VENGANZA DE YUNES. ¿DÓNDE ESTÁN LOS CABALLOS DE COLORADO?

Pasillos del Poder César Augusto Vázquez Chagoya Leanos en www.pasillosdelpoder.com www.enlaceveracruz212.com.mx vazquezchagoya@prodigy.net.mx 27 de MARZO de 2012

César Augusto Vázquez Chagoya

Pasillos del Poder

2012-03-27

En este país nos estamos acostumbrando a creer todo lo que dicen las autoridades. Los hechos poco a poco han puesto en su lugar a cada quien.

Es increíble que a 5 años de la lucha contra el crimen organizado, la Procuraduría General de la República esté desmantelada, sin viáticos para investigar; la Agencia Federal de Investigaciones, desmantelada; el CISEN, que es nuestro de sistema de información, similar en funciones como la CIA en los Estados Unidos, está muerta.

Hemos sido testigos de casos de inocentes acribillados en balaceras entre malosos y militares donde la autoridad, para justificar sus asesinatos, les siembran armas. Ahí esta el caso de los dos estudiantes de Tecnológico de Monterrey y de un contratista de Coatepec, quien venía con sus trabajadores de Córdoba y aparecieron con armas en El Lencero, en la entrada de Xalapa viniendo de Veracruz.

Pese a que los casos se documentan, existen una enorme presión de los gobiernos para tapar la verdad. Parece que lo único en que se han puesto de acuerdo los gobiernos estatales de todos los partidos con el gobierno federal, es que no aumenten el número de muertos por esta “guerra” mal planeada. Ya llegamos a 60 mil muertos y hasta el comando norte del ejército de los Estados Unidos se alarma, le resulta increíble el número de muertos, que no se da ni en Irak.

En este contexto, nos damos cuenta que la Secretaría de la Policía Federal a cargo de Genaro García Luna, no sólo debilitó a las instituciones de justicia, sino que ahora está en el ojo por los sobornos que recibían funcionarios de esta secretaría por mantenimiento a sus aviones y de la Presidencia de la República por parte de una empresa de los Estados Unidos.

Esto está llevando a la sospecha que esos mantenimientos estuvieron mal y hay una línea de duda por las muertes de los secretarios de Gobernación Juan Camilo Mouriño y Francisco Blake Mora, quienes abordaron esos aviones. Hay que recordar que cada vez que estos difuntos funcionarios se metían a los temas de seguridad, se morían.

Se recuerda las palabras del presidente de la república Felipe Calderón con respecto a la nave donde se cayó Francisco Blake Mora, que había sido “un accidente porque el helicóptero estuvo todo momento vigilado por elementos del Estado Mayor Presidencial y acababan de darles mantenimiento”, pero ahora nos salen en voz de la justicia estadounidense que empleados de la Presidencia de la República y la Secretaría de Seguridad recibían sobornos por los mantenimientos de sus aeronaves.

Ahora este lunes 26 de marzo graban una conversación de Josefina Vázquez Mota, candidata a la Presidencia por el PAN, donde, sabiéndose grabada, le manda saludos a Genaro García Luna por andarla grabando que en vez de grabara al “Chapo” y le manda saludos a Alejandra Sota por filtrar las grabaciones; termina llamándola “Pinche Sota”.

Esto se da en el marco de la lucha por alcanzar la candidatura panista y se supone que la vocera de la Presidencia y Genaro apoyaban al precandidato Ernesto Cordero.

Los escándalos no terminan ante la impunidad y valemadrismo de los funcionarios. Dicen que hay más de 35 mil efectivos de la Policía Federal que ya están capacitados y examinados; que no tienen tendencias de delincuentes.

A cada muerte de los secretarios de Gobernación, más se fortalecía la presencia de Genaro García Luna, porque se quedaba solo con el tema de la guerra.

