REFORMA ELECTORAL A LA VISTA

Hace 6 años, el discurso de Andrés Manuel López Obrador, candidato del PRD a la Presidencia de la república, es el mismo, salvo que ahora no tomó la avenida Reforma de la Ciudad de México. Alegaba la elección de estado, fraude en las casillas, compra de votos, etc.

Para satisfacerlo y unir a la república en el 2007, se hizo una reforma electoral que firmaron todos los partidos políticos. Vinieron las elecciones intermedias federales, donde el PRI avanza. En el 2010, sigue adelante el tricolor; y en el 2011, gana fácilmente el Estado de México y Michoacán.

Sale la precandidatura de Enrique Peña Nieto, quien no dejó en las encuestas dudas de que iba a ganar las elecciones presidenciales el 1 de julio, como lo ratificó la ciudadanía. Se descalificaron las encuestas porque no atinaron el número exacto en que iba a ganar el priísta, pero ganó por amplio margen de 4 millones de votos.

En plena campaña nace el grupo contra el PRI llamado #YoSoy132, donde se dieron actos de agresividad. Según este es un grupo que estaba en contra del regreso del dinosaurio que gobernara el país 71 años antes del 2000, cuando pierde la Presidencia, subiendo al poder el PAN.

Este grupo descalificaba desde antes las elecciones; cuestionaron a los medios de comunicación que deberían democratizarse. Conforme pasaron los días se dividieron, porque unos pelean de transcender con temas nacionales después de las elecciones y no estaban de acuerdo en atacar a Peña Nieto.

Otros “132” se estacionaron en que no ganara el PRI, que no era decisión de ellos sino de la ciudadanía con un número de 78 millones de empadronados para votar. Lejos de debilitar al PRI, éste se fortaleció. El PAN se desinfló a pesar de utilizar como nunca a su favor el programa de Oportunidades.

A 9 días de las elecciones federales, Andrés Manuel López Obrador sigue diciendo que hubo inequidad y que el PRI compró 5 millones de votos. Para el tabasqueño, las redes sociales se volvieron sus ojos y oídos, hasta les da el papel de fedatarios públicos.

López Obrador, junto con un grupo radical de los “132”, ataca al PRI como si este estuviera en el poder, al señalar que hubo una “elección de estado”. Se les recuerda que los que están en el poder es el PAN, que no quería que ganara Peña Nieto.

Los que tienen poder, poseen influencias en los medios de comunicación, manejan el Ejército y la Marina, así como a la Policía Federal, además de tener dinero, es el PAN, pero no ganaron.

Hace 6 años en este espacio se defendió a los funcionarios de casillas y representantes de los partidos políticos. Hacen su labor sin goce de sueldo y están más de 14 horas contando y recontando los votos, y al final 3 millones de ciudadanos repartidos en 143 mil casillas, firman las actas.

Todavía, tomando en cuenta que los partidos que tuvieran diferencias de 1%, se volvería a contar el día del computo que empezó el 4 de julio, y el IFE, que tiene las actas como todos los partidos políticos, determina abrir cerca de 50 mil urnas y volver a contar.

Lejos de quitarle votos al PRI, aumentó el número con este recuento.

Ahora está en discusión que el PRI compró votos, que es una práctica común en todos los partidos, pero al menos ya están dándole valor al trabajo de los funcionarios en las casillas y nos vamos a un tema que se da antes de la votación.

Entonces si resumimos lo que ha pasado en los meses anteriores, Peña Nieto nunca bajó del primer lugar. Los “132” ya existían en contra del PRI y otros menos radicales no se quedan en el tema electoral y ya vemos que apoyan otras causas a favor de la población y es cosa de aplaudirse.

Claro que se deben resolver muchos asuntos electorales y que los partidos políticos dejen de tomar al pueblo como menores de edad. La compra de votos, no aceptar los resultados electorales por las minorías, tiempos de campañas, la segunda vuelta electoral y topes de dinero en campaña, son temas a resolver, entre otros.

No entendemos que el hombre siendo un político por naturaleza, se ponga tiempos de campañas; no entendemos que se ponga un tope a gastarse en campaña presidencial de 315 millones, cuando se sabe que todos los partidos los van a rebasar, y todavía el IFE no pueda castigar al partido que lo haga y sólo sea motivo de multas.

No entendemos porqué tenemos que esperar 6 años para castigar al partido político que no cumple sus promesas. El presidente Felipe Calderón se comprometió a ser “El presidente del Empleo”, pero se cerraron miles de negocios por la violencia, nos sostuvimos con 25 mil millones de dólares que mandan nuestros connacionales en los Estados Unidos; además que el subejercicio del presupuesto fue el pan de cada día, dejando de trabajar millones de mexicanos.

¿Por qué votó la ciudadanía por el PRI? No hay que ser sabios para suponer que la población votó en contra de la violencia y regresan aquellos que si bien no tenían métodos democráticos, tenían controlado el país.

“Paz” es la palabra mágica. Diga lo que se diga y pase en estos meses, no cambiarán los resultados electorales. Ahorita no podemos a realizar reformas electorales para satisfacer a un candidato como se hizo en el 2007.

No podemos comprender que otros no comprendan, que en 12 años el PRI ganó elecciones estatales y federales. Sólo esto se hace con la aprobación de la población y que se diga ahora que el PRI compro 5 millones de votos es una brutalidad, es como decir que en todas las elecciones, este monstruo compró las elecciones y nadie lo paró.

Ahora se suben a ring los del PAN para ocultar su falta de gobernabilidad y no aceptar que ellos volvieron a sentar al PRI en Palacio Nacional.

Salen las tiendas SORIANA a decir que la tarjeta que le dieron a los miembros de la CTM en el 2010 es sólo de descuento, pero que en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, cuando fue jefe de Gobierno del Distrito Federal, sus trabajadores tienen una tarjeta similares a las de SORIANA con otras cadenas de tiendas que son monedero electrónico. De los trabajadores de SORIANA muchos pertenecen a la CTM.

Para el futuro, Enrique Peña Nieto y a su partido le conviene hacer una reforma electoral amplia. Es por el bien de la credibilidad pública y que se camine a otras reformas. Ya el presidente Calderón detuvo el decreto que reconocía a las víctimas de la guerra contra el narco. El presidente no quiere estampar su firma en un decreto que lo condena.

Para terminar, sólo queremos recordar que AMLO manifestó que habían recurrido todos los municipios del país y tenía estructura electoral. Es mentira y no pudo acreditar en todas las casillas a sus representantes. La votación de los perredistas la cuidaron los funcionarios de casillas y los representantes de otros partidos.

La votación del 1 de julio fue legal. Fueron los mismos funcionarios que contaron los votos para diputados, senadores y Presidencia de la república. Que AMLO, acepte donde ganó y rechace donde perdió, es una vacilada.