QUE COLDWELL RESPONDA LA ENTREGA DEL GOBIERNO A YUNES
Pasillos del Poder
César Augusto Vázquez Chagoya
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20 de JULIO de 2012
César Augusto Vázquez Chagoya
Pasillos del Poder
2012-07-20
Este domingo 22 de julio, el PRI estatal celebrará su consejo político donde se reunirá la crema y nata del tricolor, y será presidido por el dirigente nacional de ese partido Pedro Joaquín Coldwell, político inteligente, culto y ex gobernador del estado de Quintana Roo.
Según las leyes, Pedro Joaquín sigue siendo el padre mayor de los priístas. Enrique Peña Nieto oficialmente no ha sido declarado presidente de la república, sino hasta antes del 6 de septiembre, aunque en esa condición, sintiéndose ganador, ya realiza actos de gobierno a lo que la oposición se lo critica.
Eso de reunirse con el presidente Felipe Calderón para analizar la entrega tersa del gobierno, se brincaron ambos un paso procesal, porque no ha sido declarado ganador por el Tribunal Federal Electoral, pero eso qué importa ya que a partir del 1 de diciembre, el mexiquense ejercerá a plenitud la presidencia imperial que sentíamos que ya se había ido en el 2000, cuando el partido-gobierno pierde 71 años en el poder.
Por eso es de vital importancia la presencia en Veracruz de Pedro Joaquín Coldwell, para que les aclare sus dirigentes qué pasa con la militancia fiel, entrona y que han llevado al triunfo al tricolor, pero el poder se lo entregan a los traidores por la influencia del grupo de hidalguenses comandado por los ex gobernadores de ese estado Miguel Osorio Chong, Humberto Lugo Gil y Jesús Murillo Karam.
La historia es muy sencilla: llena de traiciones y violencia a los opositores al grupo del político originario de Soledad de Doblado, Miguel Ángel Yunes Linares. Con apellido de medio oriente, le decían “El Turco”, pero Miguel se defendía diciendo que era mexicano. Sus relaciones primarias fueron en el gobierno de Rafael Hernández Ochoa, con el director de Turismo Manuel Muñoz Ganem, ex alcalde de Tuxpan y manejador de los dineros de Yunes en todos los cargos públicos que ha tenido.
En el gobierno de Hernández Ochoa, Yunes Linares fue subdirector de Patrimonio del Estado; presidente del Tribunal Fiscal; dirigente estatal de la CNOP y diputado local. Salió huyendo a México porque se enfrentó al gobernador Agustín Acosta Lagunes.
En 1982 se incorpora como oficial mayor de la Cámara de Diputados bajo las órdenes del hidalguense Humberto Lugo Gil, y ahí conoce a Jesús Murillo Karam y a Enrique Ampudia Mello. En ese cargo persigue con una pistola al diputado federal Carlos Brito Gómez, ex subsecretario de Gobierno con Hernández Ochoa. Nunca lo castigan. A éstos nunca los traiciona porque le han dado mucho dinero, poder e impunidad.
En 1986, un 26 de julio, matan en Álamo al diputado federal Demetrio Ruiz Malerva, que era muy amigo de Yunes. Inclusive en los funerales “El Choleño” parecía la viuda, pero a sus asesinos los Rodríguez Franco, llegando a la Secretaría de Gobierno en 1992, los libera de la cárcel; los utiliza para acosar al ex jefe de giras presidenciales Ángel Álvaro Peña. Los sigue protegiendo actualmente, aunque sean los autores de todos los asesinatos políticos del norte de Veracruz.
En ese 1986 se va con el hidalguense Humberto Lugo Gil, a la dirección de Aeropuertos y Servicios Auxiliares, donde hace negocio y amistad con otro del medio oriente: Jean Succar Kuri, de Cancún, que aparte de millonario, se le descubre su amor a los niños al igual que Yunes Linares, mismo que reseña la periodista Lydia Cacho.
De 1992 al 1997, Yunes fue secretario de Gobierno traicionando a sus antiguos jefes y amigos porque no quería tener sombra para ser gobernador del estado en las elecciones de 1998. Persiguió a periodistas, políticos, mató a indígenas, no permitía ninguna manifestación. Espiaba a sus virtuales oponentes como los senadores Miguel Alemán y Dionisio Pérez Jácome; secuestró a hijos de políticos, asesino a líderes sociales, etc.
En ese tiempo, el Palacio de Gobierno era suyo y de nadie más. Se peleó con la clase política. Fue dos veces presidente del PRI estatal y en 1997 renuncia a la Secretaría y regresa al PRI, siempre acompañado por el hidalguense Enrique Ampudia Mello, su principal operador.
En el PRI pretende ganar todas las alcaldías para poder ser candidato a la gubernatura, pero el amigo de Ampudia Mello confía en el doctor Feliciano Leal, quien vendió las candidaturas y ofrecía servicios sexuales a los jefes. Perdió 107 presidencias, la mayor cifra de la historia, y renuncia al cargo.
Anunciando su dimensión, ataca a políticos a quien servía, tachándolos de “traidores”, entre ellos a su antiguo jefe Gonzalo Morgado Huesca, Carlos Velasco Rodríguez, Fidel Herrera Beltrán, bueno, a todos sus antiguos amigos y jefes.
Ni Yunes ni tampoco Enrique Ampudia conocían el estado y nunca se interesaron en hacerlo, por lo que tuvieron que recurrir a Feliciano Leal, quien salió de la Subdirección de Política Regional porque le detectaron que metía las obras públicas en los municipios de Jalacingo, Atzalan, etc.
