Existe un mundo más allá de tu nariz
El problema que mantienen muchas personas –acto que las hace ciegas e incapaces de accionar un premisa inteligente- es la falta de información, el mal hábito de no leer, el no cultivarse con todo tipo de pesquisas de interés, costumbre que nos permite tener una visión más profunda con relación a los acontecimientos de nuestro país, nuestro estado y hasta nuestra comunidad. Ésta acción hace mantenernos siempre un paso adelante de las acciones del raquítico sistema político quien sólo sabe llevar “agua a su molino” y pretende venderle a la población un panorama totalmente ajeno a la realidad. La cuestión es que regularmente el común denominador acciona en virtud a su confort basado al precio que se imponen, sin reparar o considerar el daño que le provocan –en este caso a la actividad periodística- al hacerle el “caldo espeso” al gobierno.
Todo esto se resume a la acusación de dos compañeros –que no merecen ni ser mencionados- los cuales absurdamente me acusan de protagonismo sólo por cuestionar a la titular de la “Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas” sobre sus funciones con relación a los reporteros y fotógrafos asesinados en la entidad.
Muchas veces para “algunos” en el gremio –con intereses específicos y con una visión totalmente condicionada con base a ellos- les causa escozor la formulación de cuestionamientos con relación a las funciones que debe de cumplir supuesta organización. Lo cierto es que ésta, al haber sido creada a contentillo del propio gobernador del estado, Javier Duarte de Ochoa, se ha podido destacar sobre su inoperante forma de trabajar. Todos con memoria sabemos que ésta fue diseñada para proteger los intereses del ejecutivo estatal, vulnerando la actividad periodística y la libertad de expresión.
Para quienes se sienten cómodos con esa situación y responden a dictados, les puedo advertir que para tener un puesto como el que tiene la señora presidenta y demás integrantes de dicha “comisión” se debe de tener estómago para cumplirle a quienes les pagan sus onerosos sueldos. Muchas veces es más conveniente la estabilidad emocional que prestarse a actos mezquinos poniéndose de tapete del gobierno para irse en contra de los periodistas, cuando su función intrínseca es protegerlos.
Vuelvo a reiterar que la nula retentiva que tienen algunos es muy conveniente para quienes se enriquecen a costillas de los ciudadanos. Cada uno de los integrantes de la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas –desde su presidenta hasta el de intendencia- fue totalmente palomeado por parte del gobierno estatal, por lo tanto, quienes actualmente ostentan dicha función, sólo están ahí por el “sueldazo” que les destinó y no porque realmente les interese proteger al periodista de las diversas arbitrariedades en las que son objeto por parte de quien lo fundó: Duarte.
¿No se les hace una incongruencia? Pues lo en lo personal sí y por esa razón -la cual es vital para el respeto de mi ejercicio periodístico- no existe la posibilidad de lograr un acercamiento con dicha instancia, porque simplemente el hacerlo, produce un sentimiento de vulnerabilidad en cara al mal gobierno que actualmente tenemos. La dignidad no tiene precio, acto que honestamente no pido lo entiendan, porque creo que este valor va implícito en la formación de cada persona y que se obtiene por parte de la educación que nos brindan nuestros padres.
Repito, no pretendo que lo entiendan. Estamos en la “viña del señor” donde existen personas de todo tipo, por ello se le llama Mundo al planeta, el cual ofrece un ramillete de valores –afortunadamente hay muchos similares a los míos- acto que nos hacen diferentes y a veces únicos. Pero no dejan de dar pena ajena, cuando es absurdo que no se den cuenta que quién mueve los hilos de esa comisión a través de Rocío Ojeda, es la vocera y directora de Comunicación Social del gobierno del estado, Gina Domínguez Colío.
Análisis de los estatutos de una comisión hechiza
La historia es simple, un día X amanecimos con la noticia que basado a la “preocupación” de Javier Duarte de Ochoa el cual se le ocurrió “proteger” los intereses del gremio. El ejecutivo estatal entonces se dio a la tarea de pensar por los periodistas y diseñó de “cabo a rabo” -hasta con estatutos ya elaborados para que no nos desgastáramos- la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas. Todo resuelto, no nos pidió ni opinión sobre quienes considerábamos pertinente para que dirigiera dicha instancia. Cuando vimos ya teníamos hasta presidenta, y sin preámbulos, le ofreció el puesto a quien aún ostenta el cargo de directora de la facultad de Comunicación de la UV, Rocío Ojeda Callado, personaje que nunca en su vida ha padecido de las vicisitudes de quienes nos dedicamos a este ejercicio.
Dentro de los “estatutos” de la hechiza comisión, “supuestamente” para la protección de los periodistas, en su artículo 2 –que puedo considerar sería el alma de esta organización- establece lo siguiente:
“La Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas es un organismo autónomo del Estado, con personalidad jurídica y patrimonio propios, autonomía técnica, presupuestal y de gestión, responsable de atender y proteger la integridad de los periodistas, así como de promover las condiciones para el libre ejercicio de la profesión del periodismo, con pleno respeto al derecho a la información y a la libertad de expresión”.
