ASESINOS Y TRAIDORES; VOTE POR EL PAN
César Augusto Vázquez Chagoya
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29 de JUNIO de 2012
César Augusto Vázquez Chagoya
Pasillos del Poder
2012-06-30
Felipe Calderón, presidente de la república, tenía la obligación constitucional de combatir al crimen organizado; él mismo se defiende ante el fracaso, pero no hizo un plan y creyó que con sólo sacar al Ejército a las calles los delincuentes iban a salir corriendo. No corrieron porque un gran segmento militar están inmersos en lo mismo.
Después, siguiendo los consejos de Genaro García Luna, desbaratan a la Agencia Federal de Investigaciones, dependiente de la Procuraduría General de la República, con el cuento de que con la Policía Federal, dependiente de la Secretaría de Seguridad Pública, se tendría la prevención y la investigación, cuando una secretaría de seguridad, por ley, no puede ser más poderosa que la PGR.
El jefe de la PFP, Genaro García, es beneficiario de las muerte en accidentes aéreos de un secretario de Seguridad Pública y dos secretarios de Gobernación, amigos de Calderón. El señor Luna es el hombre más poderoso del país.
El centro de inteligencia, el CISEN, Fox la desbarata y Calderón no hace nada, hasta que pone por unos meses a Alejandro Poiré, quien era vocero del gobierno, hasta que lo hace secretario de Gobernación por las muertes de dos de sus titulares en accidentes aéreos, en cuyas investigaciones dejaron más dudas que verdades.
Aunado a esto, que desde que le llamó “guerra en contra del narcotraficantes”, Calderón señaló desde un principio que medio millón de policías estatales y municipales eran narcos.
Era obvio que los del Ejército se cubrían. Los policías con una formación de pocos recursos, crearon un instinto que eran los únicos en mantener a raya a los narcos, constituido esencialmente por ex policías.
Pero lamentablemente, a medio millón de policías los atacaba el Ejército y el crimen organizado. Mal pagados, mal armados, no se han podido defender ni de los delincuentes comunes.
Felipe Calderón, desde el 2006, empezó a crear sus negativos en la llamada “guerra”, aunándose que no había reclusorios ni hay de alta seguridad para tanto preso, inocentes o culpables, aparte de falta de laboratorios, leyes, etc.
Como era lógico, el Ejército no tenía la preparación para ser policías y de las pesadas Hummer, tuvieron que acoplarse con las camionetas de los policías (como sucede en la zona de Veracruz-Boca del Río). En un principio no entró en la guerra la Marina . Desde ese momento, los militares mataron hasta niños en los retenes.
Los carteles de la droga se propagaron de una forma rápida y violencia. Todo indica que Joaquín Guzmán Loera “El Chapo” es protegido del gobierno, porque sólo atacan los militares a sus contrarios. Es el hombre que llevó el gobierno al revista Forbes, como uno de los hombres más ricos del mundo.
La violencia se extendió por todo el país y ya no solamente los grandes industriales eran impunes, sino los delincuentes, militares, curas y políticos. Nadie hace caso y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos es cómplice traidor a su misión. La muerte de periodistas es el PAN de cada día
En estos días, ya sin control, el gobierno federal pierde la gobernabilidad; los delincuentes en poblados y colonias urbanas hacen lo que quieren. A los funcionarios les valen los derechos humanos y la opinión publica a pesar de las recomendaciones de la ONU y la OEA, el cinismo prevalece.
Miren. A la vista de todos hemos visto que al supuesto hijo del Chapo, en 8 días, no le han permitido que sea defendido por abogados y eso no viene de los militares, sino la que protege la constitucionalidad en este país, la vapuleada Procuraduría General de la Republica, dependiente del presidente de la república.
En estos tiempos sale la Policía Federal Preventiva a decir que tres de sus compañeros fueron acribillados por tres traidores compañeros en el aeropuerto de la ciudad de México cuando iban a detener a uno que portaba un kilo de cocaína, y se fugaron.
Los mexicanos somos babosos para Genaro García Luna y para el presidente de la república. Los que conocemos la terminal aérea de la ciudad de México, sabemos que está lleno de policías federales. A quién se le ocurre mandar a detener a tres policías a otro que anda armado y con droga.
Nunca este elemento iba a salir de la terminal solo. Tenía en sus manos, según la calidad de la droga, miles de dólares, vendida en los Estados Unidos. Vamos a suponer que los matan en donde se ubica la comida rápida, pero éstos policías no podían salir huyendo sin la complicidad de muchos policías, así como elementos de seguridad privada.
Calderón, engañado o no, así como Genaro García Luna, nos quieren hacer creer que el tráfico de droga en el aeropuerto fue un incidente de traidores, aunque todos sabemos que es el principal punto de distribución de drogas en el mundo.
Ya nos olvidamos del asesinato en su modesta casa del coordinador de Seguridad Regional de la PFP, el 8 de mayo del 2008, Edgar Eusebio Millán Gómez, segundo de a bordo de la PFP, todo por desmantelar varias bandas de secuestradores, pero sobre todo, una red de narcotráfico en el aeropuerto.
Ya nos olvidamos que a cada rato vemos cómo son detenidos empleados de aviones en otras partes del mundo, no con un kilo, sino con maletas de cocaína. Para estos panistas no hay archivos ni memoria. Están en la plenitud del poder impune. Ese asunto de las cámaras que no toman el asesinato de los policías federales, es de cuentos chinos. Nos quieren seguir engañando.
En cuanto a Veracruz, donde la policía estatal ha sido manejada por el más alto mando del Ejército por 8 años con la aprobación del presidente; donde se encuentran desaparecidos más de 450 policías estatales, el Ejército y la Marina son los que mandan en materia de seguridad.
En el anterior contexto en dos años, asesinan a presidente municipal electo de Rodríguez Clara, Gregorio Barradas Miravete, y sus partidarios le echaron la culpa a la alcaldesa priísta Amanda de Gasperín, pero ahora sale con información de los Estados Unidos, que “Goyo” era prestanombre del jefe más alto de los criminales en el Golfo de México.
En este año es detenido el alcalde de Las Minas con armas y droga por la policía federal en Puebla; el alcalde de Chinameca es detenido por el Ejército en Minatitlán, conviviendo con los jefes del narco en la región; hace dos años de plano no aparece el alcalde de Tampico Alto. Ayer, de forma lamentable, aparece ejecutada la alcaldesa de Tlacojalpan, también del PAN.
Los priístas se aprovechan para señalar que los panistas están metidos en el narco, pero no se ve en el fondo que hasta los presidentes municipales son extorsionados por el crimen organizado y la respuesta a los que se niegan es la muerte. Los otros, de plano no sólo se dejaron extorsionar, sino que le entraron al negocio.
A estos panistas no los han podido proteger ni los soldados ni los marinos, ahora dueños de la seguridad en Veracruz. No acabaríamos de escribir tanta suciedad en la llamada “guerra” fallida de Felipe Calderón Hinojosa.
Con posibilidades de que el actual presidente de la república sea el próximo Procurador General de la República, según lo dicho por Doña Josefina Vázquez Mota, hay que votar por el PAN porque Don Felipe cree firmemente que su guerra es un legado al pueblo de México.
Hay que premiarlos por más de 60 mil muertos, más de 10 mil desaparecidos y más de 160 mil ciudadanos desplazados de sus pueblos.
Seguirá en los próximos meses corriendo mas sangre. Al tiempo.