MUERTE EN LA FACULTAD DE MEDICINA DE LA UV

Tal vez es la columna más difícil que he escrito, porque involucra a estudiantes del décimo semestre de la facultad de Medicina de la UV en Xalapa, quienes se preparan para integrarse este lunes a su internado de pregrado en hospitales y clínicas del estado, pero resulta que hasta ahora 92 estudiantes no merecen entrar al sistema de salud porque reprobaron el trabajo de campo, y lo peor fue que varios de ellos falsificaron calificaciones para estar en los mejores hospitales de Xalapa.

Ellos, después de quemar batas, tomarse la foto de generación, realizar el acto oficial donde asistieron sus padres y realizar una cena baile, está resultando que de 134 alumnos egresados, 92 por lo menos en el décimo semestre y último de sus carreras, no aprobaron, no fueron al campo clínico, no aprobaron en sus historias clínicas ni tampoco sus casos clínicos.

Todas estas anomalías en la facultad de Medicina de Xalapa, provienen del nuevo modelo educativo que realizaron los rectores Víctor Arredondo Álvarez y Raúl Arias Lovillo, que por lo menos en Xalapa en Medicina no funcionó y corrompió tanto a maestros y alumnos.

Los que hemos estado en la Universidad Veracruzana, sabemos que lo que se aprende en las facultades no corresponde a la realidad en el campo de trabajo. Pueden salir malos abogados, malos pedagogos, malos historiadores y hasta malos ingenieros, etc., pero no se puede permitir que estudiantes de Medicina entren al sistema de salud sin saber y aprendan matando a sus pacientes.

Cualquiera de nosotros puede tener un accidente, darle un infarto o pre-infarto o enfermarse de lo que sea. Imagínese llegar a un hospital consciente o inconsciente y caer en manos de estos estudiantes que no saben nada y por sus malas decisiones nos maten.

Lo peor es que estos estudiantes serán cubiertos por sus jefes para que no se sepan las anomalías en los hospitales; y más que nada, también los directivos de los hospitales son engañados por estudiantes que falsificaron sus calificaciones para estar en los mejores hospitales de la capital del estado.

Todo empezó el 10 de junio del 2013, cuando el doctor Ignacio García Peimbert, coordinador de Campos Clínicos, Internado, Pre-Grados y Servicio Social de la Facultad de Medicina en la Universidad Veracruzana campus Xalapa, entrega a la dirección del plantel --a cargo del doctor Alberto Navarrete Munguía-- las reales calificaciones de 134 alumnos del décimo semestre, cursado en los meses de febrero y mayo del 2013.

De igual manera, García Peimbert mandó vía correo electrónico a todos los maestros que tienen injerencia en el trabajo de campo de la facultad, las calificaciones reales de sus alumnos.

Para que se dé una idea de lo grave del caso, es que la máxima calificación en esa materia es de 2 puntos y lo máximo que llegó alcanzar un alumno de los que falsificaron sus calificaciones es el 0.8 puntos. Hay ceros y no llegan muchos de los 92 ni a la mitad de la calificación. En pocas palabras, ninguno tan siquiera llegó al 1.2 de la calificación, que es la mínima para pasar la materia de “panzazo”. Ninguno de los 92 merecen estar en una clínica ni hospital.

La gravedad del caso se quiso ocultar y entre voces iban pasando el mensaje a los médicos amigos que tendrían una reunión extraordinaria de Junta Académica para el viernes 28 de junio a las 20 horas del 2013, sin explicar el motivo, pero sí sabían de la reunión los alumnos que habían falsificado calificaciones, entre ellos el consejero alumno Carlos Pacheco Molina.

Se quiere aclarar que los 92 alumnos de 134 de la generación 2013, no todos falsificaron sus calificaciones.

Por otra parte, se ha detectado que se agenciaron plazas en IMSS, CEM, Hospitales Civiles, etc., de Xalapa los alumnos Carlos Pacheco Molina con calificación, de 0.1; Jeffrey Fonseca Tenorio, con 0.8; y Paulette Ramírez Valencia, con 0.1.

También Indra Liliana Salazar Franco, con cero de calificación; Silvia Cristina López Méndez, con 0.1; Manuel Durán García, con 0.4; Katherine Palestina Aguilar, con 0.7; Francisco Pérez López con 0 de calificación; y Karina Angélica Rivera Lara, con 0.2.

Hay más falsificadores que saldrán a la luz pública. Imagínese estos reprobados presentándose con papelería oficial de la UV de la facultad de Medicina, con todo y sello, en los mejores hospitales.

Pues la reunión extraordinaria de la Junta Académica de la facultad de Medicina del 28 de junio, había dos actitudes. Los más grandes (quienes tienen puesta la camiseta) se indignaron y pidieron castigo. Los más jóvenes, quienes aspiran al poder medicinal, quieren mediar o que se ayudara a los futuros asesinos. No hubo quórum, porque se buscaba que no hubiera acuerdos.

Convocar a una reunión extraordinaria de la Junta Académica para el 28 de junio, cuando la “papa caliente” lo tenían 18 días antes, no huele bien.

Ahora la Junta Académica de Medicina espera esta semana que el abogado general de la UV, Enrique Córdoba del Valle, emita su opinión y se va a convocar a otra Junta Académica, pero los maestros salen de vacaciones el 10 de julio próximo, así que la ciudadanía en general ya estamos en manos de quien se espera remediar la salud y resulta que no saben.

Como es de importancia la lista del coordinador de Campos Clínicos, Internado de Pregrado y Servicio Social, se publicarán las calificaciones de los 134 alumnos egresados de la facultad de Medicina de Xalapa perteneciente a la UV, por ser de gran importancia a la ciudadanía del estado de Veracruz.

Unos con 2 de calificación merecen nuestro reconocimiento, hasta los que alcanzaron el 1.2 , pero de ahí 92 alumnos que no llegaron ni a la mitad, demostrando que no les interesa la vida humana, no se les puede meter al sistema de salud y menos a los que falsificaron calificaciones.

A los que falsificaron calificaciones hay castigos desde la suspensión de los derechos como alumnos, hasta la expulsión definitiva, pero será tema de otra columna.

¿Nos preguntamos qué tanto tiene qué ver el director de la institución? ¿Sabrá del grave problema el rector de la UV, Raúl Arias Lovillo? Pues lo sabrá cuando este usted en la plancha de operaciones o sus familiares si llega inconsciente a un hospital.