ERICK Y CARVALLO QUIEREN SER GOBERNADOR

No cabe duda que en donde quiera se cuecen las habas. El ser humano es político desde que nace y tiene el derecho de aspirar a los cargos que quiera mientras estén capacitados, pero más que nada que le guarde respeto y lealtad a quien los cobija en estos momentos.

Todo empieza en un recorrido por todo el estado, realizando estudios sobre como están ubicados los partidos políticos y los líderes naturales respecto a los candidatos a las diputaciones federales en los 21 distritos del estado de Veracruz.

Cada tres años se hacen estos estudios y en cada uno tienen sus facetas, porque son diferentes actores políticos que van como candidatos, y cada día los dirigentes naturales cuidan más sus parcelas y las negocian bien. Se podría decir que el corazón por un partido depende de las canonjías que se consiguen y la ubicación de los enemigos políticos en la región.

Ya nadie de los líderes naturales tiene pegada la camiseta de un partido en la piel como antes. En el recorrido que se hizo, se platicó con periodistas, autoridades, taqueros, taxistas, con dirigentes de los partidos, etc.

A un mes de haberse iniciado las campañas políticas, llama la atención que un partido como el PAN, teniendo en el poder federal 12 años, esté recurriendo a candidatos pocos conocidos o impuestos en distritos donde no son conocidos ni originarios, y más que estén careciendo de recursos económicos y de propaganda.

Hablar de los candidatos del PRD es hablar de su división estatal, que se refleja en los distritos. Son casi nulas sus campañas.

Tocante al PRI, salieron como una verdadera aplanadora. Ganaron los espacios en mamparas, bardas y hasta se excedieron en carteles. Todo el estado tapizado y dan imagen de fortaleza, pero en el fondo, mero adentro, las patadas están al orden del día.

Los causantes de trabajar doble, duplicar propaganda y crear desconcierto tienen nombres y apellidos: Erick Lagos Hernández, presidente del PRI estatal, tiene sus delegados como siempre ha sucedido de manera institucional.

Pero en un escenario nuevo, el candidato presidencial nombra un representante en la persona del diputado local Jorge Carvallo Delfín, quien nombra sus delegados en los distritos, aunque estos causen malestar entre alcaldes, candidatos y estructura del PRI.

El gran problema de estos dos amigos, es que más que trabajar por los candidatos, meten más confusión. Luchan entre ambos y a menos de dos años de haber tomado el poder el joven Javier Duarte de Ochoa, quieren ocupar su cargo para el 2016. Ofrecen a los alcaldes y candidatos unirse a sus grupos, y el que jale con uno tiene en contra al otro.

Ya se puede entender el porqué los candidatos al Senado por el PRI, José Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa, no confíen en ambos políticos y tengan sus propios delegados en sus campañas. Así viera usted qué merequetengue se traen no sólo los delegados del PRI y Carvallo, sino los otros de los candidatos al Senado. Todos los priístas viven entre órdenes y contraórdenes de delegados.

No se sabe en el PRI si avanzan o retroceden. ¿Por qué? Porque es lógico que los candidatos al Senado están luchando por ganar para poder aspirar a ser gobernador el 2016, pero desde ahora tienen como competidores a los que se suponen que ahora los apoyarían para ganar: Erick y Carvallo también andan en campaña. Nunca se había visto esto.

Se puede entender que el gobernador Javier Duarte de Ochoa, por su juventud, abra el abanico temprano para que se vea quién es quién ante la población, pero no creemos que ahorita haya autorizado, como jefe de su partido y sin ganar las elecciones federales, que Erick y Carvallo hagan sus propias campañas, perdiéndose el objetivo mayor que es llevar a la Presidencia de la República a Enrique Peña Nieto, ganar las senadurías y ganar la mayoría de los 21 distritos federales veracruzanos.

El único responsable de lo que pase el 1 de julio próximo ante Enrique Peña Nieto y el PRI nacional, es Javier Duarte de Ochoa, lo que olvidan mucho.

Es muy temprano para velar al naciente gobernador de Veracruz. No cabe duda que el poder, con un ladrillo, hace que se pierda la cabeza, aunque se lleven entre las patas a quien le brindan la amistad y confianza. Lo menos que quiere el gobernador es que le formen problemas: quiere gente que se los resuelva.

En una carrera política de sólo 7 años, Erick y Carvallo quieren ser gobernador. Hay que analizar sus negativos y positivos en este tiempo cuando ambos han sido diputados locales y funcionarios de bajo perfil en el sexenio anterior. Los dos han sido presidentes del PRI estatal.

En esta campaña presidencial, Jorge Carvallo Delfín, quien ha hecho carrera política en el Estado de México, tiene sus esperanzas en que Enrique Peña Nieto gane el poder ejecutivo y así subirse al carro de la revolución. Erick Lagos Hernández ha realizado política estatal y espera ganar grupos y la gracia del actual gobernador.

Aunque usted no lo crea, a 4 años de la elección del nuevo gobernador en el 2016 hay por lo menos 10 aspirantes, pero ahora quienes están creando el desorden son Erick y Carvallo. No les vayan a dar un susto y hagan quedar mal al gobernador.