Los elementos del Ejército y la Marina se manejan sólo con sus mandos y tienen divididas las regiones donde operan y cada cuerpo militar tiene su vocero ante los medios de comunicación. Cuando hay un operativo importante en el país, en general, entra el Ejército, la Marina, Policía Federal y hasta la no querida Policía Estatal. En el caso específico de Veracruz, muy pocas veces se ve la presencia de la Policía Federal, a excepción de la estimada Policía Federal de Caminos en las carreteras.

La justicia en México, tanto en los gobiernos priístas como en los panistas, se ha utilizado con fines políticos, pero los azules con Felipe Calderón han sido muy burdos, como el caso de meter a más de 30 alcaldes michoacanos a la cárcel por estar metidos con el crimen organizado (hoy todos están libres), porque el presidente quería que su hermana Luisa María Calderón ganara la gubernatura de su estado natal, Michoacán.

Innumerables actos de intimidación se repiten en toda la república: como meterse el Ejército a la casa del peor crítico de Calderón, Manuel Espino Barrientos, ex dirigente nacional del PAN; o el cateo a la casa del ex presidente Vicente Fox, dizque para hacer una averiguación previa de una denuncia interpuesta tres años antes, sabiendo las autoridades que a un ex presidente sólo se le puede juzgar por traición a la patria o por delitos de lesa humanidad.

Como en este país cualquiera se puede morir en manos de las fuerzas armadas y justificarlas que son miembros del crimen organizado sembrándoles armas y drogas, en Veracruz acaba de pasar algo curioso.

Los delegados de las dependencias federales realizaron una reunión en Álamo, ubicada en la Huasteca veracruzana, el 2 de febrero de este año, como preludio de las elecciones internas en el PAN para elegir candidato a la Presidencia de la República el 5 de febrero; en la Huasteca, el PAN tiene un importante bastión con 70 mil beneficiados con el programa Oportunidades y con casi 17 mil afiliados con indígenas que no saben ni hablar español.

El delegado del programa de oportunidades en el estado es Miguel Ángel Yunes Márquez, hijo del candidato perdedor a la gubernatura de Veracruz en el 2010, Miguel Ángel Yunes Linares, quien era el jefe de campaña en el estado del precandidato a la Presidencia, Ernesto Cordero Arroyo. El hijo de Miguel estuvo en la reunión y llevaba mucho dinero en efectivo.

Al mismo tiempo eran precandidatos al Senado de la república Fernando Yunes Márquez y Jesús Guzmán Avilés, de Tantoyuca, hermano del alcalde de ese lugar Joaquín Guzmán Avilés, quien maneja el mayor padrón de panistas en el estado, quienes cuya elección interna sería el 19 de febrero.

Ese dos de febrero, Miguel Ángel Yunes Márquez, después de reunirse con los delegados federales y tener una reunión con mujeres de la Huasteca, se dirigió a Castillo de Teayo donde fue perseguido por dos camionetas que lograron interceptar la unidad donde viajaba el alcalde de Castillo de Teayo, que servía de guía.

Yunes Márquez, al ver la acción, junto con otra camioneta de SEDESOL se dieron vuelta regresando a refugiarse en Álamo, pero los malosos los persiguieron antes de esta ciudad disparando sobre la unidad de Yunes Márquez, que no le hicieron daño ya que su camioneta era blindada.

Ahí viene la alarma y hasta el gobierno del estado le manda un helicóptero para trasladarlo a Boca del Río donde vive, y todas las fuerzas armadas se dedican a buscar a los agresores.

El 9 de febrero en la Dirección de Seguridad Pública de Álamo, por la madrugada, una mujer reportaba que en la calle Jacaranda había camionetas con gente armada por lo que se trasladan 5 unidades de la municipal al lugar, pero se encuentran que eran unidades de la Marina, quienes los desarman y golpean a tres elementos, quienes obligan a que llamen al supervisor Eduardo Martínez, quien llega al lugar, siendo detenido y llevándoselo con todo y arma y uniforme.

