TRAICIONES Y HOMICIDIOS DE LOS GARCÍA; AUTOCENSURA DE JOSÉ LUIS

Es triste escribir esto y más tratándose de una persona que toda la vida la ha dedicado hacer el bien. José Luis Gracia Sánchez, originario y habitante de Pánuco, después de ser funcionario de PEMEX, fue metido a la política por los azares del destino; se dedicó desde hace más de 10 años a escribir en los medios locales y electrónicos de la capital de Veracruz.

Hoy, a sus 85 años, decide autocensurarse, como protesta por la enorme impunidad de Ricardo García Guzmán, ex contralor del estado, ex diputado local y ex alcalde de Pánuco.

¿Qué valía tiene José Luis Gracia Sánchez? Periodista valiente, de la región norte en donde se carece de plumas de denuncias porque el medio está lleno de cacicazgos y últimamente una intensa actividad del crimen organizado.

José Luis Gracia Sánchez, por su preparación llego a ser alto funcionario de PEMEX hasta que se jubiló. En el periodo 1982 a 1985, llega a ser presidente municipal de Pánuco por un lamentable hecho: el alcalde propietario era Manuel Silva Villanueva, pero un día la policía municipal mató a un obrero perteneciente al ingenio del lugar y militante del Partido Popular Socialista (PPS). Por ese motivo una turba se manifestó en las calles de Pánuco, quemando tienda y cine propiedad del alcalde, así como el palacio municipal. La legislatura estatal tuvo que crear un consejo municipal que presidió José Luis Gracia Sánchez, para que la paz social volviera a la ciudad que es la segunda fundada en tierra firme por los españoles en el continente americano.

Terminando su periodo, Don José Luis se dedicó a su rancho y de vez en cuando escribía un artículo en los medios locales impresos. Su martirio empieza en el gobierno de Miguel Alemán Velasco, ya que a su paisano Ricardo García Guzmán lo nombran contralor general del Estado.

Aquí en Xalapa fuimos testigos de que este funcionario de cuarta categoría en Maquinaria de Veracruz en el gobierno de Patricio Chirinos, recomendado por Manuel de León Maza, ex director del Instituto de Pensiones del Estado, llega manejando un VW viejo y en su nuevo cargo obtuvo una inmensa fortuna; esa situación era un problema de rendición de cuentas que sólo le correspondía arreglar al gobernador Alemán, pero nunca lo hizo.

Lo que se vivió en la zona norte es que García Guzmán puso en la delegación de la contraloría a un técnico agropecuario llamado Manuel Madrigal. Este nombramiento fue de risa, pero esta risa se acabó cuando este poderoso funcionario llegó a acaparar casi todo los cargos públicos de importancia de la región: desde directores de reclusorios, delegaciones de Tránsito, administraciones de hospitales y hasta delegaciones de Seguridad Pública.

Su cuñado, delegado de Tránsito en Panuco; sus familiares en el Tecnológico; un hermano en la Policía y después convertido en próspero contratista. Todos estos abusos de poder y tráficos de influencias fueron denunciados por Don José Luis. Las repercusiones no se hicieron esperar.

Un buen día, 40 funcionarios estatales, incluyendo al delegado de Seguridad Pública, denunciaron por difamación a Don José Luis ante el Ministerio Público, pero a la vez publicaron un desplegado grosero y lleno de mentiras en contra del periodista, quien a la vez los denuncio a los 40 por difamación ante el mismo agente del Ministerio Publico.

Estos 40 funcionarios eran allegados a Ricardo García Guzmán. Era lógico que con toda la prepotencia y poder en la mano, el contralor mandó a detener a Don José Luis, saliendo bajo fianza, pero a la vez exigió que también se les aplicara la justicia a los que lo habían difamado.

Paralelo a estas acciones de represión solapadas por el gobernador Miguel Alemán, al periodista panuquense Octavio Torres, también crítico de García Guzmán, le eran quemado vehículos donde vendía sus periódicos, balaceada su casa y la ultima: baleado en la carretera donde viajaba con su hijo. Estos hechos están asentados en estas páginas.