“Organismo autónomo” no lo es, porque se sostiene de un presupuesto destinado por parte del gobierno del estado y sus integrantes, los cuáles gozan de onerosos sueldos. Tampoco cuenta con una “autonomía técnica, presupuestal y de gestión” cuando esta instancia a todas luces, protegen literalmente los intereses del gobernante en turno y no del comunicador.
Para quienes no conocen las atribuciones de esta “comisión”, comparto:
I. Otorgar, a petición de los periodistas que lo soliciten, las medidas de atención o protección necesarias para prevenir la consumación de una amenaza o para enfrentar riesgos inminentes o agresiones contra su esfera jurídica, que sean consecuencia del ejercicio de su profesión; solicitar a las autoridades competentes su cumplimiento; y denunciar a los servidores públicos responsables de incumplir, en los términos que disponga la ley;
Es decir exigir el esclarecimiento de los asesinatos de los compañeros periodistas, es parte de sus atribuciones, y no de los familiares de las víctimas, como lo señaló un compañero periodista cuando insistí que la titular, Rocío Ojeda Callado, tiene la obligación de exigir la investigación a las autoridades competentes y al propio gobernador del estado.
II. Establecer los elementos objetivos necesarios para la debida evaluación del otorgamiento de las medidas de atención y protección, y la adopción de los criterios, lineamientos o protocolos aplicables a la salvaguarda de la esfera jurídica de los periodistas;
III. Programar, coordinar y dar seguimiento al otorgamiento de las medidas de atención y protección a los periodistas, en coadyuvancia con las instituciones especializadas, autoridades administrativas e instancias jurisdiccionales competentes;
IV. Establecer acciones de coordinación y colaboración con las organizaciones de la sociedad civil que se hayan destacado por su labor en materia de atención y protección a los periodistas, en el contexto de la defensa de la libertad de expresión;
V. Celebrar los acuerdos, contratos y convenios necesarios para la realización de sus fines y objeto;
VI. Adquirir los bienes necesarios para el ejercicio de sus funciones y administrar los recursos destinados para el mismo fin;
VII. Organizar sus áreas o unidades interiores y fijar la estructura y funcionamiento de las mismas;
VIII. Expedir las reglas técnicas que señala el artículo 7, fracción I, de este ordenamiento, así como el Reglamento Interior y manuales que detallen la organización y funcionamiento de la Comisión; y
IX. Las que le confieran la Constitución Política del Estado, esta ley y demás disposiciones aplicables. http://www.ordenjuridico.gob.mx/Documentos/Estatal/Veracruz/wo77234.pdf
Dicha “Ley” fue elaborada por parte del mismo gobierno, por lo tanto, considero que su confección no representa el sentir real, ni cumple con las necesidades prioritarias del periodista. Podemos considerar esta instancia como una burla a nuestra inteligencia y capacidad de elección, cuando no fuimos nunca convocados ni para elegir el color de las paredes que dicho inmueble ocupa.
Sólo un pequeño grupo se siente representado y acusan a quienes no asisten a las reuniones de café, de no acercarse a participar en el “circo” que la presidenta, Rocío Ojeda Callado, monta.
Es importante advertir amable lector, sobre la manera de proceder de la señora presidenta y aun directora de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Veracruzana, quien al sentirse exhibida, siempre ordena y ataca -conozco su falta de valor para enfrentar sola las críticas- pagando a algún/na periodista –siempre hay alguno que le ponen precio a su pluma- para intentar violentar el derecho y libertad informativa. Con respecto a mí me persona, no me preocupa ni me ocupa, pues para su infortunio, todo lo que pueda decir en contra será totalmente sacado de su imaginación, por lo tanto, será una literal y absoluta difamación. Es absolutamente contradictorio que quien se dice “proteger” a los periodistas, pague para intentar callarlo. También podemos pensar que respaldará la ridícula acusación que emitió una de sus “protegidas” al acusarme que quiero su puesto; pues le contesto por adelantado: Despreocúpese, pues dicho espacio solo alguien como usted lo puede llevar al dedillo.
Existen personas que no soportan a otras que piensen diferente a ellas o de plano, les frustra que no caigan en el juego mezquino de “personajes” que intentan fortalecerse políticamente.
En resumen, simple y literalmente advierto, que no me siento representada por dicha “Comisión” cuando ésta nunca consideró al gremio para su conformación. Por lo tanto, todo lo que se desprende de ésta, en lo personal, me produce rechazo, pues me produce un sentimiento de compra-venta con el fin de condicionar mi voluntad para desarrollar mi ejercicio periodístico. Uno de mis principales valores es la dignidad y vuelvo a reiterar, está no tiene precio.
Si esto les produce escozor a “algunos” y se declaran “defensores” activos de la “comisión” y no se detienen en “defender lo indefendible” con descalificaciones por pensar diferente, no teniendo perjuicio alguno de lanzarse en contra de los mismos compañeros –como si con ello les llevara la vida misma- sólo les puedo advertir, que sus agresiones a los únicos que dañan es a su propia credibilidad.
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