DUARTE SE LOS COMIÓ VIVOS
Pasillos del Poder
César Augusto Vázquez Chagoya
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5 de AGOSTO de 2012
César Augusto Vázquez Chagoya
Pasillos del Poder
2012-08-05
Mire: conocemos al hoy gobernador Javier Duarte de Ochoa. Da gusto que Karime Macías de Duarte, originaria de Coatzacoalcos, anuncie su tercer hijo. Pocas veces en la historia política vemos esto.
Muchos gobernadores en su mandato han tenido hijos, pero no hemos tenido los jarochos la oportunidad de gozar el embarazo de una mujer en el poder. Hay un libro sobre las féminas en el mismo.
Doña Karime, si usted no la conoce, es una persona muy preparada. Sólo dos personas he conocido en vida que caminan como felinos: Miguel Alemán y Karime. Practica la yoga y es una persona sana espiritualmente y física. Su héroe es Gandhi. El nuevo logotipo de Veracruz, con diversos colores, se debe al aura humana.
Usted dirá que me tiro al piso. Mis respetos a toda mujer embarazada y a las madres solteras, pero soy un testigo que hasta el mar respeta a la que carga en su vientre un hijo y con sus olas la saca del agua para protegerlas.
He visto cómo las víboras se quedan quietas ante una mujer embarazada y si eso hace la naturaleza, un mortal como soy qué puedo decir. Felicidades.
Vamos al tema del título.
Nadie le podía decir que no. Tenía todo el poder para hacerlo. Sus principales asesores, Enrique Ampudia Mello y Francisco Monfort Guillén, casi lo aclaman por la “idea magnífica”.
Miguel Ángel Yunes Linares, siendo secretario general de Gobierno, sacó lo “demócrata” y propuso que en el 2004 se hicieran por primera vez las elecciones para gobernador, diputados locales y la de gobernador al mismo tiempo para “ahorrar dinero”.
Miguel estaba en la cúspide del poder. Como el segundo de a bordo por ley era presidente del Consejo Estatal Electoral (antes no había Instituto Electoral Veracruzano), presidió las elecciones municipales de 1994 y la elección de diputados locales en 1995.
En esos años, este hombre tan inteligente, pero con serios problemas de personalidad, sentía y le hacían creer que sería en 1998 el próximo gobernador de Veracruz.
En esos años, su instrumento principal para los trabajos sucios era el director de Gobernación, el hidalguense Enrique Ampudia Mello. Llegaron al grado de que cuando meten a la cárcel a Dante Delgado por un desvío de casi 400 millones de pesos en el 2006, se rebeló el poder judicial. Aunque usted no lo crea, a los magistrados se les persiguió, se les acosó, se metían a sus casas para robar algo, pero más bien eran mensajes de amenaza a sus familias, porque los integrantes del poder judicial decían que por ley no se le podía encarcelar a Dante, porque ya había prescrito el delito.
Como fue, al siguiente año Dante Delgado salió de la cárcel mediante un amparo federal porque su detención estaba fuera de la constitución, aunque los hechos eran verdad. Antes de esto, se constituye el Instituto Electoral Veracruzano IEV, con la “idea magnífica” de realizar las tres elecciones en el 2004.
Yunes Linares calculó mal. Él pensó que sería el gobernador en 1998 porque tenía todo: magnifica relación con Carlos Salinas de Gortari, el presidente de la república, y su principal asesor francés Joseph Marié Córdoba Montoya. Era fiel al gobernador Patricio Chirinos y era amigo del candidato priista a la Presidencia, Luis Donaldo Colosio.
La muerte o asesinato, el 23 de marzo de 1994, de Colosio, fue un fuerte golpe para sus aspiraciones, pero había tiempo. Por eso quedar bien con el presidente Ernesto Zedillo en el 2006 para meter a la cárcel a Dante, fue su prioridad para mostrar lealtad al principal fiel de la balanza.
