Andrés Santos, crónica de una caída anunciada

Los aviadores quieren ser líderes

2016-10-04



La caída de Andrés Santos Escandón y su directiva que le acompañaron en los últimos años en la dirigencia del SUEM, era una muerte sindical anunciada.
Al señor Andrés Santos Escandón, la soberbia lo mató. Y de paso se llevó entre las patas de los caballos a los integrantes de la dirigencia del SUEM.
Andrés Santos Escandón tuvo dos sueños y aspiraciones que nunca logró, a pesar de traicionar a quien lo formó políticamente.
Primero, llegar a ser regidor del ayuntamiento de Minatitlán.
Segundo, convertirse en el “rey de la basura”, como lo es Antonino Baxin Mata, líder del sindicato de Limpia Pública del puerto de Veracruz, hombre millonario a quien Andrés siempre admiró, pidió consejos, pero que no pudo imitar.
En las investigaciones que estamos realizando sobre la historia del Sindicato Único de Empleados Municipales (SUEM) Andrés Santos Escandón, no figuraba para llegar a la secretaría general.
Cuando Mónico Cruz Sánchez, dejaría la dirigencia del SUEM, ya se contaba con la “bendición del líder de la CROC” para Maximino Balcázar, quien se desempeñaba en la comisaría de la desaparecida Inspección de Policía Municipal. Sin embargo, un error de conducta y comportamiento” que salió a la luz pública, le costó no llegar al cargo.
Andrés Santos, andaba pegado a Mónico, quería, pero aún no era su tiempo. Sin embargo, ante tal incidente, se vio como una alternativa y una salida por el momento.
Ni Mónico y menos Valente Lagunes, se imaginaron el “monstruo político” que estaban formando y que con el tiempo traicionaría a los dos.
A Santos Escandón le ganó la ambición, la soberbia, al llegar a pensar que el sindicato era de su propiedad, que los trabajadores lo tenían que obedecer como si fueran esclavos.
En muchas ocasiones en lugar de defender al trabajador, que es su responsabilidad como dirigente y por eso ha vivido de las cuotas de los empleados, él mandaba a castigarlos como “amo y señor” y cuidado y protestaban, porque de inmediato los amenazaba con “expulsarlos del sindicato”.
Y así actuó con algunos de los socios, dejaron de ser empleados municipales por “ordenes” del aprendiz de cacique y por la complicidad de algunos presidentes, con quienes realizó negocios millonarios, de los que hablaremos en otra entrega.
Valente Lagunes, lo que no perdona, es que el señor Andrés Santos Escandón lo traicionó y traicionó a la CROC, al tratar de ser regidor, cuando le habló muy bonito al oído el líder de los petroleros que él lo propondría en la planilla.
Finalmente no llegó y su frustración fue grande. Sin embargo, encontró la manera de hacerse millonario. Negociaciones “amañadas” con los ex alcaldes Guadalupe Porras David y Leopoldo Torres a costillas de los empleados municipales y del SUEM.
La soberbia y la ambición crecieron y se sintió intocable. Luego dizque por acuerdo de asamblea descuentan una cuota a los empleados, engañándolos de que se compraría maquinaria y camiones para formar una cooperativa de la que todos serían socios. Los incautos trabajadores cayeron en el nuevo engaño.
Con la suma millonaria se va Andrés Santos hacia la zona norte del país para comprar la maquinaria, en donde por cierto, por un susto que se llevó por allá, se le desarrolla el azúcar.
Son varios años de esa famosa “cooperativa”. Los empleados hasta el momento no han recibido un solo informe de su fundación. Según se sabe, la maquinaria y camiones, se encuentran a nombre de los directivos recién corridos por el ayuntamiento.
Aquí empezó a cavar su tumba Andrés Santos Escandón. A eso hay que agregarle las tres extensiones de terrenos que le fueron entregadas al sindicato y que no se sabe que destino tuvieron al igual de la suma millonaria de las cuotas que han recibido.
Los errores se pagan caros. Y cuando más intocable se sintió don Andrés Santos Escandón, ante el tribunal y el ayuntamiento para llevar a cabo el emplazamiento a huelga presentó un padrón de 403 socios del SUEM. Y meses después, sin los trámites legales correspondientes, presenta una nueva relación de sindicalizados, pero ahora de 600 socios.
Con un sinnúmero de comisionados sindicalizados, algunos casi con 15 años de antigüedad, pero que, actuando con “dolo” Andrés Santos con algunos de ellos, no notificó a las autoridades municipales y esto trajo consigo que se iniciara una investigación.
En acuerdo de cabildo, deciden el cese de 27 comisionados sindicales y los 8 directivos, entre ellos Andrés Santos Escandón. Ellos se defienden y están en su derecho y seguramente el conflicto laboral se llevará su tiempo.
A pesar de la traición hecha a la CROC y a su dirigente regional Valente Lagunes por parte de Andrés Santos y sus directivos que le siguieron, Tomás Tejeda, líder estatal de la central, ya está metiendo las manos ante las autoridades laborales y el ayuntamiento de Minatitlán.
Por orgullo la CROC intervendrá. Pero ante la deslealtad de don Andrés Santos, quien sabe hasta donde lo puedan salvar.
A esto hay que agregarle un sinnúmero de inconformidades de los empleados, como el de proponer en “niveles” muy altos con excelentes sueldos a personas que les hacían “favores especiales”.
Amenazar y castigar a quienes se atrevieran a contradecirlos. A ocupar trabajadores sindicalizados para la construcción de áreas especiales en el rancho del ex alcalde Leopoldo Torres.
Realizar obras con personal del mismo ayuntamiento y cobrarlas bajo el esquema de empresas “dudosas” en contubernio del ex tesorero de Leopoldo Torres.
Y un sinnúmero de abusos, atropellos, saqueo, maltrato, engaño, dinero del trabajador exigido con falsas promesas, fueron llevando a don Andrés Santos Escandón al abismo.
Esto lo aprovechó el ayuntamiento, que tampoco canta mal las rancheras y que en la próxima entrega hablaremos de la “fuerza área” de regidores del Municipio de Minatitlán.
El alcalde Héctor Cheng Barragán, el tesorero Saúl Wade y el síndico Martín Gracia Vázquez, dieron el “empujón final” para la caída anunciada de Andrés Santos Escandón y los dirigentes del SUEM. Crónica sintetizada de una caída anunciada.
Como adelanto, ahora hasta los “aviadores”, si de los que tiene conocimiento el alcalde, el tesorero, el síndico y los regidores, pero principalmente el jefe de personal, se quieren convertir en dirigentes del SUEM.
Claro, siempre y cuando el cabildo, si no quiere que se entienda el asunto del SUEM como una “revancha política”, también tiene que aplicar la barredora en contra de los aviadores que están plenamente identificados. De lo contrario, el pueblo de Minatitlán, y con justificada razón, pensará que la “ley no se aplica pareja”, aunque sea en ésta ocasión.