Yunes y Ampudia nunca castigan a Feliciano Leal, porque le ponen una oficina para que les suministrara información y lo protegieron porque sabía mucho de los trabajos sucios de ambos políticos. Cuando en 1997 Yunes y Ampudia regresan al PRI, se llevan de nuevo a Feliciano. De ahí la debacle.
Bien dice el periodista Raymundo Jiménez: Ampudia es una historia de fracasos y nosotros agregaríamos que es un maestro de la alabanza, que le llenaba el ego a Miguel Ángel Yunes Linares.
Saliendo de Veracruz el gobernador Patricio Chirinos Calero se molestó con Miguel porque andaba diciendo que era su asesor, y le manda con el contador Blas Freyre la cantidad de 35 mil pesos como su sueldo de “asesor”, lo que hace a Miguel pedirle disculpas al ex mandatario.
Se incorpora a la Secretaría de Gobernación al mando de Diódoro Carrasco y Ampudia pegado a la chichi. Yunes fue primero asesor y después encargado de las cárceles federales. Salió del cargo y dejó a su gente en el gobierno de Vicente Fox, cuando se dio la fuga el 18 de enero de Joaquín Guzmán Loera Guzmán (a) “El Chapo” , hoy convertido en el principal narcotraficante del país.
Sin cargo, Yunes Linares se le pega al gobernador Miguel Alemán y a su hombre fuerte Alejandro Montano Guzmán; lo traía endulzándole el oído, hasta que lo hicieron diputado federal plurinominal del 2003 al 2006.
En esa legislatura se encuentra con la dirigente nacional de los maestros, Elba Esther Gordillo, de quien se hace muy amigo, pero por el problema del IVA la maestra se pelea con el dirigente nacional del PRI, Roberto Madrazo. Entonces Yunes, sin el “agua va”, empieza atacar al gobernador Miguel Alemán porque no lo hace candidato a la gubernatura. Otra traición.
Ataca con furia al PRI tachándolos de rateros, antidemocráticos y renuncia al tricolor y apoya al PAN como miembro simpatizante. El presidente Fox lo premia con la Subsecretaría de Seguridad Pública nacional, a donde seguía pegado Ampudia. Como cambiarse de calzón, se cambiaron de partido. Otra traición.
En ese cargo compromete al alcalde de Veracruz, Julen Rementería, a que el gobierno del estado le devolviera la policía al municipio, cosa que logró y Miguel le recomienda como director de Seguridad Pública Municipal al capitán Alberto Rodríguez Cañada, y como jefe operativo a Jorge Iván Castillo, (a) “Tiburón”. Manejando Yunes el cuerpo policiaco, se da el enfrentamiento de la comunidad Villarín, donde matan al ZETA-14 Efraín Teodoro Torres, y donde la policía de Yunes nunca vigiló.
A los tres días, los recomendados de Yunes Linares huyen de Veracruz. Se lava las manos y deja solo a Julen, quien sigue resentido con el choleño.
En el gobierno de Felipe Calderón, a Miguel lo nombran director del ISSSTE, nombrando éste a Enrique Ampudia como secretario técnico, donde se decidían los contratos. Sacaban dinero para sus bolsillos y para la campaña de Yunes por el PAN a la gubernatura de Veracruz en el 2010.
En esa campaña, apoyado por el presidente Calderón, contó con el respaldo de la maestra Elba Esther Gordillo; sacó de la campaña a los panistas veracruzanos verdaderos; y sin renunciar al ISSSTE, Enrique Ampudia se vino a coordinar la campaña de su jefe, siendo autor de todas las denostaciones contra el actual gobernador Javier Duarte.
Perdieron y Ampudia se regresa al ISSSTE a seguir haciendo negocios, hasta que el nuevo director lo saca y se refugia con su equipo original: sus paisanos hidalguenses.
Nosotros hemos checado: a Enrique Ampudia no lo conocen como integrante del cuarto de guerra del candidato del PRI a la Presidencia de la República, como andan diciendo sus agoreros.
Su nombramiento como subsecretario de Gobierno del estado de Veracruz, siendo hidalguense, no conociendo la realidad del estado, se da por un acuerdo entre Miguel Ángel Yunes Linares y el grupo de hidalguenses integrado principalmente por Miguel Osorio, Humberto Lugo Gil y Jesús Murillo Karam.
No fue difícil sacar el consentimiento a Enrique Peña Nieto, quien no sabe de geografía.
Este nombramiento es un golpe a la militancia priísta de Veracruz. Poner a un traidor en la Subsecretaría de Gobierno es lo que nadie se esperaba, por lo que piden a Pedro Joaquín Coldwell que responda… ¿Qué pasó?
Ahora es más fácil que los priistas se vayan con Yunes Linares para llegar al poder con un “chispazo”, que mantenerse en el PRI. Sin duda esto va afectar las elecciones municipales y de diputados locales del próximo año.
Como el tema es largo, vamos a terminar con otra traición del dúo Yunes- Ampudia, que hasta ahora es la corona del pastel.
Miguel Ángel obtiene la Subsecretaría de Seguridad Pública y la Dirección General del ISSSTE por el apoyo de la dirigente nacional del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales, a quien Yunes Linares en este año, ataca de traidora y ratera. ¿Qué se puede esperar que haga Ampudia en Veracruz?
Enrique Ampudia Mello trata de quitarse públicamente su obediencia hacia a Miguel Ángel Yunes Linares. Ambos son expertos en inventarse documentos, grabaciones, etc. Son mentirosos y traidores profesionales. Miguel Ángel Yunes Linares, sin un volante, ni tiros, parece que tomó como asalto el gobierno de Veracruz.
Él que crea que esto no afectará al gobierno y las próximas elecciones, se equivoca. Al tiempo. A ver qué dice Pedro Joaquín.