William Knigth y un Alcalde sureño, en la lista del posible relevo en SCT
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A partir del dos de diciembre del 2012 el gobierno federal dejará sin empleo a miles de burócratas que han ocupado cargos en las dependencias oficiales durante los últimos doce años.
Todos han tenido algo en común: son militantes o simpatizantes y operadores políticos del Partido Acción Nacional.
Sus lugares serán ocupados a partir de esa fecha por los hombres y mujeres que derrotaron al PAN y a la Alianza Progresista en las urnas, el domingo primero de julio pasado.
A reserva de lo que diga el Tribunal Federal Electoral (TRIFE) el seis de septiembre venidero -cuando resuelva las impugnaciones de derecha e izquierda en torno al triunfo de Enrique Peña Nieto- es un hecho que el primero de diciembre se entregan despachos, oficinas y cuentas bancarias de parte de los actuales jefes, desde subdelegados federales hasta secretarios de estado en todo el territorio nacional.
En Veracruz, hay representaciones de las:
Secretaría de Gobernación; Secretaría de Relaciones Exteriores; Secretaría de Hacienda y Crédito Público; Secretaría de Desarrollo Social; Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales; Secretaría de Economía; Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación; Secretaría de Comunicaciones y Transportes; Secretaría de Educación Pública; Secretaría de la Reforma Agraria; Secretaría de Seguridad Pública; Secretaría de Energía; Secretaría de la Defensa Nacional y de Petróleos Mexicanos.
Estos organismos son manejados por delegados, subdelegados, directores, subdirectores, entre otros cargos que operan en todo el territorio estatal.
La dependencia federal con mayor número de puestos es la Secretaría de Educación Pública; pero la burocracia de confianza del gobierno federal emplea a cientos de personas –la mayor parte con perfil de operadores políticos- que deberán entregar las oficinas a su cargo por el simple y sencillo hecho de que el partido en el que militan perdió las elecciones.
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De hecho, los futuros reacomodos en las delegaciones federales jarochas son motivo de un intenso cabildeo de parte de quienes están apuntados para el relevo de los panistas.
La joya de la corona es la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), donde despacha desde hace años un blanquiazul de cepa: Agustín Basilio de la Vega.
Cosas de la vida: Basilio ha hecho buena mancuerna con el subsecretario estatal de comunicaciones William Knight; su posible sucesor.
Knight -sin filiación partidista real- hizo buena parte de su carrera pública en la SCT, donde Basilio fue su jefe.
Luego, vino la llamada a colaborar en el gobierno estatal.
Tiene solvencia profesional, en el ramo de las carreteras.
William Knight sería el delegado que aseguraría la continuidad de muchos de los proyectos que impulsa la SCT bajo la dirección de Basilio.
Al menos, eso es lo que dicen quienes lo promueven.
Sin embargo se barajan otros nombres que, sin duda, tendrán que pasar primero por el visto de quien manda en Veracruz.
Anote: entre los nombrados aparece un Alcalde sureño.
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Por separado, la Alianza Progresista que incluye al PRD, al PT y al Movimiento Ciudadano, así como el PAN, están impugnando la elección.
El recuento de votos ya quedó claro y el PRI ganó.
Ahora, el argumento en contra es que obtuvo el triunfo a través de la compra de votos y se busca anular la elección.
Lo más seguro es que el TRIFE ratifique el triunfo del partido tricolor y de Enrique Peña Nieto en septiembre próximo, bajo un argumento que ya se puede anticipar: los magistrados no encontrarán elementos suficientes para cambiar ordenar nuevos comicios. de las urnas.
Sancionarán a quienes encuentren como violadores de algunas partes del proceso pero reconocerán el triunfo del PRI.
Y en consecuencia, los grupos de poder dentro del partido tricolor volverán al sitio del que nunca quisieron salir: el presupuesto federal; los recursos del Estado; los sueldos, las obras, las acciones públicas que alimentan a una burocracia cuyo pez más fuerte es la clase política.
Dicho en pocas y llanas palabras; cientos, miles de políticos adscritos al PRI, empezarán a comer con manteca a partir del próximo 2 de diciembre; desde Mérida hasta Ensenada y pasando por el estado de Veracruz.
Incluyendo –desde luego- a Coatzacoalcos, Minatitlán, Acayucan, donde hay representaciones del gobierno federal, tanto civiles como militares.