En las elecciones federales en 1997, donde el PRI pierde a nivel nacional la capital de la república y la mayoría en el Congreso federal, Yunes se desespera renunciando a la Secretaría General de Gobierno para dar un golpe en la mesa, yéndose de nuevo a la Presidencia del PRI estatal queriendo ganar la mayoría de los ayuntamientos para asegurar la gubernatura, pero fue ineficaz junto con Ampudia y perdieron 107 ayuntamientos, teniendo que renunciar al tricolor y echándole la culpa a todos los que no estaban en su proyecto.
En 1998, el candidato a la gubernatura fue Miguel Alemán Velasco, quien obtuvo en la elección para senador en 1991 más de un millón y medio de votos. Esas elecciones locales ya fueron organizadas por el IEV y su contrincante fue Arturo Hérviz Reyes, por el PRD. Yunes estaba desaparecido del panorama político.
Para acatar la “Ley Yunes”, en el 2000 se eligió presidentes municipales y diputados locales por un periodo único de 4 años para emparejar las elecciones de los tres poderes en el 2004. En el 2003, Miguel Ángel Yunes Linares, con la ayuda de Alemán, es diputado federal plurinominal y aspira a la gubernatura.
Todavía en ese año, en diciembre, Yunes acudió con los otros precandidatos a la comida que organiza cada año la asociación política “Vía Veracruzana” que presidía Amadeo Flores Espinosa. Todos alegres, todos unidos, sin saber el ventarrón que se avecinaba.
Llegó el 2004. La candidatura fue para el senador Fidel Herrera Beltrán. El candidato por el PAN fue Gerardo Buganza Salmerón, ingeniero originario de Córdoba. Yunes se enoja con Alemán y Fidel por lo que se va a apoyar al PAN, quienes quedaron sólo a 26 mil votos del PRI. Influyó mucho que se realizaran a la vez las elecciones de ayuntamientos y diputados locales.
El PAN, gracias a Buganza, ganó la mayoría de los ayuntamientos en ese año y la mayoría de la cámara de diputados locales. Miguel Ángel Yunes Linares se fue al PAN apoyado por la líder magisterial Elba Esther Gordillo y fue subsecretario de Seguridad Pública nacional con Vicente Fox; con Felipe Calderón tuvo el cargo de director general del ISSSTE, donde Ampudia era y es su mayor gente de confianza.
“La Ley Yunes”, en el 2010, se le revirtió a su autor. Por fin Miguel consigue la candidatura a la gubernatura por el PAN y pierde ante Javier Duarte.
El factor fue que en el 2007 el PRI gana la mayoría de las presidencias municipales y el Congreso local, siendo gobernador Fidel Herrera Beltrán, un maestro en muchas artes, pero más en lo electoral. No ha perdido ninguna elección personal: tres veces diputado federal, senador y gobernador.
Como gobernador sólo perdió en el 2006, las elecciones federales, pero en las municipales y las diputaciones en el 2007, arrasó.
Miguel y Fidel eran gemelos: uno moreno y el otro rubio. No se sabe con exactitud el pleito, pero sin duda empieza cuando Patricio Chirinos fue secretario de Desarrollo Urbano y Ecología en el gobierno federal, de 1988 al 1992.
Fidel Herrera Beltrán decía que el cambio de gobierno en el 2010 sería la “gran batalla”. Fidel y Miguel, sin querer, estaban de acuerdo en que el candidato a gobernador del PRI fuera Javier Duarte de Ochoa.
El primero buscó que fuera diputado federal por Córdoba, que es un requisito para ser candidato a gobernador en el PRI. Por su parte, Miguel Ángel Yunes Linares convenció al comité nacional del PAN de quitar al candidato del PAN, elegido por las bases, por el distrito de Córdoba y meter a un veracruzano, presidente de la Comisión Nacional del Deporte, Carlos Hermosillo, quien no era originario de Córdoba (en el centro de Veracruz) sino que nació en Cerro Azul, al norte de la entidad.
Miguel calculó mal a su futuro enemigo. No era ni diputado federal, que una vez el gobernador me decía que le gustaban los proyectos grandes. El fiel y mesurado secretario de Finanzas, sólo su esposa sabía lo que en realidad es.
