VIENE EL JALONEO. EL PRI, PARADO

Pasillos del Poder César Augusto Vázquez Chagoya Leanos en www.pasillosdelpoder.com www.enlaceveracruz212.com.mx vazquezchagoya@prodigy.net.mx 15 de JULIO de 2012

César Augusto Vázquez Chagoya

Pasillos del Poder

2012-07-15

Claro que todavía falta que el Tribunal Electoral Federal, antes del 6 de septiembre, emita su fallo sobre si las elecciones federales son válidas. Falta mucho por suceder. Marchas, plantones, señalamiento a los comunicadores, descalificaciones, etc.

Se diga lo que se diga, el 1 de julio, día de las elecciones, no hubo violencia en el país y las anomalías en las casillas por malas cuentas, violencia, etc., no llegaron ni al 1%, mismas que serán resueltas por el tribunal electoral.

No hay hasta el momento ningún motivo para que se anulen o se repitan las elecciones federales, porque los miembros de las casillas fueron los mismos que contaron las elecciones para diputados, senadores y presidente de la república, pero los opositores al PRI dicen que hubo fraude y que el IFE y los medios de comunicación están imponiendo al priísta Enrique Peña Nieto.

Entonces según la lógica de los opositores, los miembros de las casillas fueron muy buenos contando los votos en las elecciones de diputados y senadores, pero son unos imbéciles para contar la elección presidencial, donde hicieron trampa y no se dieron cuenta que había ganado el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador.

Así que entre un millón de funcionarios de casillas y dos millones de representantes de partidos, dejándose influenciar por los medios de comunicación, hicieron trampa. Lo más curioso es que las actas de la elección presidencial las firmaron los representantes del PRD, MORENA y el PT.

Esa firma está siendo desconocida por el candidato de la izquierda Andrés Manuel López Obrador y los dirigentes de sus partidos, pero aplican desconocimiento sólo al acta de la elección presidencial; gustosos aceptan que hayan firmado las actas de las elección para diputados y senadores, donde no salieron tan mal y son la segunda fuerza electoral en el país ante el desplome del PAN.

Cerca de 78 millones están en el padrón electoral con derecho a votar, pero sólo votaron cerca de 50 millones. Los 19 millones del PRI y los 12 millones del PAN, no votaron para que AMLO sea presidente de la república. Por el tabasqueño votaron más de 16 millones. De los que votaron en contra de AMLO, son cerca de 30 millones.

Cerca de 28 millones de mexicanos no votaron y no se sabe el motivo, lo que es preocupante por lo que debe ser razón de análisis en los partidos políticos, ya que éstos reciben dinero de nuestros impuestos pero en años recientes se convirtieron en cotos de poder familiar, principalmente Nueva Alianza, MORENA y el PT así como el PVEM.

Que 28 millones no voten se debe a una razón muy sencilla: las carretonadas de dinero que se le da a los partidos para crear escuela de política, capacitación política, etc., se quedan en los bolsillos de los dirigentes de los partidos referidos. Nosotros como sociedad hemos hecho millonarios a estas sanguijuelas del dinero del pueblo.

Nos hemos encontrado con que muchos ciudadanos dicen que no pagan impuestos porque no están afiliados a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Están equivocados: se paga impuestos con sólo comprar artículos que no están en la canasta básica. También los partidos se gastan su dinero.

Con el dinero del pueblo se mueven los camiones de pasaje, es decir, todo se mueve gracias a lo que pagamos. Todos pagamos impuestos y sólo están exentos del IVA las medicinas y alimentos.

Otra cuestión que nos encontramos es cuando se escribe “subejercicio”. Cada año, la Cámara de Diputados aprueba los gastos del gobierno federal, quien a la vez tiene delegaciones federales de sus secretarías en los estados.

Por ejemplo, van varios años que la Cámara de Diputados aprueban miles de millones de pesos para la carreteras de Veracruz, pero no se los gastan, ocasionando primero que no tengamos los servicios y lo más canijo es que dejan de trabajar en esas obras miles de jarochos. El subejercicio es también una forma de corrupción.

Cuando hay subejercicio, el dinero tiene que regresarse por ley de nuevo a la Secretaría de Hacienda. En Veracruz, tal práctica es vista por los delegados federales como algo normal, pero no se protesta contra ellos porque dejan sin trabajo a miles de trabajadores y sin dinero a sus familias.

A estas familias no le dieron el “privilegio” de mantener a los partidos MORENA y el PT, llenos de familiares y que quieren gobernar con López Obrador.

Así que los que protestan por las elecciones, los problemas de nuestro país son más grandes que eso. El sistema político de nuestro país que creó el PRI y no desmanteló el PAN, está caduco. No responde a lo que quiere la población y está plagado de corrupción. Eso de que “el que no tranza, no avanza” es cierto con el modelo actual.