El director de Seguridad Pública del ayuntamiento panista de Álamo, Sandro García, manifiesta que la detención de Eduardo Martínez había sido arbitraria, pero también desaparece. El 1 de marzo, agentes de la SIEDO se entrevistan con el alcalde Jorge Vera Hernández y le preguntan por el paradero de Isidro, manifestando que se fue a México a realizar trámites para conseguir recursos para la policía y de ahí se iba a ver a su familia a Guadalajara, Jalisco. Desde ahí desapareció.

En el bajo mundo se manejaba que el autor de intento de asalto a Yunes Márquez, quien traía dinero en efectivo para repartirlo entre panistas para que votaran por Cordero y por su hermano Fernando, era Enrique Delgado Fraire, (a) “El Mando Quique”, quien andaba asaltando y secuestrando gente diciéndose pertenecer a los ZETAS, cuya principal misión era no dejar pasar por la zona a los integrantes del Cártel del Golfo.

Era un delincuente “quiquiri”, delincuente de poca monta, sin ninguna importancia delictiva de peso, pero sí asaltante. Realizaba sus actividades sólo en la región de Álamo. El 18 de marzo, la Secretaría de Seguridad Pública Federal detiene a Enrique Delgado Fraire, pero no es presentado a ninguna autoridad.

El 22 de marzo la Policía Federal sorpresivamente hace un cateo al penal de Tuxpan. El viernes 23 de marzo, según mediante una orden de cateo, se meten al rancho “Flor de María” propiedad del rico constructor Francisco Colorado Cessa. Ese rancho esta a dos kilómetros de la caseta de cobro saliendo de Tuxpan hacia Poza Rica. En frente del rancho, cruzando la autopista, se encuentra la constructora, también propiedad de Colorado Cessa.

Según la crónica policiaca, Enrique Delgado Fraire (a) “Mando Quique”, junto con siete sicarios, se enfrentan a tanquetas, a más de 100 hombres bien armados y un helicóptero, muriendo solo el “Mando Quique”. Según la policía, Enrique Delgado era un importante mando de los ZETAS, quien participó en la fuga de 53 internos del penal de Cieneguillas, Zacatecas, en el 2009.

El delincuente de poca monta operaba solo en Álamo, y de repente salió que era el jefe de los ZETAS en Tamaulipas, Aguascalientes, San Luis Potosí, Zacatecas y Coahuila. Toda una ficha, pero sólo tenían sus sicarios 4 metralletas, tres escuadras y dos granadas. Ni siquiera estaban bien armados para cuidar a un “importantísimo” jefe, como lo calificaron los federales.

La real historia es que el famoso “Mando Quique” fue ejecutado. Llegó muerto al rancho y sus sicarios iban detenidos. La Policía Federal, para hacer más drama (expertos en montajes como el caso de Florance Cassez) hace disparar al helicóptero, que sólo daña los vehículos de “Pancho” Colorado. Para darle más dramatismo al asunto, se llevan a los 21 empleados del rancho y nadie sabe quién se quedó con los caballos pura sangre del constructor, que valen millones de dólares.

Lo más curioso del caso, es que las fuerzas militares no fueron avisadas por la Policía Federal. Los militares se dieron cuenta por la “tronadera” que se oía en Tuxpan, que por el número de cartuchos percutidos debía haber más muertos.

La cosa no para ahí. Entre los detenidos, iba, según la policía, el segundo de a bordo de “Mando Quique”: Guadalupe Angulo Serrano (a) “Mando Sinaloa”, quien con los otros seis detenidos no han sido presentados por la Policía Federal en sus instalaciones de la Ciudad de México, dada la importancia de estos delincuentes.

Nada, no aparecen por ningún lado, sólo fue cumplida la venganza de quien quiso agredir a Miguel Ángel Yunes Márquez.

Según se sabe, ningún jefe del narcotráfico anda operando. Estos sólo ordenan. Entonces la importancia que la Policía Federal le quiere dar a “Mando Quique”, sólo justifica su ejecución.

El rico constructor de PEMEX Francisco Colorado Cessa, no está detenido como se dijo al principio, ya que tenía días de estar en los Estados Unidos.

Vamos a ver quién es el próximo político de oposición al PAN, que sale narco.