Cierto. Javier Duarte llegó a la gubernatura en mal estado financiero. Pocos saben que el huracán Karl y la tormenta tropical Matthew nos había dejado un millón de damnificados y el gobernador Herrera, sensible a la necesidad, sin apoyo federal, quiso remediar las comunicaciones, casas, enterrar bien a los muertos, etc.
El problema era tan grande y las necesidades apremiantes. Fidel presionó hasta a sus amigos de poner dinero con el compromiso de pagarles después, estando a dos meses de irse del poder. El problema se calculó de 100 mil millones de pesos y Fidel sólo tenía su palabra.
Todavía hoy se encuentran los trabajos de reconstrucción de los huracanes del 2010.
Felipe Calderón no quería a Fidel y lo apretó con el dinero. Lo acosó con los militares con la guía de su alfil Miguel Ángel Yunes Linares. Todo esto fue arreglado por Javier Duarte de Ochoa en dos años.
Sabiendo que al PRI se le complicaba la elección de gobernador al juntar las elecciones de ayuntamientos y diputados locales, el gobernador Duarte la fue calculando y asestó el golpe maestro. Envió la iniciativa de reformas el código electoral de Veracruz a la legislatura de Veracruz. Era un documento a ser modificado por los legisladores. Tenía como fin primordial cambiar la fecha de la elección de ayuntamientos y diputados locales y dejar sola la elección de gobernador.
La experiencia le decía que se le complicaba al PRI la elección para gobernador por juntar las elecciones gracias a la “Ley Yunes”. Claro que los partidos de oposición alegaron una intromisión a la libertad de expresión, y aunque Duarte tenía bajo la mesa que podía aprobar el código electoral con sus votos, quería consensos.
Tenía también el tema de los candidatos independientes que afectaba a los dos principales partidos como el PAN y el PRD. El primero, gobernado el partido por los panistas tradicionales y el otro grupo, el de Miguel Ángel Yunes Linares, quien es “monárquico”, ya que sólo ganan las elecciones sus hijos. Uno fue alcalde de Boca del Río y otro va a ser senador de la república.
Es una corriente del PAN familiar, pero si se aprobaban las candidaturas independientes y Yunes no se arreglaba con el comité estatal, se iba ir por un partido independiente. Es enormemente rico.
En el PRD, súper dividido, las candidaturas independientes los ponían al borde de la desaparición en el estado. Tantos los diputados, como organizaciones sociales, se fueron con la “finta” de que el código electoral no se ponía a la altura del código electoral federal.
El código federal electoral es una aberración para la democracia. Va a tener que modificarse el próximo año si Enrique Peña Nieto quiere gobernar con estabilidad política.
Con sus diputados y los de oposición, Duarte modificó lo que tenía que modificar y todavía se puede perfeccionar, pero el trofeo mayor lo tenía: cambiar la fecha de elección de la gubernatura, echar abajo la “ley Yunes” y que en el 2016 el PRI luche por la gubernatura con quien sea, sin compartir la elección.
Como en las peleas de la escuela: uno contra uno. Lo que más llama la atención, es que un día antes de votar las modificaciones al código electoral de Veracruz, todas las fracciones parlamentarias fueron a ver al gobernador, se tomaron juntos las fotos y le dijeron que iban aprobar las reformas al código electoral.
Duarte, con el código electoral --cuando la república está encrespada-- logra llevarse, como los buenos toreros, rabo y orejas. Se llevó la faena política en este mes en la república. Nadie puede decir que no se los comió vivos.
Por último: no vayan a salir que este acuerdo se debe a Enrique Ampudia Mello, el nuevo subsecretario de Gobierno y digan que desde su llegada hay una nueva forma de gobernar y que está componiendo la política de Veracruz.
No sé cómo lo hizo el gobernador Javier Duarte, pero las imágenes lo dicen. Enrique está muy lejos de las fotos protagónicas.