REYNALDO, FLAVINO Y YUNES: IMPUNES
Pasillos del Poder
César Augusto Vázquez Chagoya
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2 de JUNIO de 2013
César Augusto Vázquez Chagoya
Pasillos del Poder
2013-06-02
Lo que es la vida. Al mismo tiempo Reynaldo Escobar Pérez, ex secretario de gobierno; Flavino Ríos Alvarado, presidente de la legislatura, y Miguel Ángel Yunes Linares, ex director del ISSSTE, están en el ojo del huracán.
Los dos primeros se dicen priístas y el tercero se dice del PAN, pero fue dos veces presidente del PRI estatal. Los tres no se quieren. Flavino y Yunes viven y respiran para la política. Reynaldo proviene de una vida académica en la facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana, hasta que se mete a la política en 1997 en el partido opositor de Dante Delgado, que era Convergencia.
Reynaldo ha sido captado desviando recursos públicos siendo secretario de Gobierno. Toda una vida política de escándalos, al grado de recibir en estado de ebriedad, en audiencia, a varios grupos en palacio de gobierno.
En estos días le manda una carta al periodista Luis Velásquez, donde se dice engañado 4 veces: cuando le dicen que repetiría en la Secretaría de Gobierno; después sacado de la Procuraduría de Justicia; engañado para ser diputado federal en el 2012 y encariñado con que sería diputado local plurinominal en este año. Advierte que no va haber una quinta.
Palabrerías. Al otro día de su carta aparece tomando el café con el dirigente estatal del PRI, Erick Lagos Hernández, y por eso se dice que no hay quinto malo. Reynaldo se cotiza porque dice que controla Xalapa, aunque en el tiempo que fue funcionario estatal ganó el PRI la alcaldía pero por las imágenes de cada uno de los candidatos, no gracias a Reynaldo.
Reynaldo tiene una actitud centrada de una persona nacida en Naolinco cuando era catedrático, pero como presidente municipal, secretario de Gobierno y procurador de justicia, se subió a su ladrillo, cambiando su forma de ser y es un político que no aguanta una auditoría, ni justifica su enorme fortuna.
Flavino Ríos Alvarado, nacido en el 23 de diciembre en Mogoñé, Oaxaca, en 1950. Sus padres son originarios de ese poblado. En 1974, siendo regidor de Minatitlán, Flavino Ríos Alvarado “vuelve a nacer” con el acta 3749 del 22 de noviembre de ese año, diciendo que nació en Minatitlán.
Con esa acta falsa se casó, consiguió una notaría pública, asentó a sus hijos. Siendo secretario de Gobierno en el 2004, aspira a gobernador de Veracruz, sólo que nuestra Constitución decía que el candidato debía nacer en el estado o ser hijo de un veracruzano. El Diario AZ publica entonces que nació en Mogoñe y sus padres eran oaxaqueños.
Los que somos originarios de Minatitlán, de una u otra forma, tenemos familiares de Oaxaca, por lo que es un orgullo y no motivo de negar nuestros orígenes. Flavino, por el contrario, negó públicamente su origen y sigue sin admitirlo. Ahora la Constitución cambió y cualquiera puede ser gobernador con tener residencia de 5 años.
En el 2004, violando la constitución, Flavino no ha sido castigado. Es un delito cambiar documentos oficiales y más tener cargos públicos con un acta falsa. No sabemos porqué tiene una notaría con la mentira y porqué es ahora diputado local. Pero las cosas no paran ahí.
Un día de 1998, le pregunté a un ingeniero cómo habíamos hecho una carretera entre Minatitlán y Coatzacoalcos, en 1945, rellenando el pantano con piedras de la sierra de Soteapan y luego el gobernador Patricio Chirinos hacía una autopista con cuatro carriles, con dos de ida a Coatzacoalcos y otra carretera de venida, pero ésta siendo rellenada con arena del mar.
La contestación técnica fue que los dos bloques se daban fuerzas entre ellos. Lo mismo pasa en los distritos electorales de Coatzacoalcos y Minatitlán. El de Coatzacoalcos siempre con administraciones civiles del PRI y la oposición. Minatitlán con ayuntamientos petroleros y de la comunidad civil.
Flavino ha querido ser alcalde, pero no lo han dejado. De sus fans más conocidas fue Guadalupe Porras David, quien ya fue alcaldesa, pero se peleó con Flavino. En este 2013, el PRI negocia la presidencia municipal de Coatzacoalcos para el grupo de Marcelo Montiel. La diputación local para Mónica Robles de Hillman, hija del dueño del Diario del istmo y esposa de uno de los políticos más sobresalientes del antiguo Puerto México.
Como suplentes va Guadalupe Félix Porras, esposa del alcalde de Coatzacoalcos e hija de Guadalupe Porras David; su hermano Ciro es postulado como candidato a diputado local por el distrito de Minatitlán.
Fue una negociación, pero de última hora, Flavino Ríos Alvarado pone Gustavo Pérez Montes como candidato a la alcaldía de Minatitlán por el PRD. Impone en la planilla del PRI a tres de sus incondicionales. En el distrito de Coatzacoalcos aparecen bardas y anuncios en contra de los candidatos del PRI a la diputación local. Flavino en busca de venganza contra Guadalupe Porras, hoy dirigente de la CNOP estatal.
En un pueblo como Minatitlán, donde todo se sabe, Flavino dice que con el PRD apoyarán al candidato del PRI a la alcaldía y van a hacer perder al hijo de Guadalupe Porras para la diputación local. Pero también se va contra la hija en Coatzacoalcos y le arma una manifestación desconociendo a la dirigente de la CNOP estatal.
No se puede entender que el líder de los priístas en el congreso esté en contra de su partido y todo en busca de una venganza personal contra Guadalupe Porras. Así como usted lo ve, la impunidad no sólo es de Miguel Ángel Yunes Linares.
Yunes Linares no se la acaba. En sólo un mes, tres factores ponen en la mira al político de Soledad de Doblado: su fortuna enorme y la de sus hijos Miguel Ángel Yunes Márquez y Omar. Sólo falta sacar los trapitos del senador Fernando Yunes Márquez.
En un sólo mes, Manuel Espino Barrientos, ex dirigente del PAN nacional, y el diario Reporte Índigo, con papeles en la mano, demuestran que la fortuna de la familia Yunes Márquez es ilegal. Ya hay una denuncia en la PGR donde despacha un amigo de Yunes, Jesús Murillo Karam, por lo que el círculo se cierra contra fortunas mal habidas y se espera que el procurador de la república actúe.
Si no se actúa contra los Yunes a pesar de las pruebas, sabremos si las palabras contra la corrupción de Enrique Peña Nieto son verdad o pura palabrería.
Ahí la llevamos, impunes.