En esto están metidos grandes sectores de la población. Profesionistas que no pagan impuestos por sus servicios; universitarios que son investigadores y no investigan nada; empresarios que no pagan impuestos; universidad que no quiere rendir cuentas ante las autoridades; políticos que se hacen millonarios de la noche a la mañana; no hay justicia, etc.

No atacamos los movimientos de protesta en contra del PRI mientras éstas se mantengan en la paz como dicen, pero parar servicios es violencia. Eso que van a marchar una huelga general de universidades; que van a dar el grito el 16 de septiembre, etc., pues hay que verlo y analizarlo. Nuestra constitución lo permite. Lo que no se vale es el bloqueo de carreteras.

Dicen que van a tomar plazas públicas. Eso queremos ver, porque nos daremos cuenta en qué lugares, cuántos son y cuánto tiempo se sostendrán bajo el sol, lluvias, climas y presiones de todo tipo. Ser luchador social se mama y se necesita gran pasión para una protesta.

No vayan a salir como la protesta de los maestros que no son inconformes los fines de semana y en las vacaciones. Cuando toman una oficina gubernamental, sólo lo hacen en sus horarios de trabajo. Son unos inconformes cómodos, aunque se lleven entre las patas a nuestros niños.

Ahora hay que ver si de los 16 millones de personas que votaron por AMLO, están de acuerdo con este movimiento y, sobre todo, si van a participar. Muchos votaron por López Obrador, pero no por sus partidos.

Los de la izquierda tienen la ventaja que el Distrito Federal es la capital de la república. Ahí pueden hacer lo que quieran y nadie les va hacer nada porque el jefe de Gobierno pertenece al PRD y en estos momentos va a viajar, viajar y hacerse tonto. En ese lugar están las principales cadenas de los medios de comunicación.

El gobierno federal no parará nada que no quiera. Dejará correr la violencia, como es la forma de actuar de Felipe Calderón, que no mueve un dedo aunque se estén quemando y destruyendo escuelas en Michoacán (por cierto, su tierra). No hizo justicia por los 49 niños quemados en Sonora, ya qué nos podemos esperar.

Desde la capital de la república y su zona metropolitana, cerca de 22 millones de personas quieren influir sobre 90 millones que vivimos en provincia. No nos damos cuenta que somos tan grandes que somos tres repúblicas: los del norte, centro y el sureste.

Analice las protestas contra Peña Nieto y se dará cuenta que no se da con la misma intensidad en el norte, ni en el sureste, pero sí todo lo que está cerca de la capital del país.

El PRI, ante los embates de la oposición, está parado. Tal vez tengan la óptica que sacando a su voto duro a las calles, que se ubican en las organizaciones de trabajadores, pueden crear violencia, pero hasta ahora nadie les impide realizar jornadas de información de su triunfo y no basarse a lo que dicen los periódicos locales o lo que dicen los noticieros y análisis nacionales.

La organización del PRI tiene como base los miles de seccionales, pero cero. Han dejado que la mentira de la oposición crezca. Ya muchos priístas se preguntan si es cierto de lo que dice AMLO, pero para la mala suerte del tabasqueño, no puede comprobar ante los tribunales sus dichos, aunque trae una magnifica demagogia, discurso que se basa principalmente en la mentira.

Muchos priístas dicen que pase lo que pase, no va a pasar nada. Cierto: Enrique Peña Nieto va a ser el presidente de la república, pero están permitiendo que en estos meses lo desgasten con mentiras.

Va asumir el liderazgo de la república teniendo que conceder lo que desde un principio no ha querido: el regreso de los dinosaurios. La sociedad en su mayoría votó por el miedo, pero exige que Peña Nieto no sólo presente una nueva generación de políticos con experiencia, sino que exigen que haya orden y termine con la violencia.

La oposición a Enrique Peña Nieto no crece, sólo sale a la calle de manera desordenada porque nadie quiere más violencia. El PRI, muy plantado, viendo los acontecimientos, pero desgastando a su candidato.

Se afirma que el PRI es tan grande, que se han creado todos los partidos de izquierda con los que fueron sus miembros a excepción del PAN, pero ya los están contaminando los ex priístas, que se lavaron su corrupción yéndose a la oposición y ahora son millonarios dizques salvadores de la república.

Enrique Peña Nieto, con su equipo, tiene una tarea titánica. Debe desmantelar el viejo sistema del PRI, que no pudo hacer el PAN y crear uno nuevo y moderno con todas las fuerzas políticas. Creemos que en esto que todos estamos de acuerdo.