¿ESTADO DE SITIO EN LA REPÚBLICA?
Pasillos del Poder
César Augusto Vázquez Chagoya
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25 de JUNIO de 2012
César Augusto Vázquez Chagoya
Pasillos del Poder
2012-06-26
Hay una máxima policiaca en donde se asegura que “la delincuencia se vuelve fuerte sólo cuando cuenta con la protección de la autoridad”. También, entre otras máximas, es que “siempre un jefe policiaco, militar o cualquiera de las fuerzas armadas, deben andar armados, porque son agredidos sólo por lo que representan”.
Estas máximas desde el principio del sexenio de Felipe Calderón se hicieron trizas. Medio millón de policías, los únicos capacitados para combatir al narcotráfico, en vez de darles armamento y seguridad social, los militares los desarmaban, los tratan como delincuentes y muchos jefes policiacos siguen cayendo bajo las balas del crimen organizado.
El presidente berrinchudo mandó a combatir al crimen organizado con los militares, quienes junto con lo que era la Agencia Federal de Seguridad, controlaban el narcotráfico cuando sólo era pasar drogas hacia los Estados Unidos.
Exactamente en los gobiernos panistas, los capos colombianos empezaron a pagar a los narcotraficantes mexicanos la mitad en dinero en efectivo y la otra mitad con droga. Como el mercado de los Estados Unidos se saturó, en México se empezó a vender enervantes por todas partes.
Como la cocaína y la marihuana son caras, los mafiosos hicieron laboratorios para vender pastillas que causan efectos similares a los dos productos principales en el territorio nacional. Entonces entran los precursores químicos traídos de otros países y que los encargados de combatir el narcotráfico no ven.
El crimen organizado no sólo se dedicó a fabricar pastillas, sino que empezó a concesionar los secuestros, extorsiones, cobro de piso, robo de casas, etc., que afecta directamente a la población.
El mercado es tan grande con cerca de 112 millones de mexicanos --agregándoles los habitantes de los países centroamericanos que son secuestrados por no alcanzar a pagarle a los criminales su libertad-- por lo que reclutan jóvenes, ansiosos de dinero rápido, quienes se dedican a ser actores o vigilantes de los delitos por regiones. Vemos difícil que a un joven se lo lleven a la fuerza: esos que andan diciendo que los obligan, mienten porque ya estarían muertos.
El crimen organizado está muy bien organizado. Su estructura se maneja con mucho dinero y el terror. Toda está estructura está apoyada por sectores militares. Las fuerzas armadas tanto la Policía Federal, soldados y marinos andan en las calles a ciegas, porque así les conviene.
Ya estamos a un grado en que ya no sabemos quiénes son los narcotraficantes o son uno mismo entre criminales y militares. En este país no hay ley más la de las fuerzas armadas. A usted actualmente lo pueden detener sin ninguna orden judicial, matarlo en la vía pública para después “sembrarle” armas y dinero, o de plano no lo vuelve a ver su familia.
Vaya a ver usted a quejarse con el presidente de la república, a la PGR o a cualquier institución de justicia y no le hacen caso. La Comisión Nacional de Derechos Humanos, cómplice. Imagínense que todavía el Consejo de Seguridad Nacional no tiene una lista exacta de desaparecidos y víctimas colaterales, entre ellos niños, de esta guerra mal planeada.
Ya no sabemos si Calderón mal planeó consciente, pero ahorita parece que el narcotráfico lo manejan las fuerzas armadas. ¿Así se va a terminar tanta inseguridad?
Bastan los últimos ejemplos:
1.- En la ciudad de Coatepec (a 10 minutos de Xalapa) un grupo armado vestido de civil sacó del centro de rehabilitación a más de 20 drogadictos que se curaban. En dos días, la Marina los presentaba a la prensa como narcomenudistas. ¿Quién era el grupo armado?
