RECTOR OSCURO Y ENCUBRIDOR
Pasillos del Poder
César Augusto Vázquez Chagoya
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26 de MAYO de 2013
César Augusto Vázquez Chagoya
Pasillos del Poder
2013-05-26
Se pensaba que haría un buen papel el rector Raúl Arias Lovillo cuando llegó al cargo en el 2005, apoyado por el ex rector Víctor Arredondo Álvarez, a quien habían nombrado secretario de Educación en Veracruz. El doctor en Economía falló a la comunidad universitaria.
Raúl Arias es de los seres humanos que, llegando al cargo, se subió a un ladrillo y pensó que el puesto no se acabaría. En ocho años sólo se le recuerda por sus novelas de amor y volverse el encubridor de los desvíos de su antecesor.
Hay una foto reciente de Raúl Arias Lovillo saliendo de la rectoría por la puerta principal y se nota que nadie se le acerca porque los estudiantes son sabios: ¿por qué ir al encuentro de alguien quien por 8 años no los atendió, fue grosero y no solucionaba nada?
Se puede usted imaginar que el titular de la casa máxima de estudios de Veracruz, el 25 de mayo del año pasado, no asistió a los funerales del más grande rector que tuvo la Universidad Veracruzana, Roberto Bravo Garzón, quien no sólo descentralizó a la universidad, sino que impulsó nuevas estrategias de enseñanza y el impulso a las bellas artes.
Su excusa fue que estaba fuera del país, pero que le haría el homenaje. El señor se tardó un año para realizarlo. Hoy declara algo que sólo nos demuestra su estado mental hablando de las protestas de trabajadores del SETSUV: “Que no afectaban a la universidad porque en general son improductivos”.
Estos trabajadores son los que, con este rector u otros, están ahí. Son los que le dan vida a la universidad para tener todo limpio y listo para que lleguen los maestros y alumnos a dar y recibir clases. ¿Cómo que no son importantes para nuestra universidad?
En esos momentos de lucidez, el consejo universitario, máxima autoridad en la universidad, nombra como ombudsman de los estudiantes en la persona del ex rector Emilio Gidi Villarreal, conocido por su seriedad e ecuanimidad.
Como a Raúl Arias Lovillo le dio por andar tomándose las fotos con su benefactor Víctor Arredondo Álvarez, Gidi manifestó que el ex rector no podría volver a ser rector y se le fueron encima un sector de corruptos que se hicieron ricos con Arredondo, afirmando que Gidi estaba mal.
Las bibliotecas creadas en el estado, las hizo el hermano de Arredondo, sólo como muestra de la corrupción en sus 8 años como rector.
Arias Lovillo, ya subido a su ladrillo, se atrevió a tomarse las fotos con Arredondo, después que fue rector y secretario de Educación frente a todos.
Arredondo, por un negocio particular en Coatepec, desvió y sacó piedras del río Pixquiac, demostrando su desprecio a la naturaleza, mismo desprecio que mostró en contra de la educación cuando fue rector y secretario de Educación.
Raúl Arias, ya como rector, pago la duda de casi 80 millones de pesos a una empresa particular de Orizaba, porque al ex rector Arredondo Álvarez se le ocurrió alquilar computadoras cuando las donadas por el patronato de la UV las tenía guardadas en los gimnasios.¿ Cuánto se llevó Arredondo? ¿Dónde estuvo el ORFIS, órgano fiscalizador de la legislatura?
En el 2001, el gobernador Miguel Alemán le sugirió a Víctor Arredondo que aumentara las matriculas porque cada año había casi 25 mil estudiantes rechazados. El entonces rector de la UV engañaba a todos en que ya tenían 200 académicos para dar educación a distancia. Cuando salió en 2004 para irse a la SEV, creó el Instituto Clavijero para tal fin.
La prisa de Arredondo, llevando como secretario a Raúl Arias, era porque tanto Rafael Arias Hernández, el candidato a gobernador Fidel Herrera Beltrán, junto con Guillermo Zúñiga Martínez, se dedicaron a buscar becas para dar cabida a los rechazados de la UV.
Tanto Arredondo como Raúl Arias, siempre manifestaron que aumentar la matricula era sacar alumnos mal preparados, pero la verdad llega porque el gobernador Javier Duarte de Ochoa creó la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, que no sólo llevó educación a todos los rincones de Veracruz, si no que es un modelo copiado por otros países.
En los años en que lleva creada la Universidad Popular, teniendo como rector a Guillermo Zúñiga Martínez, Raúl Arias Lovillo, con dinero del pueblo de Veracruz, se dedicó a denostar la creación de la nueva universidad diciendo una mentira de mucho peso: que la nueva universidad no tenía matricula.
Tan fuera de sus facultades mentales, se le olvidaba al rector de la UV que el gobernador de Veracruz tenía la facultad constitucional de crear las universidades que pudiera, además que la Universidad Popular no necesitaba de matrícula porque era una escuela oficial y no particular; además, para que la burra puje, la Universidad Popular puede --y lo hace-- revalidar estudios hechos en universidades en todo el mundo.
La Universidad Popular no se defendía; sólo decía que con poco menos de 30 millones de pesos hacía más que la UV con un presupuesto de casi 3 mil millones de pesos.
Ahora que Raúl Arias Lovillo vio que el número de rechazados en la UV disminuyó, anuncia que pretenden aumentar las matriculas, cosa que se debió de hacer desde 1997, cuando entra el socio de Arias, Arredondo, a la rectoría por primera vez.
Lástima de la vida académica oscura de Raúl Arias Lovillo, que le gusta tomarse las fotos con Arredondo, captado en un acto oficial dando un discurso con grumos de cocaína en unas de las manos.
Lástima de Raúl Arias Lovillo: no ha dejado sus conflictos de personalidad al odiar como economista al más grande rector que ha tenido la Universidad Veracruzana: Roberto Bravo Garzón.
Quién sabe qué trauma estudiantil tiene Arias Lovillo que odia a Bravo Garzón ¿Lo habrá reprobado? ¿Lo regañó ante todos en la clase de Economía? ¿Le puso orejas de burro? Sólo como muestra, vaya a usted a ver el busto que develó el gobernador Javier Duarte, donde al gran rector Bravo Garzón lo caricaturizan de manera grotesca, con una sonrisa burlona.
La máxima casa de estudios está estancada en un periodo de 16 años. Un modelo educativo que funciona a medias; unos investigadores que no producen nada y son casi aviadores. Pobre del pueblo de Veracruz que invierte en la educación superior y esta es sólo una cueva de vividores, salvo investigadores y estudiantes que se les ve su amor al pueblo que paga su educación.
Raúl Arias Lovillo se va a la basura de la historia al igual que Víctor Arredondo, por sus actos. Solamente eso: sus actos.