SE GOTEARON LAS RESIDENCIAS DE LOS YUNES
Pasillos del Poder
César Augusto Vázquez Chagoya
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25 de JUNIO de 2013
César Augusto Vázquez Chagoya
Pasillos del Poder
2013-06-25
La tormenta tropical Barry dejó muchos estragos en el estado de Veracruz, pero es de risa que las dos residencias de los Yunes, que tienen en una laguna de Alvarado, se gotearan. Llovió tanto que las señoras Leticia Márquez, esposa de Miguel Ángel Yunes Linares y Patricia Lobeira, esposa que Miguel Ángel Yunes Márquez, andaban comprando cubetas de última hora.
Obviamente la mayoría de los cerca de los 5 millones y medio de votantes no conocen la residencia de los Yunes, que se ubican en la laguna de Mandinga, con espacio para sus ranchos y palapas para sus fiestas. Están juntas, pero por defecto de toda construcción nueva, le entró a las mansiones el agua de Barry.
Las mansiones se intercomunican. Tienen cuartos para la servidumbre y para los guardias de seguridad. Al principio las señoras no se habían dado cuenta, ya que las mansiones fueron construidas por reconocidos arquitectos e ingenieros; pero como toda nueva construcción, éstas se asientan en el suelo y como están sobre una laguna, se hundieron más que si fuera un terreno firme.
Las señoras primero quisieron pocas cubetas azules, pero la lluvia persistió, creando goteras por todo lados y las cubetas de azules tuvieron que ser rojas o amarillas o lo que encontraran. Ellas no podían explicarse que siendo nuevas las residencias se gotearan y enseguida le empezaron a echar la culpa a los constructores.
Lo que más le dolía a las señoras es que el agua había entrado en donde estaban los aparatos para ejercicio y lo increíble es que el agua entrara por los aparatos de aire acondicionado. Hizo agua toda la casa. En la sala de juegos de Miguel Jr., como no pudieron moverse con rapidez, los cientos de juegos que lo hacen no dormir se perdieron, porque se “pica” y quiere ganar los juegos de carreras, guerras, etc.
Lo que nunca hemos comprendido los veracruzanos --que somos muy tontos-- es que esta familia Yunes --en esta entidad donde sólo ellos piensan-- son seres humanos que pueden desayunar, comer y cenar, además de realizar ejercicios en unos domicilios de Boca del Río y dormir en sus residencias en Alvarado.
A ver si comprendemos los tontos: según los datos oficiales, Miguel Ángel Yunes Linares, su esposa Leticia Márquez Mora y el senador Fernando Yunes Márquez, viven en Antón Lizardo 115 del fraccionamiento Veracruz, en Boca del Río.
Miguel Ángel Yunes Márquez oficialmente vive con su esposa Patricia Lobeira y su pequeña hija en el número 753 del fraccionamiento Costa de Oro, de Boca del Río. Padre e hijo tienen sendas mansiones en el fraccionamiento Club de Golf pegadas a la laguna de Mandinga, pero del municipio de Alvarado. La del padre es calculada en cerca de 45 millones de pesos y la del hijo en 35 millones de pesos.
El caso esta para el programa televisivo de LAURA ¿Cómo desgastan a sus esposas en dos casas? Ya no los mandamos a la Comisión de Equidad y Género de la legislatura, porque son muy lentos. Yunes Márquez, cuando fue presidente municipal de 2008 al 2010, con documentos se le comprobó un desvío de más de 30 millones de pesos y hasta ahora dicen que procederán en contra del bribón.
Sólo falta saber el domicilio fiscal de ambos. “¡Qué bruto!” me dije, eso lo puedo encontrar en las declaraciones patrimoniales que ambos dieron al ser funcionarios públicos federales. Que sueldo debe haber tenido el padre, dos veces encargado de las cárceles federales; subdirector de Aeropuertos donde se hizo pederasta con Succar Kuri; director del ISSSTE donde les dio buenos cargos a sus tres cuñados, que en mi tierra se le llama “la casa chica” y eso que su verdadera esposa es nativa de Minatitlán.
En esa declaración de seguro nos encontraremos las numerosas gasolineras, las casas que alquila por todo el mundo. Sus seis millones de dólares depositados en bancos extranjeros; las propiedades de más de 250 millones de pesos de su hijo Omar, quien no trabaja en México, además que al suegro de más 80 años, padre de su esposa, lo hacen dueño de un rancho en Tres Valles llamado “Santa Gertrudis”, etc.