2.- También de Coatepec, un ingeniero venía de Córdoba con sus trabajadores de la construcción. Les tocó una balacera en El Lencero, donde se ubica el aeropuerto de Xalapa y la zona militar. El ingeniero, con sus trabajadores, fueron acribillados y les “sembraron” armas y drogas. Se dijo que eran narcotraficantes y hasta ahorita nadie hace justicia.
3.- Con ese escándalo de que habían agarrado al hijo del protegido del gobierno Joaquín Guzmán Loera (a) “El Chapo”, ya la PGR manifestó que siempre no era tal y la DEA (agencia antidroga de Estados Unidos) se lavó las manos. A la Marina la dejaron colgada y hubo discusión, así que los dos detenidos no los dejaron en libertad, sino que los arraigaron porque tenían armas y dinero, sembradas por los marinos creyendo que era uno de ellos el hijo de “El Chapo”.
4.- Ellos mandan, ellos ordenan y ni el presidente Felipe Calderón los para. Ya el problema es regresarlos a los cuarteles. En lo del hijo de “El Chapo” se metió la candidata a la Presidencia de la república por el PAN, Josefina Vázquez Mota, al alabar las acciones de la Marina. Era y es un tema que esta buena mujer no debía meterse, porque le sorprendería que el saldo es más negativo del gobierno federal de donde proviene.
Imagínese: era una mentira más. Decían que la detención fue de meses de investigación. Tanto investigaron, que les resultó mal y quién les dijo que son investigadores si andan echando balas por las calles. Siempre los balacean grupos armados, pero ya es tanto que se está poniendo en duda si a los que llamaron “malosos” muertos, en verdad eran delincuentes.
Está a la vista. Ante la falta de organismos de investigación, sin duda los militares se equivocan, pero como no deben dar explicación a nadie, sólo siembran armas y siguen adelante. Las estadísticas los condenan, pero ellos dicen que van ganando la guerra. Si la van ganando, ¿entonces por qué no cesa la violencia en Veracruz?.
5.- Hoy nos amanecemos con que un grupo armado a las 7.30 de la tarde en plena luz del día del domingo 24 de junio, en Tlacojalpan, allá en la Cuenca del Papaloapan, un grupo armado sacó de su casa a la alcaldesa Marisol Mora Cuevas, estando su familia presente. En este pequeño poblado sólo hay dos calles principales y sus habitantes son bravos, pero nadie impidió el secuestro.
En este caso, como en muchos denunciados públicamente, se dice que hay operativos para localizar a la persona, pero si usted va a la región, no hay nada. Ya no contemos a los policías estatales y municipales, repudiados por el presidente Calderón, sino que no hay militares ni policías federales, aunque la secuestrada es militante del PAN.
6.- Felipe Calderón, desde un principio, repudió a los policías estatales y municipales. Pero la acción no fue de palabra: los tiene sin armas ni implementos, aunque pasen el examen de confianza. Los policías no pueden traer una granada, pero sí los delincuentes.
En estos momentos tiene a gran número de policías estatales en un “curso” en algún lugar del mundo, porque las esposas y madres, en una carta que circula en internet, preguntan a las autoridades militares (quienes se los llevaron esposados) dónde están y en qué situación jurídica se encuentran.
6.-Aunque usted no lo crea, ya casi no hay policías estatales de Veracruz. El motivo no es la seguridad y a nadie se van a llevar a un “curso” cuando se necesita de ellos porque vienen las elecciones federales.
Se supone que los militares ya controlan todo el estado de Veracruz. Quieren estar solos para algo y eso es la elección del día primero de julio. ¿Qué misión tienen? Somos el tercer estado con más votación.
Hay una pregunta que nos ronda por años. Desde hace 8 años la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz está en manos de militares mandados por la Secretaría de la Defensa Nacional.
¿Entonces quiénes protegen al crimen organizado en Veracruz? ¿Los militares o un civil?
Nadie nos quita la idea de que va haber violencia el primero de julio y lamentablemente las gloriosas fuerzas armadas están también sobajadas por su jefe supremo, que los van a obligar apoyar al PAN el próximo domingo.
Quisiéramos equivocarnos.