Las agresiones y persecuciones a Don José Luis, lo resume en un libro, denominado “ATISBANDO” que fue patrocinado en el 2005 por el amigo del periodista Guillermo Chao Evernegy, originario de Tuxpan y en ese tiempo importante ejecutivo de la Organización Editorial Mexicana, editora en el estado de los Diario de Xalapa y los Soles de Córdoba y Orizaba.

El libro fue bien acogido por la prensa estatal, ya que Don José Luis narraba hechos inauditos de impunidad en la desconocida región norte de Veracruz pegada al estado de Tamaulipas. Pese al apoyo de comunicadores, la impunidad de García Guzmán se acrecentaba.

Don Ricardo, el nuevo dueño de Pánuco, lo premiaron para que fuera diputado local en el 2004 y todavía lo hizo el PRI presidente municipal de Pánuco en el 2007…

¿Por qué? Llanamente García Guzmán, a cambio de no ser metido a la cárcel en el Fidelismo, reveló secretos del gobierno Alemanista. La traición a Miguel Alemán no tiene precedente, pero cuando se es traidor, en cualquier momento se vuelve a las andadas.

En el 2010, Ricardo García Guzmán quería que su esposa fuera la nueva alcaldesa de Pánuco, pero se la negó el gobernador Fidel Herrera Beltrán. Entonces, el ex contralor Alemanista y el ex diputado local Fidelista, decide aliarse con el Panismo, más específicamente con Miguel Ángel Yunes Linares.

Para esto postula como candidato a diputado local por el PAN, a su hijo Ricardo García Escalante (impune participante en la muerte a golpes del joven Manlio Palomeque en los bajos del edifico Hakim en Xalapa). Fidel mostró su enojo a García Guzmán y lo primero que hizo fue desaparecerle la policía municipal, alegando que en una patrulla de la policía de Pánuco, el Ejército la había detenido mientras transportaba marihuana.

A la vez le inician un procedimiento de desafuero como alcalde por desvío de recursos públicos y la petición llegó hasta las comisiones de la legislatura, pero fue retirada sin explicación por la Procuraduría de Justicia. Ahí viene la tercera traición, porque García Guzmán traiciona ahora a Yunes Linares, candidato a la gubernatura por el PAN, al negociar su libertad por la alcaldía de Pánuco. Su hijo ganó la diputación local por el PAN.

Las traiciones de los García no tienen precedentes. Ricardo García Guzmán terminó su gestión como alcalde sin ningún raspón. Su hijo, del mismo nombre pero como segundo apellido Escalante, sigue fielmente los pasos de su padre y ahora es diputado independiente, pero vota invariablemente por el PRI. Como premio a la traición al PAN por su hijo, el ex contralor alemanista ahora es el presidente del Colegio de Administración Publica, organismo afiliado al PRI.

José Luis Gracia Sánchez, ante la impunidad de los García, que en tres sexenios han sido protegidos por el poder público, se autocensura.

Estos García son distinguidos panuquenses que se prepararon para gobernar el norte de Veracruz hasta el grado de cambiar sus cuerpos con cirugías plásticas (no sabemos si para verse más bonitos o ocultar sus traiciones), vivir de los recursos públicos robados, tapar la moral en la participación de homicidios o mutarse para poder exhibir su dinero ante la gente millonaria.

Mientras otros son premiados por sus traiciones, robos, homicidios, Don José Luis Gracia Sánchez, con dignidad, camina por la vida. A los García les molesta su presencia y lo siguen amenazando como lo hacen desde hace años.

Dice Don José Luis que ya no va escribir de ellos por protesta porque de seguir haciéndolo los “vacuna” y empiezan a decir que es un problema personal, cuando en verdad es un mal público de toda una familia.

¿No hay impunidad en Veracruz?