MURIÓ EL MEJOR RECTOR DE LA UV
Pasillos del Poder
César Augusto Vázquez Chagoya
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25 de MAYO de 2012
César Augusto Vázquez Chagoya
Pasillos del Poder
2012-05-26
Este 25 de mayo del 2010, se sabe de la muerte del maestro en derecho, filosofía y economía. Uno de los sabios veracruzanos. Roberto Bravo Garzón, quien ocupó la rectoría de la Universidad Veracruzana de 1973 a 1981, y entre sus logros más importantes fue la descentralización de la UV.
Los que vivimos esa visión descentralizadora, benefició a los estudiantes de todo el estado al abrir los campus en Tuxpan, Poza Rica, Veracruz, Xalapa, Ciudad Mendoza, Minatitlán y Coatzacoalcos.
Empezó con el año de propedéutico, que era la preparación para entrar a la carrera. Con el tiempo en esos campus se crearon facultades que permiten a los jóvenes estudiar en su región en este largo estado de Veracruz.
Antes de esa decisión de Roberto Bravo Garzón, los jóvenes que terminaban en las pocas preparatorias en el estado tenían tres caminos: irse a estudiar al Distrito Federal, Puebla o a Xalapa. En ese tiempo, teníamos como estudiantes a gente de los estados vecinos, también beneficiados. El senador tabasqueño del PAN, Juan José Rodríguez Pratts, es un ejemplo de esto.
Nació en el puerto de Veracruz en 1934. Fue muy estudioso porque aparte de estudiar leyes, hace las carreras de filosofía y economía.
El 26 de septiembre de 1968 marchó con sus estudiantes de la facultad de Economía, cuando fueron reprimidos apoyando el movimiento estudiantil en la Ciudad de México y por no obedecer la sentencia de Fernando López Arias, quien les pidió no marchar porque de lo contrario “sabrían quién era el gobernador de Veracruz”.
Roberto Bravo fue metido a la cárcel junto con otros maestros de gratos recuerdos, acusados de subversión. Los líderes estudiantiles fueron conminados a irse del estado. Ese acontecimiento del 26 de septiembre fue el preámbulo de la matanza de Tlatelolco en la Ciudad de México, el 2 de octubre de 1988.
Según la versión de mi amigo, ya desaparecido, Francisco Sánchez Contreras (en ese tiempo subsecretario de Gobierno) el presidente Gustavo Díaz Ordaz le había ordenado a López Arias que él hiciera matanza en Xalapa porque se ponía en riesgo los juegos olímpicos de ese año, pero el de Suchilapa le contestó al mandatario por el teléfono rojo que él no asesinaba a sus jóvenes, y eso lo cumplió.
Por méritos propios, Bravo Garzón escaló las grandes alturas políticas con prestigio a nivel nacional. Amigo del presidente Luis Echeverría, aunque no se crea, estuvo a punto de ser el gobernador de Veracruz, a la caída de la precandidatura de Manuel Carbonell en 1974.
El gobernador fue Rafael Hernández Ochoa, que se hizo muy amigo del rector de la UV y lo apoyó en todo. Fue la época de oro de la máxima casa de estudios. La Sinfónica de Xalapa fue incorporada a la Universidad, se crearon grupos de relevancia internacional como Tlen Huicani.
Nacieron institutos de artes y más que nada facultades en casi todas las disciplinas en los campus del estado. Se puede decir que los estudios de Bravo Garzón no se los guardó en la cabeza, sino los aplicó por el bien de sus jóvenes.
En 1981, Bravo regresó a sus cátedras, porque no lo quería el gobernador Agustín Acosta Lagunes, aunque en ese sexenio lo protegiera el subsecretario Dante Delgado. En 1989, siendo gobernador Dante, lo hace candidato y diputado por el distrito de Xalapa. Ya lo conocía, pero el destino nos unió en la misma legislatura que terminó en 1992.
Convivir con una leyenda viviente, era para aprenderle mucho. Ante las preguntas nunca recibimos rechazo, al contrario, explicaba. Lo veía cada quincena hacer su presupuesto familiar. Ponía todos sus gastos. En la segunda revisada, tachaba lo que no era urgente y terminaba en media hora su presupuesto, claro, tomando en cuenta sus gastos personales.
El que más disfrutó al maestro fue Rafael Córdoba García, diputado por el distrito de Coatzacoalcos y secretario de la legislatura, entonces ubicada en el Palacio de Gobierno, y fue la última en utilizar esas instalaciones que ahora funcionan en el Palacio Legislativo, allá por la avenida Lázaro Cárdenas en Xalapa.
En las intervenciones de Roberto Bravo Garzón, daba gala de su enorme cultura, pero la que más me impactó fue cuando diputados del PAN propusieron que se pusiera con letras de oro el nombre de Salvador Díaz Mirón: solamente se levantó Bravo, representando al PRI, y manifestó que la propuesta azul no se podía, porque si bien es cierto era una gloria de nuestras letras, se había unido al usurpador Victoriano Huerta y fue jefe militar en la persecución del revolucionario Santanón Rodríguez en la sierra de Soteapan.
Nunca se grabó el nombre de Salvador Díaz Mirón en la Legislatura, aunque Roberto Bravo Garzón hablaba mucho de bardo, ya que Díaz Mirón vivió en una casa en la calle Hidalgo cuando fue director del Colegio Preparatorio de Xalapa, y Bravo Garzón hizo su casa en frente de la casa del poeta, dividiéndolos el legendario el parque “Los Berros”.
Ayer 24 de mayo hizo mucho calor en Xalapa. Un día llevando al maestro a su casa, en pleno invierno, le preguntamos al ex rector porque hacía mucho calor en esa época del año y nos contestó: “Es que es la primavera de los búfalos”.
Murió hoy un político búfalo, porque tuvo tanta fuerza para lograr el enorme proyecto de descentralizar a la Universidad Veracruzana y tuvo tanta fuerza para crear instituciones culturales que viven en este tiempo, además que se han desarrollado sanas, creativas y formadoras no sólo de jóvenes sino de niños.
Hoy, a pesar de que antes de este día se le hicieron diversos reconocimientos, muere uno de los políticos más grandes que ha tenido el estado de Veracruz, con una obra cultural incomparable. No es cosa de molestar, pero nadie lo ha igualado.
Descanse en paz Roberto Bravo Garzón y que tenga la seguridad que su muerte está acompañada de la música más hermosa que existe.