ANTONIO VELA ¿AL FIN LA JUSTICIA EN EL INFONAVIT?
Pasillos del Poder
César Augusto Vázquez Chagoya
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5 de ENERO de 2012
César Augusto Vázquez Chagoya
Pasillos del Poder
2012-01-05
Nació en la campiña veracruzana. Desde niño se levantó temprano para ayudar a las labores de los padres. Su vida fue de trabajo y de una educación férrea. No se podía tutear a una persona mayor o desconocido, porque enseguida llegaba el jalón de orejas.
Es producto de la cultura del esfuerzo, su mente y su cuerpo se acostumbraron al trabajo. La vida lo convirtió en autodidacta y lo que aprendió en la escuela básica le sirvió como plataforma para llegar a ser inspector de UNPASA, que después se convirtió en AZUCAR S.A.
Esta empresa paraestatal, ya desaparecida, regulaba la producción de azúcar en los ingenios del estado de Veracruz. Los inspectores como Don Antonio, checaban desde la zucarosa de la caña que entraba al batey, checar la producción, distribución, almacenamiento y el transporte del endulzante al comprador.
Invariablemente siempre le descontaron los impuestos, sus cuotas al IMSS y al INFONAVIT. Trabajo 30 años y se jubiló. Nunca le dieron un crédito para una casa en el INFONAVIT, aunque viviera en la ciudad de los obreros como es Orizaba. Con el tiempo su pensión, más las devaluaciones, se convirtió en nada.
En este momento recibe 1 mil pesos de pensión, que le sirve para pagar agua, la luz eléctrica, comer, pagar impuesto predial; todas las cuotas que se les ocurra a los ayuntamientos, quienes cobran hasta para respirar; subirse a un camión o comprar gasolina con la camioneta que le ayudaron los hijos a comprar. Afortunadamente vive su compañera de toda la vida, quien hace malabares con los mil pesos con la pensión de su esposo.
Antonio Vela Casales tiene actualmente 82 años. Blanco de piel, nunca se ha vencido ante la falta de recursos. Se levanta a las 5 de la mañana como lo hace desde que era niño. Lo primero que disfruta es un buen café y el aire fresco de la montaña más alta del país que es el Pico de Orizaba.
Nunca ha dejado de informarse. Con su sueldo todavía compra todos los días el periódico y ve los noticieros. Aunque ya se acostumbro a vivir tanta injusticia, el 13 de diciembre le volvieron a brillar los ojos y se fue a dormir con el alma llena.
¿Qué pasó? Ese día el Senado de la República aprobó que a todos los trabajadores que hayan cotizado al INFONAVIT antes de 1997, como parte de un fondo existente de 18 mil millones de pesos, les regresarían a los jubilados por parte del INFONAVIT sus cuotas, revaloradas y con intereses; que si no querían su dinero les darían casa o créditos para comprar una; los trabajadores que se hubieran dado créditos y los hayan pagado, tenían derecho otro crédito y que si el INFONAVIT no tenía dinero, a los trabajadores le darían crédito la banca privada con el aval del INFONAVIT.
Por eso estaba contento Don Antonio. Al fin llegaba algo de justicia. Como Vela Casales ya tenía casa, pues quiso su dinero. Se presento al INFONAVIT de Orizaba llevando sus papeles y rápido lo encontraron por el sistema computarizado que ya tienen en el instituto de la vivienda.
Rápido le sacaron su cuenta. Abrió grandes sus ojos de sorpresa. Por 30 años de cotizar, le tocaban la enorme cantidad de 250 pesos.
--¿Cómo?-- preguntó al empleado que lo atendía.
--No se enoje --le contestó a Don Antonio, para que vea que el INFONAVBIT no es mala institución, le otorgara lo doble a lo que le corresponde. 500 pesos, le dieron.
Como consuelo, el empleado le manifestó que no se enojara, porque había trabajadores que sólo alcanzaron 100 pesos. El viejo inspector del gobierno no mentó la madre por su educación. Una burla más en un sistema de corrupción y valemadrismo.
Los conocedores dicen que el dinero que recibió Don Antonio es debido a que el presidente Felipe Calderón Hinojosa no ha firmado el decreto por lo aprobado por el Senado a favor de los trabajadores.
Entonces la pregunta es ¿por qué está el INFONAVIT llamando a cobrar a los jubilados si el decreto no ha sido publicado?
¿Los que están cobrando antes del decreto, les pagarán lo que falta? ¿Los que ya cobraron antes del decreto, les falsificarán sus documentos para quedarse los empleados con el dinero que les falta a los que dieron su vida en el trabajo? ¿Sabrá esto el presidente Felipe Calderón?