El hijo, el brillante Miguel Ángel Yunes Márquez, es tan listo, que de ser empleado de un banco en Miami E.U en el 2004, siendo diputado local, presidente municipal de Boca del Río y encargado federal del programa Oportunidades en el estado, le alcance para, después de sus gastos, lograr ser “empresario” y se hace una mansión de cerca de 35 millones de pesos.
Para que vean que es tan brillante “el empresario”, que se casó en el parque de la ciudad donde convivieron los nuevos reyes de la Villa Boca del Río y en la noche en lujoso salón donde corrían bandejas de los mejores platillos del mundo y los novios convivían con los amigos del padre, entre ellos el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño.
Aún poniéndole el sueldo más alto a ambos, no dan las cuentas. Lo que son las cosas, a Yunes Linares, se le ha acusado de homicida de indígenas otomíes en el norte del estado; inmiscuido en el crimen de Libertad Hernández Landa; sospechas en el asesinato del hijo del mejor policía de México, Florentino Ventura; pederasta en Cancún; acusado de golpear y extorsionar a los presos federales. Metido en la fuga de Joaquín Guzmán Loera; beneficiario de Francisco Colorado Cessa, de Tuxpan, hoy preso en Estados Unidos, etc.
Nunca de los nunca, a Miguel Ángel Yunes Linares, lo vimos en la cárcel. A la periodista Lydia Cacho se le preguntó en el puerto de Veracruz sobre la impunidad de Yunes; contestó que nosotros sólo denunciábamos a la opinión publica, pero nunca lo hacíamos ante la autoridad competente.
Bueno, siguió el mundo rodando y los Yunes burlándose de los veracruzanos. Pero de repente llega el duranguense Manuel Espino Barrientos, ex dirigente nacional del PAN, quien recaba pruebas que la fortuna de los Yunes no corresponde a lo declarado en sus dictados patrimoniales. Después publica REPORTE ÍNDIGO pruebas de la fortuna mal habida de los Yunes y la alcaldesa de Alvarado se suma dando a conocer 5 propiedades más.
Como sea, no le cuadran a los Yunes sus ilícitas fortunas, pero ahora sí Manuel Espino Barrientos --con los pelos de la burra en la mano-- acusa a los Yunes ante la PGR. No hay vuelta: no pueden comprobar los Yunes el dinero y propiedades que tienen con todo y prestanombres. Pero fíjese, tal vez nunca se hubiera investigado a los Yunes, pero les ganó la prepotencia y hacen sus mansiones en Mandinga.
Un buen día de este año, los amigos de los Yunes del diario REFORMA de la Ciudad de México, publican las fotos de las mansiones. A Yunes, enojado por las fotos, le graban una conversación donde a Los Junco, dueños del periódico, los amenaza con sacarle sus trapacerías a los regiomontanos y de ahí el escándalo que tienen los Yunes.
Como no sabemos si que los amigos de Yunes en el PRI, los hidalguenses, el secretario de Gobernación, el procurador general de la república y el director del CISEN (en donde están los espías) lo van a proteger, los veracruzanos debemos sacar provecho de lo que históricamente nos corresponde.
Miguel Ángel Yunes Linares, después del xalapeño Antonio López de Santa Anna, es el veracruzano que más escándalos ha causado en la república. Corrupto, ratero, pero ya es un monumento histórico. Que no nos invada la envidia en contra de los “brillantes” rateros, sino que debemos compartirlos con el mundo.
Necesitamos incrementar nuestro turismo. Las dos mansiones de los Yunes ya son monumentos históricos de la corrupción y así como se organizan lanchas para visitar la Isla de Sacrificios, también debería haber lanchas guiadas a la hermosa laguna de Mandinga y muestren lo que los seres humanos somos capaces cuando nos dan poder, dinero a manos llenas, no tienes escrúpulos y robas todo lo que se te atraviese, pero sobre todo, enseñan a sus hijos y descendencias a robar.
Nosotros titularemos las visitas guiadas a Mandinga como: “VEA LAS MANSIONES QUE ROBARON LOS YUNES. VISITA INÉDITA PARA GENTE DEL BIEN VIVIR”.
Estos merecen un museo, pero en la cárcel. No tienen nada de vergüenza los Yunes, pero viven a todo dar. Seremos de los primeros en comprar boletos en las visitas guiadas a la famosa laguna de Mandinga. Se vale llevar cámaras fotográficas y se puede comer sabroso en los restaurantes del lugar.