El mensaje prenavideño de los obispos
De El libro de los abrazos, de Eduardo Galeano: “La noche/2”. “Arránqueme, señora, las ropas y las dudas. Desnúdeme, desdúdeme”.
Arturo Reyes Isidoro
Prosa Aprisa
2011-12-15
No puede ser de otro modo. El mensaje de los obispos de Veracruz, su reflexión ante la proximidad de la fiesta de Navidad emitido con fecha del pasado domingo tiene un punto central: “el desconcierto, la tristeza y el temor por situaciones de violencia y muerte que han salido a la luz; amenazas de grupos criminales que atentan sin escrúpulos contra la vida y la salud de las familias”.
La más alta jerarquía católica del estado sabe de lo que habla porque prácticamente no hay día en que a sus parcelas espirituales no acudan fieles en busca del consuelo de Dios por el secuestro, la desaparición o la muerte de sus hijos jóvenes; para que los sacerdotes hagan oración en sus oficios diarios por la suerte o el alma de las víctimas; para que llegue el consuelo para quienes tienen días, semanas, meses que no duermen, que no comen, que padecen angustia, dolor, terror, desesperación.
Basta ir a un rosario, a una oración, a una misa, a una reunión grupal a alguna parroquia para escuchar las más angustiantes historias. Para conocer en persona o con nombre y apellidos a las víctimas o a los familiares de las víctimas, veracruzanos, mexicanos, seres humanos que pasarán la más triste de las navidades en toda su vida.
Sin duda a la desaparición de jóvenes se refiere cuando señala que “Personas cegadas por el afán del lucro y el poder se aprovechan de familias en situación de desintegración o pobreza, o de las generaciones juveniles más vulnerables desprovistas de estudio o de empleo, y sometidas al sobre estímulo de una cultura consumista que constantemente propone lo placentero y fácil y bloquea la razón y la capacidad crítica, tachando de obsoleto o anticuado el hablar de valores fundamentales”.
Los prelados saben muy bien que muchos jóvenes no han sido secuestrados, sino que han sido convencidos de dinero fácil, de un mundo mejor o por lo menos mejor del que les puede esperar en la situación en que viven sus familias desintegradas o pobres, lo que no les permite estudiar ni encontrar trabajo, por lo que se han ido por su propia decisión y muchos ya no viven para disfrutar el mundo que soñaron.
Qué bueno que la Iglesia no se desentiende de este problema angustiante que lastima a su feligresía, que desde su ámbito encara el problema y por eso no se puede desdeñar lo que dice, que “ciertamente ayudará en mucho que nuestras autoridades, en el marco de la ley y el respeto a los derechos humanos, se coordinen mejor, capturen y lleven ante la justicia a los delincuentes, impidiéndoles que puedan seguir haciendo más daño” y que mueve a la reflexión: “Sin embargo, esta labor de las fuerzas de la seguridad no resolverá por sí misma las situaciones que la han propiciado si al mismo tiempo no contribuimos todos a la reconstrucción del tejido social, impulsando la solidaridad, la confianza, la educación de calidad, las condiciones de justicia, libertad y trabajo digno”.
Pero ayudará también a que las autoridades se empleen a fondo en el combate a la pobreza y a la desigualdad, es decir, que vayan a la raíz del problema; que propicien las facilidades para que todo adolescente, todo joven pueda estudiar.
Pero qué oportuno que también, en la víspera del proceso electoral en puerta, llame a que “a pesar de las preferencias políticas o partidistas y por encima de los diversos intereses particulares y diferentes modos de pensar, prevalezca el respeto hacia todas las personas y la búsqueda del bien común en nuestras acciones”. Oportuno porque lamentablemente las precampañas y las campañas políticas se basan mucho en las descalificaciones usando un lenguaje violento y que violenta.
No puede uno más que solidarizarse con los obispos y también con las víctimas, y, sí, pedirles a las autoridades, toda y la mejor coordinación para enfrentar el problema con éxito.
Concluyen las comparecencias
Oficio político y oficio administrativo mostró ayer el secretario de Gobierno Gerardo Buganza Salmerón en su comparecencia en el Congreso del Estado para glosar el primer Informe de Gobierno. Oficio político por sus palabras cargadas de mensaje sobre los propósitos que animan a la actuad administración, oficio administrativo porque aclaró, precisó, informó sobre asuntos que han estado en la agenda pública y han causado polémica como el de las concesiones de taxis.
Qué bueno que ante los cuestionamientos no dijo a los diputados que no llevaba cifras y que luego se las enviaría. No puede dejarse de destacar lo que dio a conocer, que el gobierno de Javier Duarte frenó la entrega de más de 10 mil nuevas concesiones por saturación en el servicio. Es tan sencillo. Eso es lo único que quiere saber el ciudadano. Tener información, que no se trate de ocultar nada.
Pero el cordobés, de acuerdo a las notas informativas que se generaron, habló de orden, eficacia, diálogo, respeto, atención, entendimiento con todos, inclusión, consensos, armonía, libertad, tolerancia, pluralismo, participación. “Un gobierno que escucha, dialoga y que encara los problemas con la suficiente franqueza, con la determinación necesaria”, palabras que los hechos sitúan en su justo valor pues tiene que reconocerse que, por ejemplo, en Veracruz no se ha tenido un caso como en Guerrero donde dos jóvenes estudiantes que participaban en una protesta no sólo fueron reprimidos sino muertos a balazos por agentes policiacos, además de que muchos fueron golpeados salvajemente como muestran los videos difundidos por la prensa nacional. En esto tiene que reconocerse la tolerancia del gobierno de Javier Duarte y ojalá y no le gane nunca la tentación del garrote contra el manifestante público y que prevalezcan siempre las palabras, los adjetivos mencionados ahora por Buganza Salmerón.
Y por la tarde, vaya poder de convocatoria que mostró la coordinadora general de Comunicación Social, Gina Domínguez Colío, en su comparecencia por la tarde, que fue la última de los funcionarios de gobierno. Buen nivel de asistencia, cuantitativo y cualitativo, con representativos de prácticamente todo el estado. La sala estuvo a reventar.