colegios de urbanistas y del mundo artístico de la capital de Oaxaca.

El 18 de noviembre del 2012 se inauguró el distribuidor “Cinco Señores” en su primera etapa con un costo de 204 millones de pesos, cuando se tenían programados 126 millones iniciales. Fueron los mismos trabajadores de la “Constructora del Sureste” que encabeza José Manuel Flores Ríos, en avisar que los pilotes principales de la obra se estaban hundiendo.

El tráfico de Oaxaca se colapsó y de nuevo las condenas a Gabino Cue y en especial del Colegio de Urbanistas, quienes aseguraban que la obra era producto de la improvisaciones.

LA ESCUELA DEL OAXACO

A José Manuel en Oaxaca le dicen “El Jarocho” y en Veracruz le dicen “El Oaxaco”. Tiene la escuela de los autoatentados, malas obras y la escuela del COCEI (Coalición Obrero Campesino Estudiantil del Istmo de Tehuantepec), organización extremista de Juchitán, Oaxaca.

Ahora dicen que desde el 28 de febrero de este año desapareció “El Oaxaco”, después de entrevistarse con el secretario de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón, en compañía de Esteban Bautista Hernández, en Xalapa. El 2 de marzo, el ex alcalde de Tatahuicapan denuncia la desaparición en una conferencia de prensa en Coatzacoalcos. Tomamos la nota del diario LA JORNADA VERACRUZ, en su edición del 3 de marzo firmado por la periodista Sayda Chiñas Córdoba y la redacción.

En la nota dice que “El Oaxaco”, después de la entrevista con el secretario de Gobierno, cenaron en el café La Parroquia y a las 19 horas se despidieron. Que a 600 metros del Palacio de Gobierno (no especifican en qué parte de la ciudad) fue interceptado Flores Ríos pidiendo que se identificara; que los que lo detuvieron estaban hablando por radio, decían que ya tenían al “cuatro” y por eso creen que eran policías.

Dice el diario que dice Bautista desde ese momento perdió contacto con Flores Ríos y los familiares encontraron la camioneta calcinada a 90 kilómetros de Xalapa (sin especificar en dónde exactamente). Hasta ahí Bautista.

Nosotros tenemos otros datos y no sabemos quién miente.

Según los datos en nuestro poder: es cierto que a “El Oaxaco” lo despidieron a las 19 horas porque iba a ver a su familia a Tuxtepec, Oaxaca, pero la despedida no fue en Xalapa, sino en el Poblado 4 a un lado de Cuichapa, municipio de Moloacán (al sur de la entidad) porque tuvieron una reunión en la casa de Bonifacio Luna Peralta, quien encabeza el movimiento en la zonas rurales y supervisa la pavimentación entre Moloacán y Cuichapa: obra de la Constructora del Sureste.

Lo que no cuadra es que, según Bautista, “El Oaxaco” fue despedido en Xalapa, a unos metros del Palacio de Gobierno, y supuestamente secuestrado a 600 metros del mismo punto, pero queremos explicarnos porqué no regresaron a la sede del poder ejecutivo (o por lo menos a la Torre Ejecutiva de Seguridad Pública que está enfrente) a pedir ayuda.

Hicieron lo menos pensable en un caso de emergencia: Esteban Bautista y los alcaldes sureños atravesaron Xalapa, viajaron siete u ocho horas al sur y hasta el domingo 2 de marzo, mediante una conferencia de prensa en Coatzacoalcos, dan a conocer la desaparición de José Manuel Flores Ríos.

Hasta el momento no hay reportes oficiales de una camioneta quemada ni cerca de Xalapa ni de Moloacán.

Ojala no sea cierta la desaparición de “El Oaxaco” y nos equivoquemos, pero no hay denuncia por la desaparición y todo se ha manejado mediáticamente.

LA EXTRAÑA RELACIÓN DEL OAXACO Y LOS ALCALDES

Hay una extraña relación entra los alcaldes de Veracruz del sur con “El Oaxaco”. Su maquinaria en Tatahuicapan es cuidada por la policía municipal. Entonces, ¿qué pensaría usted de esta relación? Hay varias versiones.

1.- “El Oaxaco” les comparte dinero del presupuesto para obras.
2.- “El Oaxaco” hace muy bien los trabajos a bajo costo como el distribuidor “Cinco Señores” de Oaxaca.
3.- “El Oaxaco” es el único constructor que convive con ellos y les enseña las estrategias del COCEI para bloquear el sur del estado.

Los pobladores y los alcaldes de la zona serrana y rural, por la necesidades, tienen razón, pero ya enturbiaron sus propias demandas por sus relaciones poco claras con Juan Manuel Flores Ríos.

El gobernador Javier Duarte de Ochoa anunció ante estos alcaldes que se invertirán en el sur de Veracruz mil millones de pesos, pero… ¿Dónde está El Oaxaco? Sepa, eso sólo lo puede saber Esteban Bautista.

Como dato adicional, a esta camada de alcaldes pertenece el ex presidente municipal de Chinameca, Martín Padua Zúñiga, quien fue encontrado y detenido en Minatitlán el 17 de abril de 2012, cuando se encontraba tomando con una célula de la delincuencia organizada.