Elecciones 2013: “La tertulia jarocha”

CLAROSCUROS José Luis Ortega Vidal

2012-09-04

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Colocados en la recta final para definir candidaturas a presidencias municipales y diputaciones locales, los grupos de poder dentro de los distintos partidos políticos dialogan, se reúnen en el café para “muestrearse”, organizan conciliábulos en los que arman y desarman la historia por venir en el pueblo que les corresponde; pero sobre todas las cosas: rezan, rezan mucho, rezan mañana, tarde y noche para ser “los elegidos”.

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Impresiona cómo la añeja política priista de los “amarres”, de las “negociaciones”, del abandono de barcos para cambiar de camiseta antes de llegar a la lancha vecina, de la falsedad ideológica, del disfraz y la careta, del egocentrismo y el egoísmo por encima de toda búsqueda de servir, se imponen en la clase política de hoy.

En toda, sin excepción alguna; de izquierda a derecha; de arriba para abajo; del llano rural al conglomerado urbano; del modesto caserío que por razones históricas es considerado una cabecera municipal a la capital de lo que sea: la industrial, la política, la comercial, la turística, etcétera.

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Gerardo Buganza Salmerón, un orgulloso cordobés de blanca piel y católica conciencia, representa en el Veracruz actual el ejercicio político que se liga –sin pena y mucho menos vergüenza- al cambio de piel a conveniencia.

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Lo que es el destino: los caminos de dos ex candidatos a la gubernatura jarocha se cruzan en un espectáculo de humor negro y conviven por debajo del agua, a pesar de que en el proscenio lucen obligados a pararse juntos pero darse la espalda, como desdeñándose.

Es de hilaridad observar a Gerardo Buganza junto a Miguel Ángel Yunes que –por razones “del qué dirán”- no ha llegado al extremo de apersonarse en el gobierno actual, pero cuenta para ello con el apoyo de su alter ego: Enrique Ampudia Melo.

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Y así andan las cosas por el territorio veracruzanos, entre perredistas, panistas, priistas, panelistas, pvemsistas, cardenistas y todos los “istas” que haya oportunidad de pegar a la ubre electoral en lo que reste del proceso.

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Coatzacoalcos no es la excepción.

Ex priistas ambos: Rafael García Bringas y Gonzalo Guízar Valladares se reúnen en espacios públicos para darle “carroña” a los zopilotes del “chisme”, del “rumor”, del “lleva y trae” en los corrillos periodísticos, partidistas, de los grupos y los subgrupos de poder.

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- Que Gonzalo volverá al PRI, le comenta el reportero al oftalmólogo que recién cobró la última quincena en el palacio de San Lázaro.

- No. Gonzalo no regresará al PRI. Se queda en el PAN, afirma –muy seguro de sí mismo- García Bringas.

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- ¿Y cómo irán. Usted de diputado y Gonzalo de presidente?
- Será lo que digan los militantes del PAN. A mí nadie me dice cómo voy; yo nomás respondo a lo que digan los militantes, suelta el ex Síndico y ex Alcalde en aquellos años de camiseta tricolor.

Por cierto, se habla mucho de la posible alianza entre PAN y PRD; manifiesta –entusiasmado- el doctor Rafael. Hablé con (Gustavo) Madero –líder nacional del PAN- y le pregunté sobre eso de las alianzas. Me dijo que si en la Cámara se pudieron sacar decisiones entre el PRI y el PT que son tan distintos y rivales políticos, pues todo se puede lograr.

- ¿Si Rocío Nahle (PRD) va de candidata a la Presidencia usted aceptaría ir de Síndico?
-Haremos lo que los militantes digan, fue su lacónica respuesta.

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Alguna vez separados, confrontados, distanciados, enemistados por visiones distintas de lo que debe ser el ejercicio del poder, el camino a seguir en la construcción del país; los políticos actuales lucen pragmáticos, descarados, desnudos, alejados del pudor, dispuestos a lo que sea con tal de obtener el poder.

La política jarocha de los tiempos actuales, es una suerte de representación de “La Tertulia”, esa inolvidable canción de “Chava” Flores:

La otra noche fui de fiesta en casa de Julia,
se encontraba ya reunida la familia:
Mari-Pepa, Felícitas, Luz y Otilia,
y Camila que alegraba la tertulia.
Mientras Lupe daba al niño su mamila
doña Cleta pidió una botella a Celia,
nos formó a los de confianza dos en fila
y brindamos con charanda de Morelia.
Después Amelia, puso la vitrola
y le tupimos a la danza, ahí hechos bola;
había un cadete que celaba a Chelo,
mas la canija con Gaspar se daba vuelo.

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Caray.